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No pudo ocultar esa extraña sensación, mezcla de alegría y dolor, al escuchar su nombre de boca de su amigo y compañero, el presidente del Senado, Salvador Allende. Era 1967 y hacía pocos meses, la médico pediatra María Elena Carrera Villavicencio había perdido a su marido, Salomón Corbalán González, quien falleció siendo senador en ejercicio. Este hecho la motivó a presentarse y ganar su escaño en una elección complementaria, realizada el 11 de junio de 1967, como si fuese el destino quien la impulsara a terminar el trabajo inconcluso de su compañero.
Mujer emparentada con la política chilena y heredera de la familia de los Carrera146. Desde muy joven se comprometió con la lucha obrera. Militó en el Partido Socialista (PS) desde el que desarrolló una activa carrera política. Su trabajo incansable en las campañas de Salvador Allende y su decidido aporte al gobierno de la Unidad Popular fueron el sello político que precedió a su exilio del país, luego del golpe de Estado de 1973147.
Siempre la apasionó la lucha por los trabajadores y sus condiciones laborales. Fue precisamente, durante el paro nacional de noviembre de 1967, cuando denunció la brutalidad policial hacia los manifestantes: “Tengo informaciones, de hace dos horas, en el sentido de que tan solo en la posta del Hospital Barros Luco hay cuarenta heridos, de los cuales veinte son graves. A un niño se le amputó la mitad de la pierna; a otro, se lo amputará más arriba de la rodilla. De los heridos graves, cuatro son niños. No se puede decir que estos menores sean agitadores políticos profesionales. Aquí, realmente existe la intención manifiesta de detener la huelga en forma violenta, asesinando a los trabajadores”148, afirmaba vehementemente en el Hemiciclo.
En el conflicto laboral impulsado por diversos gremios, no dudó un instante en solidarizar con los huelguistas: “Pensamos que entre los trabajadores se debe formar conciencia de que sólo cuando tengan en sus manos el destino de la nación podrán elevar realmente sus niveles de vida en un país donde existe gran frustración en todos los sectores”149, expresaba.
Tuvo una especial preocupación por los acontecimientos del Sudeste Asiático, lo que se reflejó en su apoyo al pueblo de Camboya y Vietnam150.
En la década de los noventa, volvió a ocupar un escaño en el Senado, reemplazando al electo Presidente de la República, Eduardo Frei Ruiz-Tagle. En sus funciones, le tocó participar en el debate de emblemáticas leyes que vinieron a cambiar la estructura del Estado chileno, como la nueva ley de filiación151; la ley sobre jornada escolar completa152; el debate sobre los senadores designados y la creación del Ministerio Público153, entre otras.
(146) Tataranieta de José Miguel Carrera.
(147) Biblioteca del Congreso Nacional, Reseñas Biográficas María Elena Carrera. Disponible en: http://bcn.cl/285qm
(148) Senado 1967, Diario de Sesiones, Legislatura Extraordinaria, Sesión N°29. Disponible en: http://bcn.cl/285qr
(149) Senado 1968, Diario de Sesiones, Legislatura Ordinaria, Sesión N°5, págs. 98-99. Disponible en: http://bcn.cl/285qt
(150) Respecto al fin de la Guerra de Vietnam, declaró en la sesión de Sala N° 77 del 6 de febrero de 1973: “El Partido Socialista de Chile se une a la alegría del mundo en general por la firma del Tratado de Paz, y rinde emocionado homenaje al héroe máximo de la revolución vietnamita, Presidente Ho Chi Minh, a la República Democrática de Vietnam, al Gobierno Revolucionario Provisional de Vietnam del Sur y al pueblo vietnamita en general”. Disponible en: http://bcn.cl/285re
(151) Disponible en: http://bcn.cl/27d2a
(152) Disponible en: http://bcn.cl/26g7c
(153) Disponible en: http://bcn.cl/2aj25
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