Page 129 - 109 Parlamentarias
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En cuanto a los hitos legislativos, es destacable la publicación de la Ley No 19.023, de 1991, que crea el Servicio Nacional de la Mujer con el objetivo de promover la igualdad de hombres y mujeres. La creación del SERNAM es el resultado de la activa participación social y política de las mujeres organizadas, quienes logran instalar en la agenda pública la idea de que la democracia debía incluir plenamente a las mujeres, sus derechos y demandas, poniendo fin a las discriminaciones de género.
El primer SERNAM es encabezado por Soledad Alvear Valenzuela, abogada y militante del Partido Demócrata Cristiano (PDC). La subdirección del Servicio es asumida por Soledad Larraín Heiremans, psicóloga, feminista y directora del Instituto de la Mujer.
En esta década también surgió una importante organización feminista conocida en sus inicios como la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual (actualmente denominada como Red Chilena contra la Violencia hacia las mujeres) que se constituyó con la articulación de colectivos, organizaciones de mujeres y ONG levantando la voz respecto de uno de los temas más urgentes e importantes de la época: la necesidad de reconocer a la violencia contra la mujer como un problema público. Hasta 1994, la violencia intrafamiliar no era considerada delito en Chile. La Ley No 19.325 de ese año, es el primer intento por tipificar la violencia doméstica y sancionarla.
Sin embargo, “una vez que el objetivo de derrotar la dictadura fue alcanzado, el elemento simbólico unificador de la lucha en común desapareció. El movimiento de mujeres fue afectado particularmente por la desarticulación que se produjo entre distintas organizaciones y actores de la sociedad civil y la merma de un objetivo político común, que dio pie al surgimiento de conflictos que se habían mantenido hasta ese entonces en segundo plano. El retorno de los partidos políticos afectó la oportunidad política de los movimientos sociales, en la medida que los desplazó de las negociaciones y del proceso político electoral y acentuó las diferencias entre ellos, tanto como al interior de ellos”.6
En el caso del movimiento de mujeres, un punto neurálgico de conflicto y escisión tuvo que ver con las diferencias estratégicas en cuanto a situar la acción en espacios autónomos del Estado o la incorporación a las instancias institucionales para generar cambios desde el interior de la esfera estatal.
(6) Mora, Claudia, & Ríos, Marcela. (2009), “¿De Política de Representación a Política de Coalición?: Posibilidades de Movilización Feminista en el Chile Post- Dictadura”, Polis (Santiago), 8(24), 133-145. Disponible en: http://bcn.cl/2au56
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