El infalible sistema de cobro automático que reina en las carreteras de Singapur

El Electronic Road Pricing, ERP de Singapur, es una referencia mundial en la lucha contra la congestión vehicular. En las últimas semanas, Chile fue testigo de los efectos que el desarrollo y crecimiento abismal del parque automotriz está empezando a tener en las carreteras del orbe. Conozcamos algunos detalles del ERP y la opinión de un experto chileno en flujo vehicular en el Asia Pacífico.

ERP de Singapur

El control electrónico de precios en el centro y las carreteras de Singapur, está diseñado específicamente para que los automovilistas prefieran usar vías alternativas en las horas punta. Cada uno de los 80 lugares de cobro distribuidos en el país (que ocupa un área similar a la de Santiago de Chile) consiste de un par de sensores y un juego de cámaras que captan las patentes de los automóviles.

Este sistema instalado en las rutas, se comunica con un aparato (In- Vehicle Unit, IU) que va instalado dentro del vehículo, cuenta con una pantalla y una tarjeta de débito, a la que se cobran los montos correspondientes a cada punto del camino recorrido. Este equipo, que cuesta alrededor de 150 dólares, es obligatorio para utilizar las rutas de pago. En caso de incurrir en morosidad, se aplica una multa de 10 dólares al automovilista en las primeras dos semanas, y 1000 dólares o un mes en la cárcel si es que la deuda no se paga dentro de 30 días.

El cobro en cada punto, depende de una ecuación que varía con la hora y la ubicación. Los extranjeros que manejan en Singapur, tienen la alternativa de arrendar un IU o bien pagar a la salida un monto fijo de 5 dólares por cada día que hayan estado en el territorio.

La severidad de este sistema y su carácter infalible, ha desarrollado distintas reacciones, tanto dentro como fuera de Singapur. Mientras unos rescatan el orden necesario para mantener el progreso y la fluidez vial, otros ven en el ERP un sistema que succiona automáticamente los dólares de los singapurenses. Este sistema inspiró la película Money No Enough 2, en la que la presencia de puntos de cobro en cada rincón de Singapur desencadenaba una protesta en la que la gente tiraba los aparatos al mar.

Un sistema similar a este se trató de implementar en Hong Kong en la década de los 80. Sin embargo, la alta impopularidad que tuvo en la ciudadanía, ha impedido que se retome la medida.

Alberto Escobar, gerente de asuntos públicos de Automóvil Club de Chile, es uno de los pocos expertos nacionales que ha tenido una experiencia significativa en los países del sudeste asiático. Su residencia prolongada en Vietnam, le permitió conocer de cerca varios de los sistemas con que los gobiernos de la región tratan de hacerle frente a la temida congestión vehicular. “En Asia se hace una gestión de carretera distinta. La gente se desplaza mucho en motocicleta, y tienen un medio de transporte que nosotros no tenemos, que son los trenes. Un tren puede reemplazar mil a dos mil autos”.

En Singapur, sin embargo, la cosa difiere por el alto nivel adquisitivo que tienen sus habitantes, el uso cotidiano de automóviles y la densidad poblacional. Su modelo de descongestionamiento vehicular a través del cobro y las multas no necesariamente tendría un efecto positivo en Chile. “Lo que han hecho (en Singapur) es tarifar mucho. Según ese modelo, si me voy a la una de la mañana a la playa me deberían bonificar con un 50 por ciento de descuento por desocupar la calle a la hora punta. El que se quiere ir a las 10 de mañana del sábado, debería pagar el 200 por ciento. Pero la tarificación vial no es la solución, porque la concentración automotriz es muy grande. Hubo un escándalo por la tarificación de los estacionamientos en los mall aquí en Chile, y aún están llenos. Uno se sigue demorando media hora en estacionarse en la hora punta un sábado después de almuerzo”.

La discusión de la descongestión de las carreteras en Chile está empezando a instalarse en los últimos años, en que la fila de autos en un embotellamiento se ha ido haciendo paulatinamente más larga. “Tuvimos un problema puntual significativo el 15 de septiembre, con 600 mil autos saliendo de Santiago, eso es el 50 por ciento del parque automotriz. Es como si todos los miembros de la familia quisieran salir por la puerta de la casa al mismo tiempo”. Junto a esta situación puntual, Escobar señala que “se nos olvida que el crecimiento del parque automotriz son 300 mil autos nuevos al año. Santiago tiene el 40 por ciento del parque nacional y por cada auto nuevo, cuatro autos viejos cambian de mano”.

Otro aspecto que hay que considerar, según Escobar, es la conducta que tiene cada sociedad respecto del uso y tenencia de vehículos. “Mientras en otros países el dueño de una motocicleta tiende a comprase una moto más grande en la medida en que aumenta su capacidad adquisitiva, en Chile la conducta es comprarse un auto. Le damos un valor de independencia y estatus que hace que esta discusión tenga un matiz sicológico. Por otro lado, para aplicar la tarificación de las rutas, se necesita también un piso político importante. Más que ingenieros viales, que es un servicio que se puede comprar, en Chile necesitamos especialistas que estudien la conducta de la sociedad en el tema del transporte”.