La transformación de Corea del Sur en 6 décadas: lecciones para la discusión educacional chilena

El 25 de junio se cumplieron 60 años desde el inicio de la guerra entre las dos Coreas que hasta el día de hoy continúa siendo uno de los principales focos de riesgo y atención internacional. Tomando esta fecha como hito, resulta  atingente analizar el caso de la evolución de la Corea que era la más pobre que su par hasta mediados de los sesenta y que hoy es la 14° economía mundial, la misma que hoy es nuestro 5to socio comercial y referente internacional en varias materias.

La República de Corea (la del Sur) es el día de hoy, un ejemplo en materia de transformación económica y social.  El famoso “milagro del río Han” es conocido no solo porque el PIB per cápita de su población actual sea más de 100 veces superior al de hace solo 5 década, sino también, porque logró esta transformación junto a una “equitativa” distribución del ingreso (su GINI promedio del 1992-2007 es del 31,6 frente a un 52 de Chile),  siendo la clave de este proceso,  el desarrollo de capital humano y asegurando el ascenso social y económico  a través del performance educacional, el que ha sido excepcional a escala mundial. Corea lidera los rankings globales no sólo por sus empresas tecnológicas como Samsung, LG o sus innovaciones en biotecnología y nanotecnología… hoy, el país asiático es también un benchmark mundial en materia de educación. Tanto en el TIMSS como el PISA, los estudiantes surcoreanos se ubican en los primeros lugares, a su vez, sus jóvenes cuentan con la más alta probabilidad de continuidad a estudios terciarios, esto en las salas más pobladas del mundo hasta hace pocos años, con un gasto acumulado per cápita inferior a los países desarrollados y lo más importante de todo: independiente del background socio económico de sus padres… el gran desafío para Chile. Es natural entonces preguntarse el cómo… no existen fórmulas, y sí la cultura confucianista de priorización de la educación y la meritocracia juega un rol… sin embargo, este acervo cultural es milenario y la transformación del país se dio solo durante las últimas décadas.

Sólo algunos elementos: el entender que es el rol del profesor en la sala de clase el que mayor impacto tiene en los resultados de aprendizaje de los estudiantes. Para esto, se cuenta con universidades pedagógicas que aseguran la formación de docentes (por ejemplo, exámenes de grado que evalúan el manejo de los contenidos a ser enseñados y la capacidad docente en el aula de los futuros profesores), carrera docente en base al mérito (con ascensos atados a performance y no antigüedad) y entiende el impacto de la capacitación y de contar con elementos como tiempo para la preparación de clases como catalizadores que pueden asegurar sustancialmente las chances de contar con mejores desempeños docentes, más allá de otros elementos críticos y más difíciles de emular para Chile como el contar con los mejores puntajes de las pruebas de selección universitaria ingresando por motivación (por los subsidios o no) a hacer servicio país. En el caso de Corea, la carrera pedagógica es una de las de mayor reconocimiento social, de hecho es el país que cuenta con la mayor competencia laboral por puestos pedagógicos en el globo. Otro elemento que sí debería ser analizado como benchmark: además del recurso del docente, en cuanto a ambiente promotor de aprendizaje, se cuenta con la plataforma de tecnología de información para la educación que ha sido meritoria del premio internacional de la UNESCO, de hecho más del 99,6% de los niños coreanos la utilizan para sus estudios (¿qué recursos off- sala están los niños chilenos utilizando para mejorar su aprendizaje?) y off line, se cuenta con una industria editorial de las top 10 en el mundo (en un escenario en el que el coreano es el 16° idioma más hablado en el mundo, contando a los del norte… que no son parte del consumo de esta industria). De hecho, Corea es el único país en el mundo con políticas públicas de subsidio para la oferta y demanda de libros. Es así que podemos constatar que los milagros no son tales, sino resultado de implementaciones bien hechas de un diseño estratégico bien formulado… para Chile, que cuenta con recursos naturales, ausencia de conflictos bélicos inminentes y una posición insuperable en el Siglo del Pacífico, es de esperar que en mucho menos de seis décadas contemos con un salto sustancial en materia de desarrollo, y ojalá superando los actuales niveles desigualdad que vienen dados principalmente por diferencias de cuna y por ende de desigualdad para acceso a educación de calidad, por ende de profesiones y redes… no esperemos un milagro del río Mapocho, sino realicemos benchmarks innovadores.