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Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Conozca el sistema de certificación de etiquetados ecológicos en Corea del Sur

07 septiembre 2021

A pesar de ser un sistema voluntario, se rige bajo la Ley de desarrollo y apoyo a la Tecnología Ambiental (DSETA por sus siglas en inglés). Más que un procedimiento para la evaluación y aprobación de rotulados, promueve el consumo y la producción sostenible con el propósito de crear las condiciones de un mercado más amigable con el ambiente.

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El Sistema de Certificación de Eco-etiquetado (ECS) de Corea del Sur ha sido reconocido como el mejor programa en el Este de Asia para la promoción de productos verdes. Si bien la base de este sistema se fundamenta en los estándares internacionales de la ISO 14.020, la experiencia coreana ha ido más allá, pues cuenta con una ley de desarrollo y apoyo a la tecnología ambiental que permite la colaboración entre un instituto de tecnología medioambiental encargado de la certificación, y el Ministerio de Ambiente coreano, orientado a establecer los estándares. Más detalles de esta política, en la siguiente nota.

Sistema de eco-etiquetado en sintonía con los estándares internacionales

El eco-etiquetado, tal como su nombre lo expresa, es un sello o rótulo que recoge información sobre el ciclo de vida de los productos con el objetivo de mostrar su impacto en el medio ambiente.

En una presentación de Camila Torres de la Organización Nacional de Estándares Brasileños (ABNT) la Red Mundial de Eco-etiquetado (GEN por la siglas en inglés de Global Ecolabelling Network), señala que el propósito de las eco-etiquetas es dar a conocer información de la huella ambiental para que tanto consumidores y proveedores conozcan los impactos de los productos en el entorno en todas las etapas de la producción, por ejemplo, durante la extracción de la materia prima, su fabricación, distribución, uso y finalmente descarte.

En consecuencia, las eco-etiquetas representan en su amplio sentido, un esquema de entrega de información pero también una herramienta de comunicación que orienta tanto a consumidores, como a proveedores, profesionales y autoridades, para que mediante las características transparentadas se tomen mejores decisiones, ya sea a la hora de consumir, o de establecer las reglas de juego para el desarrollo de los mercados.

En consideración de tales características, y al igual que sucede en otras regiones del mundo, en algunos países del Asia Pacífico las ecoetiquetas se han expandido para mostrar la huella ambiental de distintos productos. Ya sea gracias a iniciativas de gobiernos, o de organizaciones sin fines de lucro, se han promovido de acuerdo a los estándares internacionales del ISO 14.020 que es la norma internacional sobre etiquetas y declaraciones ambientales para la gestión ambiental.

A pesar de que su uso ha sido ampliamente promovido, un informe del Instituto Asiático de Tecnología, muestra que aún los esfuerzos en la región en su conjunto no han dado sus frutos debido a la falta de transparencia y pocas oportunidades para la cooperación.

A pesar de esta evaluación poco optimista, entre todos los países del Asia Corea del Sur figura como el caso con mayor cantidad de estándares o criterios reconocidos, pues cuenta con más de 150, seguido de China y Japón. Su programa ”Korea Ecolabel” es destacado por el informe como una experiencia a observar, ya que cinco años después de su creación en 1992 se incorporó a la GEN y en 2005 estableció un sistema de compra para fomentar la adquisición de productos que sean respetuosos con el ambiente. Ya para el año 2012 el programa reconocía 151 criterios con más de 8 mil productos certificados con ecoetiquetas.

El programa coreano se fundamenta en la creación de conciencia ambiental

Una muestra de que el Sistema de Certificación de Eco-etiquetado (ECS) funciona en conformidad con su misión, es que todos los años aumentan los criterios para certificar productos. Como parte fundamental de este sistema, el Ministerio de Ambiente coreano cumple el rol de proveer estándares para todos los productos, entre ellos podemos ver una gran variedad de bienes, por ejemplo en distintos tipos de papeles, máquinas fotocopiadoras, impresoras, pero también pinturas, jabones, entre otros productos.

Según el Boletín 41 de Política Ambiental de Corea, para el buen desempeño del ECS ha sido necesaria la creación de conciencia en los ciudadanos sobre la importancia de las eco-etiquetas y la realización de compras que sean amigables con el ambiente, pero también de la necesidad de contribuir en la reducción de los efectos negativos del cambio climático mediante acciones individuales. Para ello han sido fundamentales las campañas publicitarias, y con ellas también los programas de educación en instituciones de educación.

Dicho boletín señala que la existencia de una cultura responsable con el consumo no sólo permite que los procedimientos para el cumplimiento de las normas sean más eficientes, sino también el fortalecimiento del mercado de certificación ecológica a nivel internacional.

Una mayor conciencia sobre la degradación ambiental de los productos que consumimos a diario ha permitido que los consumidores sean más exigentes y la certificación sea un factor crucial a la hora de adquirir nuevos productos, estimar precios, definir calidades y apreciar cualidades de diseño. Es en virtud de estas consideraciones que el ECS apunta a que los consumidores reconozcan productos y puedan seleccionarlos según valores, pero también a fomentar la industria con nuevos negocios que entreguen información valiosa a otros compradores.

Características del sistema de certificación de eco-etiquetado en Corea del Sur

Tal como señalamos anteriormente, el sistema de eco-etiquetado cumple con las normativas internacionales de la ISO 14.020 y 13.024 sobre etiquetas y declaraciones ambientales. Para ello, tiene como respaldo la Ley de desarrollo y apoyo a la tecnología ambiental, independientemente de que la certificación por parte de los productores sea de carácter voluntario.

De tal forma, la autoridad encargada de certificar es el Instituto de Industria y Tecnología del Medioambiente de Corea (KEITI por sus siglas en inglés) una organización pública con una directiva conformada por miembros del mundo público y privado cuya misión es contribuir a la calidad ambiental de la economía interna, de modo tal que puedan compensarse los esfuerzos por lograr bajas emisiones de carbono y hacer crecer la economía.

Sin embargo, el Ministerio de Medioambiente coreano es el responsable de supervisar el desempeño y la incorporación de nuevas eco-etiquetas, además de revisar permanentemente las leyes relacionadas, regulaciones y trabajar en conjunto con el KEITI para el establecimiento de criterios en nuevos productos. El Manual de Políticas para el Consumo y Producción Sostenible en Corea, muestra como el ministerio trabaja de forma estrecha en conjunto con el KEITI con el fin de sumar nuevas certificaciones y ampliar el alcance de un mercado amigable con el ambiente.

Un ejemplo de las iniciativas impulsadas para ampliar el mercado de eco-etiquetas es la Certificación de Tienda Verde, orientada a facilitar la venta de productos ecológicos a los consumidores, pero en sitios con bajo consumo energético y baja emisión de gases efecto invernadero. Entre los criterios para la certificación está el cumplimiento con la legislación, pero también transparentar el manejo sostenible en todas las cadenas de valor, incluyendo promoción y ventas. Asimismo, demostrar que las operaciones realizadas al interior de las tiendas son reducidas en polución y han conseguido progresos en la conservación de la energía, entre otros.

De esta manera, el sistema de certificación de eco-etiquetado en Corea del Sur muestra que más que un procedimiento para seleccionar y evaluar información en las etiquetas de los productos, es un sistema efectivo para promover el consumo y la producción sostenible. Esto coincide con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12, específicamente la meta 12.6 sobre “alentar a las empresas… a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes”.

El proyecto para una Ley de eco-etiquetado en Chile

El 18 de agosto de 2021 un grupo de diputados presentó una moción para establecer la creación de una política nacional de eco-etiquetado y fijar sus criterios. Este proyecto tiene, entre otros objetivos, transparentar información sobre las externalidades medioambientales de los productos, con el fin de que los consumidores tengan información fidedigna, pero también certificada y de fácil entendimiento a la hora de tomar una decisión sobre el consumo.

Su autor, el diputado Francisco Undurraga, comentó que el proyecto tiene su origen el año 2018 cuando el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) presentó su informe sobre la situación ambiental de nuestro planeta. “Mi reacción ante las conclusiones y urgencias que en él se manifestaban, fue ponernos a mí y a mi equipo a trabajar en buscar qué podíamos hacer al respecto”, señaló.

Fruto de este trabajo, comentó que entre 2018 y 2019 se reunieron con académicos y actores provenientes del desarrollo sostenible, economía circular y del diseño de políticas públicas. “De estas conversaciones pudimos tener una idea clara de qué era lo que queríamos proponer y los diferentes puntos que eran necesarios de considerar. Nos dimos cuenta que mucho se estaba avanzando en la regulación a industrias determinadas, pero que faltaba una política que englobara a todas las industrias”, agregó.

Fue así como el parlamentario tomó la decisión de poner el foco en las personas y en su decisión de consumo. “Para que ellos se involucren es fundamental entregarles información veraz, simple y comparable”, aseguró.

Tipo de etiquetas para informar de manera fácil y veraz a los consumidores

El proyecto hace mención a la posibilidad de un doble etiquetado. Sobre las características y cualidades que deberían tener las etiquetas, el parlamentario afirmó que existen algunas alternativas. “Para esta pregunta he tenido muchas respuestas en el transcurso de la investigación y socialización de esta idea. Inicialmente pensaba en una especie de semáforo, luego en un sello por cada una de las huellas -una gota para el agua, una nube para el carbono, etc- incluso he pensado en la incorporación de un código QR”, comentó.

Sin embargo, el diputado reconoce que su opinión no es lo más importante. “Acá es indispensable que quienes diseñen los estándares de medición, los procedimientos y los mismos sellos y etiquetas sean los expertos en la materia. Hay que considerar que es una política que deberá implementarse en diferentes industrias, con distintas realidades, por lo que si no involucramos a los diferentes actores y armamos las mesas de conversación que correspondan, no podremos realizar una etiqueta o un sello serios”, afirmó.

Por último, y a pesar que en el documento de la iniciativa se señala que dada las limitaciones constitucionales no se puede proponer un órgano encargado de evaluar el eco-etiquetado, sin embargo, se aventuró a reflexionar sobre la posibilidad de que una institución existente o no, podría realizar esta labor. “Hoy las únicas potestades que existen en cuanto a etiquetas las ostenta el Ministerio de Medio Ambiente, y cuando pienso en quienes habrían de ser el órgano encargado de implementar y fiscalizar esta política pienso también en ellos, por su expertise técnico y por el mandato que tienen en materia de protección del medio ambiente”, sostuvo.

No obstante lo anterior, planteó la posibilidad de crear una oficina especial de certificación y control de todos los procesos. “Para ello se deberá buscar la mejor conjunción de órganos de diferentes estamentos del Estado. La certificación, en la práctica, debería contar también con la participación de privados, pero la supervigilancia de esos procesos debe ser pública”, sentenció.

 

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


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