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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Seminario analizó el futuro de la Alianza del Pacífico en su proyección al Asia

01 mayo 2017

Si bien la nueva categoría de estados asociados permitiría un vínculo formal con Nueva Zelandia y Australia, para los participantes en el encuentro es fundamental que en una primera instancia se incremente el intercambio intrarregional.

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El desafío de la Alianza del Pacífico, además de una integración regional profunda, es crear un bloque que permita a los cuatro países posicionarse de mejor manera frente a la región Asia Pacífico”. Esta idea se repitió en todos los paneles de discusión en el seminario “Alianza del Pacífico: oportunidades y desafíos de la integración regional”, organizado por la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD) el 25 de abril de 2017, en dependencias de la Sofofa. Una revisión de algunas de las materias expuestas, a continuación.

La región latinoamericana antes y durante la Alianza

La Alianza del Pacífico es un bloque que en los últimos cinco años ha sabido integrarse pese a que la región latinoamericana se encuentra en un contexto económico adverso. Para dar cuenta de esta realidad política y económica, el ex canciller chileno Alfredo Moreno, actual presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), entregó un recuento histórico de la formación de la Alianza, donde detalló algunos de sus principios fundacionales.

En primer lugar, remarcó la idea de que la región atravesaba por una época muy diferente a la de hoy, aunque señaló que los problemas son los mismos, ya que corresponden a asuntos estructurales.“El contexto en que nació la Alianza del Pacífico es distinto al que tenemos hoy. Estamos en un continente donde la prosperidad es escasa, esto incluye la innovación, el tipo de gobierno, el tipo de educación, los indicadores en salud, en fin. Entre los treinta primeros no hay ningún país latinoamericano. Seguimos dependiendo de uno o dos recursos naturales, por lo tanto somos altamente dependiente de esos precios”, comentó.

Las iniciativas de integración regional no tenían logros significativos en materia económica. “Las instituciones regionales, antes de que se crearan la Alianza del Pacífico, eran la OEA, Unasur y se creó Celac, pero en realidad desde el punto de vista de la integración económica prácticamente esas instituciones tienen contenido cero, son más bien de orden político que de integración económica. Aquella que tiene un contenido económico, como es el Mercosur, levantó un enorme muro entre esos países y el resto del mundo, creando un mercado más amplio, pero bastante desconectado”, agregó.

En la misma línea, se refirió a la diferencia en el enfoque político y económico entre los países antes que se formara la Alianza. “Había una gran diferencia entre los países que miraban el Atlántico y quienes miraban hacia el Pacífico, quienes tenían una forma de relacionarse con el mundo muy diferente. Mientras el Mercosur tenía una estrategia de enormes barreras con el mundo, Chile tenía una apertura comercial que lo llevó a tener arancel cero y tenía acuerdos de libre comercio que representan en 80 por ciento del total del Producto Geográfico Bruto”.

Según Moreno, esto llevó a que Chile, Perú, Colombia y México decidieran crear un solo bloque. “La idea era llenar el espacio que no cubría el Mercosur. Por eso en las primeras cumbres de la Alianza del Pacífico conversamos que, en vez de hacer lo mismo que en otros acuerdos latinoamericanos, de tener una integración poética, de grandes discursos y grandes abrazos que en la práctica no funcionan, íbamos a hacer una integración efectiva que comenzara con eliminar cualquier tipo de barreras a la transferencia de bienes, de servicios, de personas y de capitales. Además a todo esto, sin crear ningún muro respecto del mundo, es decir que sin forzarlo y dejar que cada uno de los miembros continúe sus políticas, a diferencia de los otros acuerdos no afectaba nada de lo que hacía cada uno”, sostuvo.

Para ilustrar lo anterior, el ex Canciller preguntó: “¿dónde está el Secretario General de la Alianza del Pacífico?¿Dónde están las oficinas de la Alianza del Pacífico? No tiene ningún edificio, secretaria u organismo, son los países que con los propios presupuestos de sus cancillerías la hacen funcionar perfectamente. Hoy incluso muchas de las reuniones ya no se hacen viajando, sino que en forma virtual a través de sus sistemas de conexión donde conversan los cuatro presidentes”, explicó.

En relación a las dinámicas de trabajo al interior del bloque, comentó. “Creo que nunca en la Alianza del Pacífico ha habido una reunión que haya durado más de dos horas, entonces es otra manera de funcionar y de pensar. Este es un acuerdo que deja todo el poder en los países, nadie pierde ni un solo milímetro de soberanía, solo deja el paso libre para que las personas se conozcan y vean que pueden hacer en común, nada más que eso”, puntualizó.

Un bloque que avanza en dirección al Asia Pacífico

Otra de las participantes fue Paulina Nazal, directora general de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon). Luego de agradecer el recuento histórico efectuado por Alfredo Moreno, coincidió en que la Alianza del Pacífico es una iniciativa exitosa y admirada por países de todos los continentes. Asimismo, comentó algunas de las iniciativas que como presidencia pro témpore se están desarrollando y resaltó las cualidades de este tipo de regionalismo.

“Tiene un tipo de flexibilidad que la hace interesante trabajar. Hay tres tipos de reuniones, que son las de presidentes, Consejo de Ministros que se reúnen dos veces al año y grupos de alto nivel, que son los viceministros de comercio exterior y relaciones exteriores de los cuatro países. A su vez, los temas tratados son las áreas de trabajo previamente establecidas. Aquí también es un acierto de la Alianza en la forma como trabajar”, señaló.

 

Más que un tratado comercial, Nazal agregó que esto es una iniciativa de integración regional que tiene una parte comercial en el protocolo, pero que pretende ir más allá. “En todas las áreas de trabajo se demuestra claramente, hemos definido otros temas que podrían darle una respuesta a esas críticas contra la globalización, respecto a los beneficios que de esta apertura le podemos entregar a todos los ciudadanos. Se puede decir que somos cuatro países, pero es increíble la cantidad de observadores, que son países que han formalizado su voluntad de vincularse a la Alianza del Pacífico y de expresar su disposición a trabajar y aportar para integrarse de alguna manera. Comenzamos con seis observadores y en la actualidad llegaremos a 50. Hemos definido áreas de trabajo con las cuales trabajar con ellos, aunque muchos han propuesto las suyas. Hay algunos que han planteado temas como innovación, educación, Pymes, incorporación de la mujer, becas de estudio, etc. Los países observadores nos dicen en qué área de trabajo y esa es otra característica muy peculiar de esta iniciativa”.

Avances durante la presidencia pro témpore de Chile

En su presentación, Paulina Nazal se refirió a los objetivos que Chile se planteó como presidente pro témpore. “Nosotros cumplimos con una agenda a largo plazo y esa agenda, el que la recibe, la sigue construyendo y aumentando. Uno de los primeros focos que tenemos es el aprovechamiento del Protocolo Comercial, que entró en vigencia en mayo de 2016. Esto es importante porque el comercio intrarregional aún es muy bajo, si bien esto pasa porque producimos bienes y servicios similares, in embargo hemos detectado un potencial enorme donde crecer”, comentó.

En relación al nuevo status de país asociado, la secretaria de Estado se refirió a la forma como ha sido percibida esta nueva modalidad. “Teníamos que dar un paso más allá en el trabajo con los Estados observadores. Hay un país muy interesado que es Nueva Zelandia, que ha sido persistente en su interés de tener un acercamiento mucho más profundo con la Alianza del Pacífico, lo cual valoramos enormemente, lo mismo sucede con Australia, que ha manifestado un interés mucho más decidido. El ser un estado asociado es algo parecido a lo que tenía Chile con el Mercosur”, señaló.

Sobre este mismo tema, amplió que el país asociado va a tener que firmar un acuerdo vinculante, con la Alianza del Pacífico en alguna materia económica o comercial, pero cumpliendo con dos características que se han establecido como base. "Lo primero es suscribir un acuerdo con altos estándares, con alta calidad, eso requiere de un compromiso más profundo. El segundo objetivo es quien quiera negociar con la Alianza, debe completar los acuerdos en un tiempo razonable”, finalizó.

La cooperación como elemento cualitativo en la integración

Otro de los exponentes fue el embajador Juan Pablo Lira, quien se encuentra a cargo de la Agencia de Cooperación Internacional (AGCI). Entre sus planteamientos más destacados, comentó que las becas Alianza del Pacífico han contribuido cualitativamente a la integración de los cuatro países. “México ha recibido 376 personas que realizaron variadas actividades académicas, puesto que fue posible en el marco que proporciona la Alianza del Pacífico. Chile, por su parte, ha recibido a 387 personas, que realizan actividades académicas en las distintas casas superiores en nuestro país. Algo similar ha hecho Colombia, que ha acogido hasta ahora a 352 estudiantes de distintas áreas en diferentes entidades. Por último Perú ha recibido a 325 estudiantes. Esto hace un total de mil 440 personas que han sido favorecidas por la plataforma de intercambio. En el caso chileno 445 personas han sido beneficiadas”, señaló.

De igual manera, comentó que existen otros ámbitos que la cooperación se ha desplegado. “Particularmente, concentramos nuestra atención en desafíos comunes para los países miembros, por ejemplo el cambio climático, se presenta como un reto de particular importancia porque participamos de una gran variedad de fenómenos. Desertificación, inundaciones, calentamiento de las corrientes marinas, entre otros. Esto trae aparejado una enorme afectación humana y productiva por consiguiente, aspectos que ciertamente golpean de manera violenta a poblaciones carenciadas o que viven en equilibrios muy frágiles”, sostuvo.

La cooperación, es un instrumento que puede contribuir a preparar a nuestras agencias estatales para mitigar estos impactos, según Lira, esto puede realizarse básicamente mediante una capacitación adecuada. “Hemos estado avanzando a través de la plataforma Kizuna, que es fruto de la cooperación triangular entre Japón y los países de América Latina, que está orientada a capacitar a funcionarios públicos de nuestra región en el manejo de desastres. En esto hay enormes perspectivas de seguir cooperando”, agregó.

Por último, el diplomático se refirió a uno de los temas que poco se ha tocado en las reuniones de la Alianza, se trata de la migración. “En un lapso de muy pocos años, las dinámicas migratorias se han acelerado de manera importante, en todas las Américas. Este es un fenómeno que creemos irreversible, que implica traspasos culturales, desplazamientos humanos, asentamientos y reasentamiento, confrontar diferencias y al mismo tiempo armonizar e integrar. Hay nuevas formas de consumo, antes desconocidos y que hoy acompañan a las poblaciones migrantes y generan mercados para ellos”, finalizó.


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