Vida de barrio: ¿Qué tienen en común Japón, Indonesia y Conchalí?

A pesar de la modernidad que todo lo homogeniza, aún quedan barrios residenciales en todo el mundo, teóricos y ciudadanos intentando revivir esa “vida de barrio” que hoy sigue siendo conveniente y beneficioso. En la charla que ofreció ayer la Municipalidad de Conchalí, Santiago, pudimos conocer los mecanismos de Japón para desarrollar las capacidades en las pequeñas comunidades.

Con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional (AGCI) y el financiamiento de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), la arquitecto de la Municipalidad de Conchalí Mariela Aranda, viajó al país nipón para asistir a un curso sobre participación ciudadana en las políticas públicas y el gobierno local.

El propósito del curso era analizar y trabajar en base a la teoría denominada PLSD, que quiere decir Participatory Local Social Development. La idea central es detectar las necesidades y habilidades de cada localidad (no hay una metodología igual para todos) y desarrollar un plan participativo de acuerdo a dichas características y en función de un objetivo como es mejorar la calidad de vida en el barrio o incrementar los recursos de las familias. El sistema para poder medir las competencias de las comunidades en su contexto fue extrapolado luego por la arquitecto al barrio La Palmilla, de Conchalí, con el programa gubernamental “Quiero mi barrio”.

Para Aranda “la participación es un concepto amplio cuya finalidad es un desarrollo social sustentable. La institucionalidad es importante en el desarrollo de las capacidades, pero lo central es el desarrollo de capacidades en las personas”. Personas retratadas por la becaria en fotografías tomadas en barrios que bien podían ser de Japón, similares en Indonesia o de un barrio de Yakarta casi idéntico a Conchalí.