Richard Salazar: “Es hora de poner el eje Asia Pacífico en el centro de nuestros mapas”

Richard Salazar Medina es además experto en historia del Asia Pacífico. En esta entrevista, exploró los desafíos históricos que enfrenta América Latina en su relación con Asia, resaltando cómo la reticencia al cambio ha impedido el progreso. También analizó el impacto de la industrialización tardía en países asiáticos, comparando su éxito con el estancamiento de la región latinoamericana. Más de sus reflexiones, a continuación.

Labor del Centro de Estudios Asiáticos de Flacso

El Centro Asia de Flacso, Ecuador, es un espacio que se estableció hace aproximadamente dos años, a finales de 2022, para abordar una significativa carencia en Ecuador en cuanto a estudios sobre Asia en general. Nuestro enfoque es más específico, centrándonos en lo que antes se conocía como el Extremo Oriente, particularmente en el eje del Asia Pacífico, que incluye países como China, Japón y Corea. Este ha sido nuestro eje fundamental, ya que Asia es un continente vasto y es imposible que un investigador abarque todos los países de la región, especialmente aquellos que he mencionado.

El Centro comenzó como un proyecto centrado en Corea y luego se expandió para incluir toda Asia Oriental. A partir de esta base, buscamos abordar temas desde una perspectiva multidisciplinaria. Hemos organizado cursos especializados y con frecuencia realizamos foros académicos, congresos y seminarios sobre los países del este de Asia y sus relaciones con América Latina. En términos generales, esto describe nuestras actividades en el Centro de Estudios de Corea y el Este de Asia.

En junio de 2024, organizamos un congreso muy importante sobre estudios de Corea y América Latina en junio, donde tuvimos la oportunidad de contar con la participación de colegas de Chile, Argentina, Colombia, México y Perú, así como de Corea del Sur. Entre ellos estuvo un experto en estudios latinoamericanos de Corea. El congreso duró dos días y resultó un gran éxito. En abril de 2025 llevaremos a cabo el congreso internacional “China-América Latina: perspectivas y debates”, en el que participarán académicos y expertos de todo el continente, analizando la presencia y relación del gigante asiático con nuestra región.

Adicionalmente, tenemos un programa de podcast que iniciamos en 2023, llamado “Pali Pali: Dialogando sobre el Este de Asia. Este programa se centra en temas relacionados con Corea y el este de Asia. Su nombre proviene de una expresión coreana que implica buscar la eficiencia, pero en realidad elegimos este título porque nos pareció atractivo y sonoro. Actualmente, publicamos un episodio al mes, pero a partir del año 2025 planeamos aumentar la frecuencia a dos episodios mensuales, cada 15 días”.

Cursos y capacitación

”Hemos llevado a cabo cursos sobre China, Taiwán y dos sobre Corea, todos de modalidad abierta y en línea, lo que nos ha permitido atraer estudiantes de toda América Latina. Aunque de Chile no hemos tenido participantes, hemos recibido estudiantes de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Colombia, Perú, Bolivia, Argentina y, desde luego, Ecuador. Estos son cursos breves, con una duración de aproximadamente dos meses, que se imparten durante dos horas, dos días a la semana. En total, suman alrededor de 45 a 46 horas, incluyendo las horas de lectura obligatoria.

En cuanto a los foros, hemos organizado encuentros sobre temas específicos. Por ejemplo, llevamos a cabo el último foro de este año, que se centró en el grupo MIKTA, conformado por México, Indonesia, Corea del Sur, Turquía y Australia. Este grupo informal de potencias intermedias surgió del G20, hace unos 10 o 11 años, y no suele recibir mucha atención, por lo que hemos decidido abordar el tema.

Además, hemos realizado eventos sobre la relación comercial y los acuerdos de libre comercio, así como sobre innovación, política y cultura. Hemos puesto un énfasis particular en la innovación en el este de Asia, que ha estado presente desde finales del siglo XIX y se ha intensificado después de la Segunda Guerra Mundial en Japón. Estos países no solo han experimentado un proceso de industrialización tardía, sino que también muestran una inclinación casi natural hacia la innovación.

Desde una perspectiva cultural, observamos que estos países poseen una gran flexibilidad espiritual y filosófica. Mientras que en América Latina predominan prácticas culturales y religiosas que a veces dificultan el cambio y generan resistencia a la innovación, en Asia se observa un dinamismo constante en su evolución cultural. Por ejemplo, es sorprendente ver cómo se celebran funerales sintoístas para mascotas tecnológicas de Sony.

Esta flexibilidad cultural tiene repercusiones tanto en la innovación como en el ámbito comercial. Foros como ASEAN han demostrado continuidad a pesar de la diversidad política de sus miembros. Considero que la variable cultural es poco reconocida en nuestros análisis, los cuales tienden a ser superficiales al centrarse únicamente en el comercio y la geopolítica sin profundizar en las dimensiones culturales que también influyen en estas dinámicas”.

Por qué es necesario que en América Latina se impulsen más centros para estudiar la región Asia Pacífico

”En América Latina existe una reticencia al cambio que puede atribuirse a diversas razones históricas, políticas, económicas y culturales. En contraste, en Asia hay una tendencia marcada hacia la innovación y la transformación. En ese sentido, creo que hoy los acontecimientos más significativos ocurren en el eje Asia Pacífico, y deberíamos replantear la forma en que representamos el mundo, ubicando este eje en el centro de nuestros mapas.

Si América Latina no se adapta a esta realidad y no comprende la importancia de establecer relaciones con países asiáticos, especialmente en términos de negociación comercial y cooperación, enfrentará serias dificultades.

Si observamos la situación de los años 60, América Latina era considerablemente más rica que muchos países del este asiático, como China, Corea o Taiwán. Sin embargo, a pesar de contar con recursos y oportunidades para prosperar, hemos visto que otros países han avanzado significativamente mientras nosotros seguimos estancados.

Por ejemplo, Ecuador, que en la década de 1960 tenía un PIB per cápita superior al de Corea del Sur, ha visto que este último ha quintuplicado su PIB per cápita desde entonces. Mientras tanto, los países asiáticos han logrado un notable desarrollo, incluido el caso de China, que ha experimentado una industrialización tardía y ha alcanzado un éxito impresionante.

A pesar de estas realidades, en América Latina aún persiste una percepción de superioridad frente a Asia. Sin embargo, es crucial reconocer que China se ha convertido en un coloso tecnológico y económico. Visitar ciudades como Shanghai o Shenzhen puede resultar asombroso, incluso para estadounidenses que consideran que sus ciudades son modernas, pero que enfrentan grandes problemas urbanos.

América Latina lidia con un problema de identidad, esto porque nos consideramos parte de Occidente por nuestra historia colonial y por hablar idiomas europeos. Sin embargo, esta autoidentificación nos ha llevado a ignorar nuestra diversidad cultural y socioeconómica. A pesar de tener ciudades avanzadas con acceso a servicios modernos, también existen áreas donde la infraestructura es deficiente y los problemas sociales son evidentes.

Para mejorar en el futuro, América Latina debe reconocer la importancia de establecer una agenda sincera con el Asia Pacífico, donde están ocurriendo transformaciones significativas. China está influyendo enormemente a nivel global, como lo demuestra la reciente inauguración del puerto de Chancay en Perú.

Si queremos evitar seguir retrocediendo como lo hemos hecho en los últimos 60 años, necesitamos adquirir un conocimiento profundo sobre estas dinámicas y asumir los retos de manera conjunta. Dado que somos mercados pequeños, como Chile y Ecuador, debemos unirnos para tener una voz más fuerte frente a potencias como China o incluso Corea del Sur. Sin una colaboración efectiva entre nosotros, seguiremos enfrentando las mismas dificultades históricas”.

Proyección de la relación China-América Latina

“Me parece que la relación entre China y América Latina está en una fase de crecimiento significativo, y un claro indicador de esto es el puerto de Chancay, parte de la iniciativa de la Franja y la Ruta. Este puerto es enorme y tendrá un impacto considerable en toda la región sudamericana, especialmente en la costa del Pacífico. A largo plazo, creo que también influirá en Brasil, que es el país con mayor intercambio comercial con China, aunque no cuenta con un puerto de tales dimensiones.

Desde hace décadas, se ha hablado de la necesidad de una carretera que conecte Manta, Ecuador, con Manaus, Brasil, o que enlace Perú con Manaus. Esta idea ha estado en la agenda de los países latinoamericanos durante mucho tiempo, pero no hemos logrado implementarla.

Sin embargo, ahora parece que esto podría hacerse realidad gracias a la influencia de China. El puerto de Chancay seguramente dinamizará los intercambios comerciales no solo entre China y Perú, sino también con los países vecinos como Ecuador, Colombia y Chile. Bolivia, aunque no tiene acceso directo al mar, también mantiene una buena relación con China.

La relación con China seguirá creciendo porque este país es conocido como "la fábrica del mundo". Hoy, se pueden encontrar productos de todo tipo en China, esto es, desde artículos de bajo costo hasta productos de alta calidad. En nuestros países, especialmente en los andinos, la pobreza es un problema significativo. Por lo tanto, los consumidores buscan productos accesibles que se ajusten a sus modestos salarios. Esto hace que los productos chinos sean atractivos para muchas personas.

Además, China tiene una clara intención de aumentar su influencia global y considera a América Latina como una región estratégica. La región posee importantes recursos minerales y petróleo, con Venezuela destacándose por tener algunas de las mayores reservas del mundo, a pesar de su complicado contexto político. También hay recursos como tierras raras y una rica biodiversidad que posicionan a América Latina como un actor clave en temas de cambio climático y tecnología.

Por último, si Estados Unidos implementa tarifas más altas a los productos chinos como ha prometido Trump, China tomará medidas para invertir en América Latina y establecer fábricas en distintos países. Esto podría cambiar aún más el panorama comercial en la región”.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl