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logros económicos, la campaña por el “NO” -que resultó vencedora- invitaba a soñar con un Chile “sin odio, sin violencia, sin miedo”. Es posible que esta consigna marcara la atmósfera y el espíritu del proceso con que el país retornaba a la democracia, después de su quiebre el 11 de septiembre del 1973.
De acuerdo a lo establecido, transcurridos 14 meses desde el triunfo del NO, se llevaron a cabo las primeras elecciones parlamentarias en las que resultaron elegidos 120 diputados y 38 senadores además de 9 senadores designados. Un nuevo Congreso Nacional, después de casi dos décadas de clausura, abría sus puertas y se transformaba en el espacio público por excelencia de convivencia de los parlamentarios y parlamentarias, que en su gran mayoría pertenecían a uno de los dos bloques políticos más importantes de la época: la Concertación de Partidos Por la Democracia (integrada por partidos y agrupaciones políticas opositoras al régimen militar; democratacristianas, radicales, socialistas, socialdemócratas, liberales, sectores de la izquierda cristiana, humanistas y el instrumental Partido por la Democracia) y el Pacto Democracia y Progreso (conformado por los Partidos Renovación Nacional y Unión Demócrata Independiente).
El Parlamento jugó en esta etapa de transición un rol protagónico, pues su labor colaboró en la tarea de dar forma a una democracia convaleciente de una fractura dolorosa y triste. Con un alto respaldo ciudadano2, el Congreso Nacional que inauguró la década de los 90, expresó en su quehacer tres componentes fundamentales del proceso de reconstrucción democrática señalados por Di Palma3.
· Integración de las fuerzas políticas y sociales del país,
· La estabilización de la regulación pacífica de los conflictos entre los actores políticos principales y · La construcción de apoyos en la ciudadanía.
A pesar de ello, la representación femenina en el Congreso no varió significativamente entre el año 1973 y 1990. Tampoco cambió el peso de la representación4, compuesto por una mayoría de mujeres de partidos de centroizquierda. De las 15 parlamentarias que resultaron vencedoras en las elecciones de los años 1989 y 1993, 11 pertenecían al bloque de la centroizquierda y cuatro a la derecha tradicional5.
(2) Nolte, Detlef, “El Congreso chileno y su aporte a la Consolidación Democrática”, Revista de Ciencia Política PUC, Volumen XXIII, No2, págs. 55, 56, 2003. (3) Di Palma, Giuseppe. (1990), “Le transizioni democratiche in Europa Orientale una prospettiva comparata. Italian”, Political Science Review/Rivista Italiana di Scienza Politica.
(4) Revisar infografía de representación política en página 162 a 164.
(5) En las elecciones de 1989 y 1993 resultaron electas 11 parlamentarias de la Concertación de Partidos por la Democracia: 4 diputadas y 1 senadora PPD, 3 diputadas y 1 senadora DC, 2 diputadas PS, 1 diputada y 1 diputada del PH. Por el Pacto Democracia y Progreso fueron elegidas 3 diputadas de RN a las que se agrega 1 senadora designada.
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