Tenemos que asumirlo, todo es política. Desde las vacaciones que tenemos, pasando por el precio de la luz, hasta el parque donde vas a jugar con tu perro o pasas por ahí cada día
Ese parque es lindo, feo, grande, chico, limpio o sucio gracias a una decisión política. Entonces, si la política nos rodea y está en todos lados, ¿Por qué no interesarse por ella? Sobre todo las personas en rangos etarios más jóvenes, que muchas veces son los más críticos del entorno en el que viven, comprometiéndose por causas concretas que afectan su vida, como la educación, vivienda, salud, etc.
Debemos valorar, apoyar e incentivar instancias en que jóvenes de distintas edades que se sientan atraídos por este mundo manifiesten sus opiniones, que aprendan cómo funcionan las cosas, dar un empujoncito a ese ser pensante e inquieto por mejorar las cosas y con ganas de trabajar por ello.
Todo es política, y la política es para todos.