Rodrigo Tellez Long es chileno, tiene 28 años, aún no domina el chino mandarin y está en Shanghai desde el mes de noviembre en 2008. Desde dicha “megapolis” se desempeña como Managing Director de la empresa Vicsa Safety America - Shanghai office y ha podido comprobar las diferencias entre el modo de trabajar chileno y el chino.
MANAGING DIRECTOR DE LA EMPRESA VICSA SAFETY AMERICA- SHANGHAI, CHILENOS EN ASIA PACIFICORodrigo Tellez Long es chileno, tiene 28 años, aún no domina el chino mandarin y está en Shanghai desde el mes de noviembre en 2008. Desde dicha “megapolis” se desempeña como Managing Director de la empresa Vicsa Safety America - Shanghai office y ha podido comprobar las diferencias entre el modo de trabajar chileno y el chino.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
Rodrigo Tellez Long es chileno, tiene 28 años, aún no domina el chino mandarin y está en Shanghai desde el mes de noviembre en 2008. Desde dicha “megapolis” se desempeña como Managing Director de la empresa Vicsa Safety America- Shanghai office y ha podido comprobar las diferencias entre el modo de trabajar chileno y el chino.
La idea de irse a China
Tengo 28 años y afortunadamente tuve una experiencia de estudios en el extranjero (San Francisco-California Estados Unidos), sin haber viajado mucho anteriormente, fue durante dicha estadía cuando me di cuenta que Asia y en particular China era el destino al que debía enfocarme como plan futuro.
A mi regreso a Chile comencé a trabajar vinculado al mercado asiático y pude palpar en terreno la fuerza y tamaño impresionante de su mercado, lo diferente de la cultura oriental, las personas, el idioma, etc.
Cuando surgió la oportunidad de establecerme en China por unos años, no lo dudé, pues siempre hay que recordar que la vida es una sola y por ello buscar conocer el máximo posible este mundo donde vivimos. Afortunadamente, tengo una señora que piensa igual que yo, mi compañera de aventuras, ya que sin ella no hubiera sido tan fácil la decisión.
Además, Chile está muy aislado y hay que aprovechar la ventaja que tenemos sobre las generaciones pasadas para movernos con facilidad por el mundo y conocer más de él y su diversidad de culturas. En definitiva, no existe lugar más lejos de Chile que China, por lo que también lo hace doblemente atractivo, ¿cierto?.
La vida en China
Dentro de las vivencias importantes que tenido al en China destaco el año nuevo, que es una experiencia realmente increíble y que se escapa de todo lo que hay en occidente, partiendo con que se rige por el calendario lunar por lo que todos los años se celebra en distinta fecha.
En dicho momento los chinos tienen una semana de vacaciones en la que la mayoría de los trabajadores vuelve a su ciudad natal a celebrar con su familia, lo que produce un colapso de los medios de transporte a nivel nacional.
Una de las situaciones más singulares de esta celebración son los fuegos artificiales. En China no existe prohibición para comprarlos, por lo se venden en cada quiosco y supermercado de la ciudad, con set tan profesionales que no tienen nada que envidiarles a los de la Torre ENTEL. Está permitido lanzarlos durante todo el período de vacaciones y literalmente no paran durante esos 5 días.
El día del año nuevo chino en sí, la cantidad de fuegos artificiales y el ruido que producían era tal, que Shanghai parecía estar siendo bombardeada por un frente enemigo. Prácticamente había que esconderse en el departamento con ventas cerradas para que no entraran los proyectiles que al ser caseros reventaban a la altura de ellas.
China y las diferencias con el “estilo de trabajo chileno”
Como Managing Director de la empresa Vicsa Safety America-Shanghai office, mi trabajo consiste en gestionar las compras para nuestras oficinas en Latinoamérica, es decir, organizar en conjunto con nuestro equipo de trabajo en China, los requerimientos desde sus inicios hasta el momento de su embarque.
Al estar aquí me he podido percatar de algunas diferencias entre los estilos de trabajo entre ambos países, podría decir que en China todo debe estar claramente detallado, prácticamente con un manual de procedimientos para todo orden de cosas.
El jefe se presenta como una figura paternalista que debe ser partícipe en todas las decisiones por ínfimas que sean, por lo que es un trabajo diario que los empleados orientales se sientan seguros y puedan comenzar a tomar sus propias decisiones en el marco de sus responsabilidades. Hay que aprender a cultivar mucho la paciencia.
Otra diferencia entre ambos países se ve en el rol de los ingenieros comerciales, si bien la carrera en si no existe en China, en las profesiones afines, las principales diferencias radican en que los chilenos somos muy impacientes y nos gusta todo rápido.
Los chinos en cambio, tienen más conciencia de que hay que sembrar y esforzarse mucho para el cumplimiento de metas, quemando todos los pasos. Ahora bien, el gran tamaño de su mercado muchas veces hace que estos pasos sean de corta duración, pero en definitiva, no se impacientan al perder un negocio o una oportunidad, pues bien saben que es parte del camino.
Otro tema que nos diferencia es la movilidad laboral. A pesar de la apertura económica y sus cambios, aún se aspira a permanecer en una misma compañía por largo tiempo para ir ascendiendo, mientras los ingenieros chilenos están más dispuestos a cambiar de trabajo en busca de ascensos. Sin embargo, creo que esta tendencia irá cambiando por lo rápido del crecimiento en este país.
Lo positivo y lo negativo de hacer negocios en China
Los elementos que destacaría como positivos son su rapidez de reacción frente a nuevos requerimientos. Pueden desarrollar prácticamente lo que tú quieras en un muy corto tiempo. También sorprende su facilidad para reinventarse continuamente y salir adelante en las dificultades.
Como negativo, apresurarse en cerrar los negocios y acceder a todas las peticiones y plazos que el cliente propone para posteriormente, no poder cumplirlos en su totalidad, provocando atrasos, cambios en condiciones de precio, etc.; y en lo particular, mis primeras canas.
Ahora bien, este elemento negativo sí tiene remedio, y depende de uno mismo encontrar la solución al establecer claramente todos los detalles antes de las compras o ventas, especialmente los que nos parecen “obvios”, ya que por lo general la omisión de éstos son los que traen los problemas posteriores.
El factor crisis
Realmente estos meses me ha tocado ver en terreno como la crisis fue rápidamente haciéndose presente, ya que he visto con mis propios ojos fábricas indexadas a la economía de USA o Europa totalmente paradas, con sus maquinas sin producir y sus empleados despedidos en totalidad.
Las cifras de desempleo son impactantes, un ejemplo claro de esto son los 16 millones de trabajadores que quedaron sin empleo post-año nuevo chino, es como decir que en un rango de 10 días, prácticamente toda la población de Chile se quedo cesante.
Las oportunidades y los consejos para los que se atreven
China brinda la oportunidad de realizar cualquier negocio ya sea para exportar o importar siempre cuando haya trabajo, esfuerzo y planificación de por medio. En definitiva, eso también lleva a poner marcos, para focalizar los intereses e ir concretando los diferentes negocios.
Las posibilidades son infinitas y el mayor desafío es definir uno mismo lo que sabe y quiere hacer para así buscar la oportunidad. Además se debe trabajar duro en las metas diarias de manera honrada y avanzando paso a paso, sin seguir el camino corto que siempre tiene un mal final.
Para mi y mi Sra. esto está comenzando y esperamos sea un largo camino. Recomendamos plenamente esta experiencia a quienes estén con ese “bichito” adentro. China es un lugar fascinante, muy distinto a nuestro Chile, pero que podría ser considerada perfectamente la “Roma” de nuestros tiempos, ya que poco a poco se ha ido transformando en una potencia mundial en que a diario suceden cambios alucinantes que no dejan de sorprenderte.
Yo recomiendo venir a quienes tienen la inquietud de hacerlo y no esperan a la “suerte” sentados en su cama o alegando en sus casas por la falta de oportunidades, ya que aquí hay mucho trabajo y no hay tiempo para quedarse “esperando” la oportunidad. Definitivamente, hay que salir a buscarla.
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