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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

El sistema de protección de infancia en Japón que promueve la participación de familias

12 julio 2017

La Ley de Bienestar infantil comenzó a regir en abril de 2017 luego de una larga discusión al interior de la Dieta nipona. Del concepto de cuidado integral a cargo de las instituciones, el nuevo sistema de protección migró a uno de “atención familiar” que garantiza el cuidado de los niños vulnerables en nuevos hogares.

Imagen de la nota

La institucionalización de la protección de la infancia en Japón es vista como un problema a superar. Por el contrario, la facilitación del proceso de adopción permitiría que más familias puedan hacerse cargo de niños y adolescentes sin hogar. Si bien la medición efectiva de resultados de esta medida podrá realizarse en al menos una década, algunos expertos concuerdan que la legislación nipona va en la dirección correcta. Una revisión general de esta experiencia, en la siguiente nota.

La legislación japonesa para la protección de la infancia es una apuesta a largo plazo, esto porque la Dieta de ese país aprobó la Ley de Bienestar de la Infancia el 27 de mayo de 2016. El ministro de salud de ese país, Yasuhisa Shiozako fue quien lideró los cambios para reformar la antigua ley que, según diversas críticas provenientes de la ciudadanía, producía una excesiva institucionalización que impedía una atención correcta y a escala humana de los niños, principalmente huérfanos.

Según una nota publicada por Human Right Watch, alrededor de 39 mil niños han sido separados de sus hogares biológicos, ya sea por problemas de abuso o de embarazo no deseado. El 90 por ciento de estos niños se encontraba bajo el sistema de los llamados cuidados alternativos que brinda el Estado, mientras que el pequeño porcentaje restante se divide entre padres adoptivos o criadores temporales.

Dicha Ley de Bienestar Infantil comenzó a regir a partir del 1 de abril de 2017 y consiste en que el llamado cuidado alternativo migrará desde las instituciones hacia las familias, bajo un nuevo principio de “Atención Familiar” que garantiza a todos los niños que crezcan en un entorno de hogar. Para ello se promueve la adopción y el cuidado basado en la crianza afectiva. Por el contrario, la institucionalización solo se limita a aquellos casos donde la protección de la familia no está garantizada.

A esto se suma que en aquellos casos donde la atención de las familias biológicas o adoptivas no sea la apropiada, la ley es clara en obligar a que los niños en las instituciones puedan encontrar ahí un ambiente de familia. De esta manera, los niños en edad preescolar que no puedan vivir con sus padres puedan encontrar nuevas familias. Por su parte, el gobierno luego de percatarse que la adopción había sido escasamente utilizada en el sistema de administración de la infancia, revisó su legislación y la dotó de mayor claridad.

El problema de la institucionalización

Uno de los principales actores demandantes de mejoras en el sistema de protección a la infancia fue la sociedad civil, que reunió firmas para cambiar la forma cómo se atendían desde el Estado los casos de vulnerabilidad. Sin embargo, el año 2014, el propio Human Right Watch publicó un informe de 90 páginas denominado Sin sueños: los niños en el cuidado alternativo en Japón donde se criticó el exceso de institucionalización.

Esta crítica se fundamenta en el hecho que en el Artículo 20 de la Convención sobre los Derechos del Niño se establece que todos los niños -temporal o permanentemente privados de su medio familiar- tienen el derecho a la protección y asistencia especial del Estado, sin embargo, según sus propias leyes deben garantizar otros tipos de cuidado de familias, como lo es la adopción. No obstante, el Estado tiene la responsabilidad de prestar particular atención a que haya continuidad en la educación del niño respecto a su origen étnico, religioso, cultural y lingüístico.

A esto se suma que el informe de Human Right Watch fue antecedido por una recomendación entregada por el Comité de los Derechos del Niños de Naciones Unidas, quienes en 2010 declararon que la institucionalización de un niño es una medida de último recurso y que las políticas de atención basadas en la familia eran escasas.

Principios de la nueva forma de proteger la infancia en Japón

Si bien la ley comenzó a regir el 1 de abril de 2017, el gobierno japonés inició sus acciones a partir del año 2015 cuando se propuso aumentar la tasa de familias de crianza del 15 al 30 por ciento. Asimismo, con el objetivo de cumplir con la directrices entregadas por Naciones Unidas, los pocos niños a cargo de instituciones deben contar con buenas instalaciones, además de estar a cargo de pocos adultos.

Uno de los principios más importantes de la nueva ley es la formulación de criterios concretos para promover el cuidado infantil familiar. Con esto, comienza a poner fin a la institucionalización y promueve un sistema de adopción especial que garantice atención de familias para todos los niños. Para ello se establecieron algunas medidas:

  1. - Aquellos niños que han sido institucionalizados en su contra, deben ser rápidamente transferidos a entornos familiares
  2. - Revisión de las medidas relativas a la transferencia de los niños con discapacidad a la atención domiciliaria
  3. - Despliegue de abogados en todos los centros de orientación infantil para garantizar sus intereses
  4. - Establecimiento del Día de la Adopción el 4 de abril. En este día, las principales ciudades del país llevan a cabo un Foro Público Privado para Promover Ambientes Familiares.

Las medidas propuestas en la Ley de Bienestar de la Infancia, apuntan a concretar las promesas realizadas durante la ratificación de la Convención sobre los Derechos del Niño, donde precisamente se establece que los niños deben crecer en un ambiente de felicidad, amor, comprensión y en un ambiente familiar. Más aún, según el propio ministro Shiaozaki, el Estado japonés llega tarde en el cumplimiento de este derecho, pues existen muchos adultos con un pasado desatendido.

Institucionalización y cuidado familiar en Chile

Al igual que en Japón la realidad en nuestro país en cuanto a la protección de la infancia es de especial preocupación, tanto para la ciudadanía como para organismos internacionales. Según datos de Unicef Chile, uno de cada cinco niños vive en condiciones de pobreza y altas probabilidades de violencia física. Según Martha Kluttig en una nota publicada el 29 de junio de 2017, esta situación se profundiza con el hecho de que las políticas implementadas han sido remediales y no preventivas.

Una opinión similar tiene Cristóbal Hahn, filósofo de la Universidad Católica y experto en temas de protección de infancia. “El sistema no está dando a basto, pero más que eso, no estamos mirando una realidad histórica que nos muestra datos con una gran cantidad de niños desprotegidos. Hoy el análisis es más polémico porque estamos ad portas de una elección presidencial y parlamentaria, pero además sabemos que en los últimos 10 años han fallecido cerca de 100 niños por año y recién ahora se visibiliza y produce una polémica que debiera haberse producido desde el primer momento. Esto es lo que no genera el nivel de crítica y participación ciudadana que necesita un problema de esta magnitud”, señaló.

En relación a las complejidades que produce la excesiva institucionalización de la protección infantil, Hahn agregó que además de estructural, tenemos un gran problema cultural con la protección de la infancia. “Se agrava por el escenario de desconfianza porque al final para un niño el abandono de verse alejado de su familia, o de la idea de una que lo proteja, alimente, eduque y brinde cariño se suman los problemas que trae la institucionalización donde hay miles de niños mezclados unos con otros. Aquí lo ideal es que puedan estar en hogares de acogida más pequeños y ojalá familias, pero para eso se necesita un sistema que sea capaz de evaluar cada caso pertinentemente según niño y familia que lo va a recibir. Hoy tenemos el problema que la respuesta a esta evaluación es muy lenta y eso es problemático si consideramos que en ese período previo a la adopción los niños son institucionalizados”, explicó.

Asimismo, el experto en temas de infancia valoró la ley de Japón, ya que, pese a que no tenga resultados a la vista, iría en una dirección correcta. “La decisión de Japón pareciera ser muy atractiva porque tiene el enfoque de reducir la institucionalización. Este es un problema que tiene que analizarse con datos y desde una perspectiva temporal, no solo desde un impacto particular. Una de las cifras que tenemos es que la mitad de los presos en Chile ha pasado por el Sename y ese tipo de datos no se ve en un impacto puntual, sino en una perspectiva en el tiempo, por lo mismo no podemos saber cómo será el resultado de la nueva Ley en Japón, aunque se podría decir que va en la dirección correcta. El asunto es que si miramos al Chile de hace 30 o 40 años nos podemos dar cuenta que si no institucionalizábamos a los niños, los dejábamos en un abandono mucho mayor al que se encuentran hoy estando institucionalizados. Nuestro estándar ahora es reemplazar la institucionalización de los niños, pero no a destruir las instituciones de protección”, puntualizó.

Más información sobre el problema de la institucionalización de la protección infantil en Japón, en el siguiente video.


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