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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

La apuesta de Corea del Sur por la robotización para aumentar el empleo y la competitividad

04 enero 2018

Pese a que el país asiático tiene la mayor densidad de robots por cada 10 mil habitantes, es uno de los países con menor desempleo entre los países de la OCDE gracias a un enfoque que concilia productividad, seguridad laboral y bienestar.

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Corea del Sur es una de las economías con mayor desarrollo en nuevas tecnologías, siendo la robótica uno de sus adelantos principales. Desde una perspectiva integradora, los robots son vistos como una solución a los problemas de los trabajadores, por lo que se espera que las actividades más riesgosas sean realizadas por máquinas. Esta política forma parte del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 9,2 relacionado con la industrialización inclusiva y sostenible y su contribución al aumento del empleo. Más detalles de esta realidad, en la siguiente nota.

Nuevas perspectivas del trabajo gracias a la robótica

En la era de la revolución digital hay economías ganadoras o perdedoras, pero Corea del Sur es una de las primeras. Al igual que sucede con otros países como Japón, Singapur o los países escandinavos, la investigación y el desarrollo han estado enfocados en encontrar soluciones digitales a problemas complejos, razón por la cual Corea, Japón y Alemania, son los mercados donde se fabrica el 80 por ciento de los robots de todo el mundo.

Si bien es cierto que los altos niveles de robotización de estos tres países han llevado a que sean a su vez los más innovadores y con mejores posiciones en el Índice de Competitividad Global, la decisión de desarrollar la economía digital y la robotización no se debe a un simple modelo de negocios, sino a una vía de desarrollo económico para incrementar las oportunidades.

La llamada Industria 4.0 supone que los principales actores productivos del país sean inteligentes, es decir que incorporen la automatización a sus procesos, la digitalización de sus instrumentos y la sofisticación en el procesamiento de datos. Es por ello que, según un informe publicado en abril de 2017 por el Instituto de Empleo Global, la robótica ha traído más oportunidades para Corea del Sur gracias al desarrollo de nuevas habilidades, por ejemplo a los trabajadores calificados en matemáticas, ciencias o tecnología artificial. Esto debido a que se hace necesaria una mayor interacción entre los humanos responsables y las máquinas.

Asimismo, el reporte señala que cualidades como la creatividad y la flexibilidad son importantes, pues el trabajo con las nuevas tecnologías, más que exigir rutinas o procesos repetitivos de obediencia, requieren de habilidades para trabajar de manera organizada e independiente, además de construir redes y equipos para trabajar en búsqueda de conceptos abstractos.

Para Jaime Soto, secretario general de la Asociación Chilena de Tecnologías de la Información (ACTI) el proceso de robotización es la respuesta oportuna a un contexto global. “La venta de los robots se ha incrementado un 15 por ciento en 2016 respecto del año anterior, ese es un tema tangible, estamos hablando de 2,5 millones de robots industriales por año hasta 2019, creciendo a un ritmo de 12 por ciento anual. Entonces, mientras mejor capital humano tengamos, menor tasa de desempleo lograremos, pero esto va a depender del grado de especialización de nuestros trabajadores. Lo que está pasando en Corea del Sur es que la tasa de desempleo es baja porque la economía está más automatizada y el capital humano más avanzado para asumir nuevos empleos, en el contexto de la robotización”, señaló.

Corea y los cambios en el ámbito laboral por la robotización

Tal como se señaló anteriormente, Corea del Sur es uno de los países pioneros en la robotización de su industria. Esto se evidencia en la densidad de robots, indicador que para abril de 2017 alcanzaba los 437 por cada 10 mil empleados, mientras que Japón tiene 323 y Alemania 221. Además, esto ha traído una serie de modificaciones en las condiciones laborales de los trabajadores coreanos que, hasta el momento, han sido beneficiosas. Cuáles son estos cambios.

En primer lugar, una mayor seguridad en tareas complejas. Debido a que los robots realizan tareas que son peligrosas para los humanos, se realiza una separación espacial con las áreas donde producen los trabajadores, por lo tanto, los trabajadores al dejar de realizar tareas peligrosas han aumentado los índices generales de seguridad laboral. Según el informe del Instituto de Empleo Global, la seguridad no solo se logra porque el hombre dejó de realizar tareas peligrosas, también porque los humanos pueden ingresar al área de los robots cuando estos se encuentran desenchufados.

En segundo lugar, pese a que no se produce una interacción activa entre ambos, la relación entre las personas y los robots es de cooperación. Por esta razón es que la robotización en Corea no es vista como una invasión, sino como un proceso de asistencia a los trabajadores y apoyo a las personas comunes y corrientes. Por ejemplo, en el área de la salud, donde se pueden encontrar asistentes de enfermería para sacar a personas de las sillas de ruedas o ayudar a las personas ciegas a encontrar su camino.

Por último, la robotización ha llevado a aliviar las tareas extenuantes de los trabajadores, por lo que cuentan con más tiempo para la interacción con otras personas, además de tener más tiempo libre. Asimismo, han disminuido las ausencias relacionadas con enfermedades causadas por las tareas físicas, por lo que el trabajo se ha hecho cada vez más específico y eficiente. En un artículo publicado por Moon Jong Choi en el Smart Media Journal en diciembre de 2016, señaló que los robots en la industria manufacturera y los robots inteligentes en todas las áreas han tenido efectos positivos en la economía coreana.

Aprender para incorporar y aprovechar las potencialidades de la colaboración

Una de las premisas en la robotización es que antes de introducir las nuevas tecnologías es necesario que los empleados se familiaricen con el sistema, principalmente en cuanto a la construcción técnica básica, ya que es necesario que internalicen su funcionamiento para sacar el mayor provecho posible. Sin embargo, la apuesta más importante es que se produzca una relación de armonía entre el operador y la máquina, pues de esta manera ambos pueden sacar provecho al máximo de sus utilidades.

Este principio ha sido entendido por el comité organizador de los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang donde 85 tipos distintos de robots creados por el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología Avanzada, participarán en la entrega de información, transporte, limpieza, entre otras actividades. Para ello, el personal que trabajará en el certamen ha estado recibiendo capacitación. Asimismo, la gigante tecnológica LG tendrá dos nuevos robots en el Aeropuerto Internacional de Incheon con el fin de entregar información a pasajeros internacionales en diversos idiomas.

En un artículo de Alex Beall publicado en The Robot Report, señala que Corea del Sur, después de lograr la mayor concentración de robots a nivel mundial, tiene como preocupación aumentar la producción de robots colaborativos que permitan una mejor interacción con los trabajadores. En consecuencia, “la Federación Internacional de Robots espera que la industria de estos robots crezca a una tasa promedio anual del 20 por ciento y para el 2025 alcance los 33,8 millones de dólares”, señala la publicación.

De tal manera, del crecimiento en la expansión de los robots, el país asiático pasó a una fase en la que se prioriza la fabricación de máquinas inteligentes que permitan funcionar con los humanos y robots colaborativos –llamados cobots- que complementen las tareas de las personas. Según Per Vegard Nerseth, jefe de robótica en ABB, en una nota publicada por el Financial Times, explica que los robots en lugar de destruir puestos de trabajo, crean nuevos. “Hoy es muy difícil ver que los robots realmente están quitando empleos. Yo diría que estamos ayudando a las empresas a ser más competitivas y eficientes”, señala.

Tal reflexión se evidencia en el hecho que Corea del Sur es el quinto país de la OCDE con menor desempleo, posición que ubica al país asiático por encima de países como Alemania y Estados Unidos, aunque tres posiciones más abjo de Japón -quien en líder la robótica-, que ocupa el segundo país con menor desempleo detrás de Islandia.

Los desafíos de la robotización vistos desde la realidad chilena

Consultado sobre las perspectivas y desafíos en relación a la robotización en nuestro país y su impacto en el empleo, Jaime Soto se mostró optimista, aunque señaló que es importante el trabajo con las nuevas generaciones. “Todas las tecnologías representan riesgos y esto debe ser asumido. Las mayores innovaciones de la humanidad, como por ejemplo la inteligencia artificial, tienen que ser conducida y desarrollada según un marco ético. Para dar este paso, nosotros como país tenemos que separarlo en tres contextos, los que tienen una muy alta especialización, los trabajadores con trabajos manuales y por último los trabajadores con ingresos medios que son los que corren el riesgo de quedar fuera del mercado por pertenecer al sector de servicios e industria. Nosotros como país estamos a tiempo para formar a nuestros futuros trabajadores que son los niños, porque son los que se enfrentan a un mundo digitalizado, es con quienes tenemos que trabajar”, explicó.

En relación a las áreas que podrían verse beneficiadas de la robotización, el Secretario General de ACTI coincidió con el caso coreano, pues serían los trabajos con alto riesgo. “En Chile en el sector minero la robotización permite que todos los trabajos peligrosos sean reemplazados directamente por máquinas. Desde Santiago se puede operar una mina en el norte. Este es un tema que tiene que ver con actividades peligrosas de difícil acceso, pero en el fondo la pregunta es qué hacemos con las personas que se dedican a este tipo de actividades físicas. Se requieren personas que automaticen procesos o que hagan lo que los algoritmos no pueden realizar, creadores de interfaz, etc”, agregó.

Por último, se refirió a los desafíos que debemos enfrentar para aprovechar las oportunidades de este tipo de innovación. “Hoy en América Latina tenemos déficit de especialistas del 31 por ciento, lo que se traduce que para 2019 habrá más de 19 mil vacantes en el área de nuevas tecnologías. Ahora, la pregunta es que para el 2025 se espera que 1,2 millones de personas en América Latina sean empleadas por la industria del software, siendo la profesión con más crecimiento en la región, pero el problema es que hay una disociación entre la gente que estudia las nuevas tecnologías, porque el 95 por ciento son hombres versus el cinco por ciento de las mujeres. Entonces se podría decir que hay factores históricos y socioculturales, pero qué hacemos si existen las mismas capacidades entre hombres y mujeres para desarrollar esto”, concluyó el experto.


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