Así lo señala un estudio australiano encabezado por el sicólogo australiano Daniel Loton. El informe comprueba a través de sus páginas que ni los videojuegos serían los causantes de los problemas sociales de quienes los utilizan, ni que los problemas sociales llevan a la gente a jugar.
NoneAsí lo señala un estudio australiano encabezado por el sicólogo australiano Daniel Loton. El informe comprueba a través de sus páginas que ni los videojuegos serían los causantes de los problemas sociales de quienes los utilizan, ni que los problemas sociales llevan a la gente a jugar.Biblioteca del Congreso Nacional de Chile
Así lo señala un estudio australiano encabezado por el sicólogo australiano Daniel Loton. El informe comprueba a través de sus páginas que ni los videojuegos serían los causantes de los problemas sociales de quienes los utilizan, ni que los problemas sociales llevan a la gente a jugar.
Cuantas veces hemos visto al amigo, al sobrino o al primo pegado en un juego de Play Station, Wii o Xbox; lo más probable que más de una vez. Sin embargo, al apagarse la consola, la persona vuelve a la rutina y la gran mayoría no se convierte en una criatura ermitaña, que sólo sueñe con patadas voladoras y planes para conquistar el mundo. Estas afirmaciones podrían parecer de perogrullo fueron codificadas y registradas por un informe australiano que desmiente que quien juegue videojuegos sea un necesariamente un "nerd".
El estudio, del psicólogo australiano halló que el 15% de los 621 adultos consultados en una encuesta en Internet fueron identificados como "jugadores problemáticos" que ocupaban más de 50 horas a la semana jugando. Pero sólo el 1% de los mismos parecía tener pocas habilidades sociales, sobre todo timidez, dijo Loton, contradiciendo el estereotipo que habla que los aficionados a los videojuegos suelen ser solitarios y adictos a esas consolas porque son incapaces de socializar.
"Nuestros hallazgos sugieren con fuerza que jugar no causa problemas sociales, y los problemas sociales no llevan a la gente a jugar, pero lo que es importante mencionar es que incluso los jugadores problemáticos no mostraron muestras significativas de habilidades sociales pobres o autoestima baja", explica el australiano.
Para el neurólogo del Hospital Clínico de la Universidad Católica, Tomás Mesa, lo importante es que quienes jueguen lo hagan guardando las proporciones. “Hay personas que tienen problemas sociales y se arriman los videojuegos. Pero hay personas que siendo muy sociables, se meten a ese mundo y no es para nada negativo, lo que importa es que en el caso de los niños los padres pongan límites para que no se envicien.”, explica el especialista en neuropediatría y en afecciones con descargas como la epilepsia.
En otras lides el psicólogo e investigador de la Universidad de Victoria en Melbourne, indica que hasta hoy la mayor parte de la información que estereotipa a los jugadores no es concluyente. “Abundan foros en Internet que cuentan historias de personas que no pueden pararse del computador, pero desde un punto de vista clínico, una adicción es una enfermedad mental con consecuencias muy serias. En este contexto, tenemos que preguntarnos si el juego es responsable por causar quiebres importantes en la vida de las personas, de la misma manera que lo hacen las apuestas, el alcohol o las drogas”.
No obstante del informe isleño, existen registros documentados que indican que dependiendo del tipo de juego la capacidad perceptiva del individuo sufrirá variaciones. ” “Es verdad que estas dinámicas no hacen que alguien se vuelva más nerd, sin embargo el comportamiento durante el juego podemos identificar que aquellos/as que sean proclives a los juegos de combate, presentan inhibición de su capacidad perceptiva, mientras que aquellos/as que opten por aventuras gráficas y de estrategia, desarrollan de mejor manera esta capacidad”, concluye Rafael del Villar, investigador del ICEI de la Universidad de Chile quien decantó en estas conclusiones en su paper “Japoanimación, video- juegos, y vida cotidiana: una perspectiva socio-semiótica”.
Para finalizar Loton, admitió que siempre ha jugado con videojuegos, y pasó los dos últimos años dirigiendo el estudio que decanta en los resultados antes citados. Además agregó que la investigación contó con un cuestionario que incluía escalas para medir las habilidades sociales, la autoestima y para determinar el juego dependiente y problemático.
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