Page 83 - 109 Parlamentarias
P. 83

Eran las 3 de la mañana y el teléfono de la casa de Laura Allende Gossens no dejaba de sonar. Al otro lado del auricular, unas vecinas de la comuna de Conchalí le pedían ayuda: “Laurita estamos inundadas”. Sin pensarlo dos veces, la diputada tomó su viejo Citroën y fue a auxiliarlas88.
Este comportamiento, que se repetía con frecuencia en su actuar cotidiano, la llevó a ser reconocida como “una gran parlamentaria popular”89, más allá de su parentesco (hermana) con quien se convertiría en el Presidente de Chile, Salvador Allende. De hecho, fue electa tres veces diputada por Santiago, con altas mayorías, entre 1965 y 1973.
El 2 de febrero de 1966, a propósito de la discusión sobre la protección de niños y niñas, señalaba en el Hemiciclo, que si no existían los llamados jardines infantiles o guarderías, los niños de las mujeres que trabajaban se iban a la calle. “Y no sólo los de éstas. ¿Cuántas veces no han llegado madres hasta nosotros a pedirnos ayuda para atención médica o cualquier otro servicio, y con suma urgencia han tenido que regresar a sus casas a ver a sus pequeños de tres o cuatro años que han dejado en la pieza con llave o a cargo de un hermano un poco mayor? Por estas razones, debe dictarse alguna vez una legislación que atienda a la niñez abandonada y le dé asistencia necesaria en la edad preescolar”, afirmaba90.
Entre las preocupaciones que cruzaron toda su trayectoria en el Congreso Nacional se encontraban las temáticas relacionadas con la mujer, la familia, los problemas sociales y las injusticias en general.
Su personalidad desbordante no dejaba indiferente. De hecho, la vehemencia con la que demostraba su compromiso con los más vulnerables se expresaba en cada una de sus intervenciones en Sala: “¿Cómo no piensan en las mujeres, en esos ancianos? ¿Cómo no sienten que esto es de responsabilidad de cada uno de nosotros? No podemos defraudar a esa gente (...). Pensemos; tratemos de buscar financiamiento y de que no se vea la falta de sensibilidad, la dureza de corazón. En algún momento, sitúense al lado de los pobres los que todo lo han tenido y han vivido en la mejor forma”, insistía en la discusión sobre pensiones asistenciales del Servicio de Seguro Social91.
El golpe de Estado de 1973 transformó su vida personal y política. Junto a su hija Marianne, el 2 de noviembre de 1974, fueron detenidas y llevadas al centro de detención política de Cuatro Álamos. Posteriormente, fue expulsada del país y se radicó en México y, a partir de 1976, en Cuba. El exilio truncó su ruta parlamentaria y política.
El 23 de mayo de 1981, a los 69 años, se suicidó en La Habana, Cuba92. Finalmente, la tragedia de los Allende fue también su propia tragedia.
(88) Anécdota contada por la ex diputada Carmen Lazo en entrevista con la Biblioteca del Congreso. Disponible en: http://bcn.cl/29ukh (89) Ibíd.
(90) Cámara de Diputados 1966, Diario de Sesiones, Legislatura Extraordinaria, Sesión N°54. Disponible en: http://bcn.cl/29wwl
(91) Cámara de Diputados 1973, Diario de Sesiones, Legislatura Ordinaria, Sesión N°15. Disponible en: http://bcn.cl/29wwh
(92) El País, “Laura Allende dejó una carta a Fidel Castro explicando su suicidio”, 26 de mayo de 1981. Disponible en: http://bcn.cl/2athl
81























































































   81   82   83   84   85