Supermercados en Nueva Zelandia avanzan en eliminar plásticos en frutas y verduras

No se trata de una gran reforma o una política de alto costo para un gremio o un grupo de la ciudadanía, sino más bien de una simple decisión tomada por una empresa privada con el fin de provocar un pequeño cambio de hábitos y que sin quererlo ha concitado la atención de distintos grupos interesados. Más detalles de esta iniciativa, en la siguiente nota.

”Alimentos al desnudo”

La decisión tomada por la cadena neozelandesa de supermercados “New World”, consiste en la eliminación de todos los envases y envoltorios plásticos en frutas y verduras. De tal manera, los pasillos dedicados exclusivamente a este tipo de productos se encuentran con sus “alimentos al desnudo”. El propósito final es simple: contribuir en la reducción de desechos plásticos en el ambiente.

Los efectos de este cambio no se hicieron esperar pues los consumidores demostraron su preferencia por este tipo de productos ofrecidos sin ningún tipo de envoltorio, al punto que las ventas de verduras se dispararon hasta en un 300 por ciento, según comenta un sitio especializado en el rubro. Y aunque para algunas personas la motivación ambiental es un factor importante, para otras hay una percepción nostálgica que evoca a los viejos verduleros de barrio.

Pero también el tratamiento de las frutas y verduras cambió con este nuevo formato de presentación, ya que para contribuir en su conservación se rocían con agua mineral. Según el propietario de la cadena, esta nueva forma de almacenamiento ayuda a que los productos mantengan su color por más tiempo y que incluso adquiera vitaminas adicionales. Por lo tanto, a la larga se evita el desperdicio de alimentos que pueden ser perfectamente consumidos.

Luego de tal experiencia, tanto esta cadena de supermercados como otras tiendas, están comenzando a incorporar más alimentos y productos como carnes y pescados “al desnudo” con el fin de que sean los propios consumidores los que traigan sus propios contenedores y recipientes.

”El plástico está envenenando nuestros océanos”

La libre circulación de millones de partículas plásticas en el ambiente afecta a los ecosistemas terrestres por el impacto directo en los suelos, pero también en mayor proporción a los océanos, ya que los desperdicios llegan indefectiblemente al ser humano a través de la red trófica marina, pues al ser millones de microplásticos traslúcidos son confundidos por las especies como alimento.

Según señala un artículo de Marga López Rivas y Sergio López Martínez en Ethic, muchos grupos de especies como tortugas al ingerir estos elementos bloquean el tubo digestivo y terminan muriendo por inanición. Esta situación es realmente alarmante, pues la cantidad de plásticos supera los 10 millones de toneladas métricas y podría seguir aumentando en los próximos años.

De tal manera, la iniciativa emprendida por los supermercados en Nueva Zelandia es un acierto por varias razones, pero su sentido de urgencia cobra relevancia ante el hecho de que el océano Pacífico es uno de los espacios marinos más contaminados de todo el planeta. De hecho, los mismos autores en otro trabajo publicado en el Global Change Biology demuestran con base en 112 mediciones que junto al mar Mediterráneo se produce la mayor ingestión de plásticos por fauna marina.

Tales plásticos -según los autores- son restos procedentes de contaminación terrestre, plásticos de desechos, residuos de fibra procedentes del lavado de ropa y polímeros que vienen de la degradación de los plásticos más habituales como los de un solo uso. En consideración de esta realidad, la contaminación de los océanos no es un problema puntual del océano Pacífico o el mar Mediterráneo sino un problema mundial.

Proyecto para vender a granel en los supermercados chilenos

Una iniciativa para reducir los plásticos de un solo uso fue presentada en la Cámara de Diputadas y Diputados. El proyecto que “Establece la obligación para los supermercados de disponer de espacios exclusivos para la venta de productos de todo tipo a granel y libres de plástico”, plantea entre otros argumentos que “la empresa privada puede crear hábitos amigables con el medio ambiente, ayudando a mitigar uno de los focos de daño más significativos para nuestro medio ambiente: el consumo doméstico”.

Su autor, el diputado Tomás Fuentes afirmó que el desecho de plásticos es mucho mayor a la capacidad de reciclaje. “Hoy en Chile, el consumo de plástico promedio por persona al año es de 51 kilos, con un total nacional de 323.776 toneladas de envases, de los que apenas se recicla el 4,5 por ciento. Por lo tanto, seguir utilizando materiales que son casi indestructibles para envasar productos que se consumen en apenas dos minutos es un sinsentido que hoy tiene a diferentes ecosistemas convertidos en verdaderos vertederos”, expresó.

Desde esta perspectiva, confía que a la luz de otras experiencias donde se han logrado buenos resultados, el objetivo del proyecto pueda cumplirse. “La iniciativa ya ha sido implementada con éxito en países como Alemania, Holanda y España, por lo que queremos que Chile se sume con acciones concretas a la lucha contra el cambio climático. Primero se hizo con la eliminación de las bolsas plásticas y ahora tenemos que hacerlo incentivando la venta a granel, reduciendo al máximo posible los plásticos de un solo uso”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl