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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 32
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria número 333
Índice
  • Documento
    • V. ORDEN DEL DÍA
      • SESQUICENTENARIO DE INMIGRACIÓN ALEMANA AL SUR DE CHILE
        • Participacion
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Homenaje
SESQUICENTENARIO DE INMIGRACIÓN ALEMANA AL SUR DE CHILE

Autores

El señor SIEBERT.-

Señor Presidente , estimados colegas, en primer lugar, permítanme saludar en forma muy especial al Excelentísimo señor Embajador de Alemania en Chile, don Werner Reichenbaum , y al Presidente de la Liga Chileno-Alemana, don Carlos Büchner , que se encuentran presentes en las tribunas.

Señores Senadores, un 25 de agosto de 1846, hace 150 años, llegaba al puerto de Corral el velero "Catalina" con nueve familias de artesanos alemanes, que, debidamente reclutados por encargo del Gobierno chileno en Alemania -por don Rodulfo Amando Phillipi-, estaban destinados a ser el comienzo de un proceso de inmigración y de colonización a las entonces casi deshabitadas e inexploradas provincias de Valdivia, Osorno y Llanquihue.

Esas nueve familias se radicaron inicialmente en las inmediaciones del Río Bueno, desde donde se asentaron en forma definitiva en la zona de Osorno y sus alrededores, lugares en los cuales echaron raíces. Hasta nuestros días, sus descendientes se mantienen como destacados y activos miembros de la comunidad osornina.

Es de justicia, entonces, al conmemorar estos 150 años recordar sus nombres, para rendir así el homenaje que se merecen, después de siglo y medio de acción y proyección de su espíritu aventurero y emprendedor, que los llevó a abandonar su patria de origen y buscar con mucho desprendimiento y sacrificio acá, en estos confines del mundo, una nueva y promisoria existencia. Ellos fueron los herreros Georg Aubel y Nicolás Ruch , los carpinteros Johan y Adán Bachmann y Lorenz Holstein , el molinero Johannes Ide , el zapatero Bernhard Henckel , los jardineros Joseph Yaeger y Heinrich Kramm , y el ovejero Enrique Kraemer. Toda, gente laboriosa; toda, gente sencilla.

La génesis de este primer grupo organizado que llegó a Chile la constituyó la Ley de Colonización dictada por el Presidente don Manuel Bulnes Prieto en noviembre de 1845, iniciativa legal que fuera promovida con especial dedicación y tesón por don Bernardo Eunom Phillipi , aventurero alemán que, desde mediados de la década de los 30, venía recorriendo el sur del Chile y gestando la visionaria idea de poblar esas tierras sureñas, cubiertas de bosques vírgenes en esa época, con colonos traídos de su tierra natal.

Ya en 1842, en un penoso viaje desde el entonces Melipulli, Phillipi redescubre el lago Llanquihue, y presenta y convence al Gobierno de su proyecto de colonización de esas provincias, que en aquel tiempo se encontraban prácticamente aisladas del núcleo vital de Chile, por la presencia de las tribus mapuches que dominaban la zona comprendida entre el Biobío y el Toltén.

El cariño por Chile de Phillipi, en especial por su región sureña, lo hizo participar, en 1843, en la exitosa expedición comandada por el Capitán Juan Williams para tomar posesión del Estrecho de Magallanes.

Es, pues, la llegada del "Catalina" con estas nueve familias iniciales la simiente colocada en un surco feraz, que iniciara el desarrollo de esas provincias sureñas, de lo cual hoy día todo Chile se enorgullece.

A este primer contingente de inmigrantes alemanes siguió, en 1849, otro grupo de colonos a bordo de los barcos "Middleton" y "Elida", que igualmente se radicaron en las inmediaciones de Osorno y cuyos descendientes se esparcen también en el sur de Chile hasta nuestros días. Destacan entre ellos, aparte de otras, las familias Mohr , Hube, Buschmann , Fenner , Geisse , Günther , Schwarzenberg, Scheuch , etcétera.

Ya en 1850, y reclutados directamente por don Bernardo Eunom Phillipi , quien había sido designado por el Gobierno chileno como agente colonizador en Alemania, comienza a llegar una corriente de inmigración que, con muchos obstáculos iniciales pero con gran perseverancia, se mantuvo hasta 1875.

Especialmente destacable en esta oportunidad es el velero "Hermann", que llegó con colonos para Valdivia y a bordo del cual venía don Carlos Anwanter , quien hiciera famoso su juramento, que fue como un faro orientador para toda esa pléyade de inmigrantes alemanes que lo siguieron en ese exitoso proceso colonizador: "Seremos chilenos honrados y laboriosos como el que más; defenderemos a nuestro país adoptivo uniéndonos a las filas de nuestros nuevos compatriotas, contra toda agresión extranjera, con la decisión y firmeza del hombre que defiende a su patria, a su familia y a sus intereses. Nunca tendrá el país que nos adopta por hijos, motivos de arrepentirse de su proceder ilustrado, humano y generoso".

Igualmente destacable es el arribo del grupo más numeroso de inmigrantes llegados posteriormente a bordo de los veleros "Alfred", "Australia", "Susana" y "Victoria", quienes se radicaron desde los alrededores del lago Llanquihue hasta el seno de Reloncaví, convirtiendo la selva virgen de esa zona en los terrenos fértiles que hoy constituyen la base del desarrollo social y económico de las provincias de Osorno y Llanquihue.

Cabe hacer notar que durante treinta años y hasta 1875, llegaron alrededor de 75 barcos con inmigrantes alemanes, con un total aproximado de ocho mil personas.

Esta cantidad no es muy elevada si se la compara, por ejemplo, con las decenas de miles de alemanes que colonizaron el sur de Brasil o con los cientos de miles que llegaron a los Estados Unidos de Norteamérica. Con justa razón, sí, se puede sostener que fue lo suficientemente elevada, en calidad y esfuerzo, como para dar prosperidad y proyección a las provincias chilenas del sur, las cuales constituyeron su nueva patria. Bosques impenetrables se transformaron en generosos campos productivos; industrias, comercio, instituciones de enseñanza y culturales fueron creándose y creciendo, y contribuyeron a dar un auge inesperado a los parajes australes que pocos años antes se debatían entre el aislamiento y la postergación.

Especial mención en este homenaje merece la figura de don Vicente Pérez Rosales , quien, como Agente Colonizador e Intendente de Valdivia inicialmente, y como Agente Colonizador y Cónsul en Alemania con posterioridad, llevó a feliz término esta migración.

La constancia y apego de los inmigrantes germanos coronaron con singular éxito sus esperanzas.

A 150 años del inicio de esta gesta histórica, los chilenos en general y los descendientes de los colonos de ese entonces podemos inclinarnos con orgullo y respeto hacia aquellos esforzados pioneros que construyeron con sus propias manos ese magnífico monumento recordatorio representado por el floreciente sur de Chile de hoy.

He dicho.

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