Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Cámara de Diputados
- Sesión Especial N° 43
- Celebrada el 09 de abril de 1991
- Legislatura Extraordinaria número 321
Índice
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El señor SABAG.-
Señor Presidente, la grave sequía que por tercer año consecutivo se presenta en gran parte de nuestro territorio y que ha afectado con mayor intensidad a aquellos sectores agrícolas que no se encuentran bajo la seguridad que proporcionen los embalses mayores de riego, es la causa de nuestra preocupación y ha motivado esta sesión especial de la Cámara.
El Gobierno, sensible a este problema, desde su inicio ha tomado con mucha acuciosidad las medidas destinadas a paliar en parte esta emergencia.
Para centralizar los recursos, esfuerzos y para enfrentar sincronizadamente este mal, se ha constituido la Comisión Nacional de Sequía, que está a cargo del Vicepresidente del INDAP, ingeniero señor Hugo Ortega.
Es así como se han dictado tres decretos declarando zonas de catástrofes a varias comunas de las regiones Tercera, Cuarta, Quinta, Sexta, Séptima y Región Metropolitana. Por el decreto N° 24 del 14 de febrero pasado, del Ministerio de Obras Públicas, se declaran zonas de escasez a varias otras comunas, incluyendo, además, ahora la Octava Región, especialmente las comunas de mi distrito, NQ 42, como ser Miquén, San Carlos, Ninhue, Quirihue, Portezuelo, Quillín, donde los daños han sido considerables.
El Gobierno, además, ha destinado hasta ahora la suma de 3.500 millones de pesos para ir en auxilio de los afectados, construyendo algunas obras menores de riego, regularizando otras, dotando de agua a numerosas escuelas y paliando la cesantía creada con motivo de este fenómeno climático, con la ejecución de varias obras públicas, especialmente de vialidad y riego. Con ellas se pretende contratar aproximadamente 900 a 1.000 personas por algunos meses.
La actual emergencia nos da la oportunidad de analizar brevemente si ha existido realmente en el país una política de riego, pues es de interés de la comunidad entera el desarrollo de la actividad agrícola, la que está íntimamente ligada al riego y en la cual deben participar activamente tanto el sector público como el privado.
La actividad del riego es tan antigua como la civilización misma y su futuro está ligado a la permanencia del hombre en la tierra. A lo largo de la historia dicha actividad ha demostrado la enorme importancia que ha tenido en el desarrollo de la humanidad en general y de los pueblos en particular.
Son dignos de recordar el desarrollo de Mesopotamia, gracias a su floreciente agricultura, originada en el aprovechamiento de las aguas de los ríos Tigris y Eufrates. Egipto, que posee la presa más antigua del mundo, construida hace 5.000 años y que mide 12 metros de altura por 108 de largo y que aún se encuentra en pleno servicio. La utilización para riego de las aguas del Nilo, que se remonta al año 3.300 antes de Cristo, le permitieron o fueron la causa de su desarrollo cultural y agrícola.
En China, se encuentra la presa de TuKiang construida''2.000 años antes de Cristo y que riega 200.000 Hás. y está en plena operación. Allí está también el gran Canal, de 1.200 Kms. de longitud, construido el siglo VII de nuestra era, lo que le permitió en parte, a China alcanzar gran desarrollo social y cultural, gracias a la estabilidad obtenida con el riego.
En fin, son muchos los ejemplos de numerosas naciones que han alcanzado un gran desarrollo y estabilidad gracias a la prosperidad de su agricultura debidamente apoyada por el riego.
No puedo dejar de mencionar el caso de España, que el año 1940 tenía menos de 50 embalses y que hoy día posee más de 600 presas y la regulación alcanza al 70 por ciento de sus aportaciones, lo que hace que sea el país con mayor porcentaje de regulación del mundo. Estas inversiones visionarias le permitieron a España transformarse en una potencia agrícola y llegar a ser el principal proveedor de Europa. Este hecho le significó el punto más difícil en las negociaciones para su ingreso al Mercado Común Europeo.
Pero, ¿que ha pasado en nuestro país?
Las obras mayores de riego las inició el Estado debido a la fuerte inversión que significan, en razón de que el sector privado no estaba en condiciones de enfrentarlas y a la imperiosa necesidad de proceder a la regulación de los ríos, por ser absolutamente necesario para el desarrollo del país.,
El año 1930, el Estado inició la regulación del río Liman mediante la construcción del embalse Recoleta, lo que continuó haciendo hasta completar 24 presas hasta el año 1960, con una inversión media en grandes obras de riego, la que alcanzó al 9,1 de la inversión en obras públicas, con una capacidad de regulación de 2.100 millones de metros cúbicos.
Desde 1960 hasta el primer semestre de 1970, se incrementó fundamentalmente la inversión en la construcción de grandes obras de regulación, alcanzando un promedio de 12,4, de la inversión de obras públicas.
Se ejecutaron así las obras de los embalses Paloma, El Yeso, Digua y Coihueco, que en conjunto regulan 1.250 millones de metros cúbicos, además de desarrollar sus respectivos sistemas de regadío.
A partir de esa fecha y de parte del Estado, se inicia un período de violento descenso de las inversiones en obras de regadío, llegando incluso, en 1975, a paralizar la construcción de los embalses Convento Viejo y Puntilla del Viento en la V y VI Regiones, respectivamente.
En consecuencia es necesario destacar que, mientras en la década de 19601970, la inversión del rubro llegó al 12,4 por ciento, ésta disminuyó aceleradamente hasta llegar en los años 1987 al 1,9 por ciento; 1988 al 1,35 por ciento; 1989 al 1,13 por ciento y 1990 al 0,70 por ciento del total de inversiones del Ministerio de Obras Públicas, siendo estas inversiones las más bajas de toda la historia.
Por tal motivo hay que dejar expresa constancia de que en los últimos 20 años no se construyó ninguna obra mayor de riego. Ello demuestra miopía y falta de visión de los gobernantes de la época, que hoy día el país paga muy caro, pues es evidente que en las zonas donde existe regulación de los ríos la situación de sequía no ha afectado la agricultura o la ganadería.
Durante los dos primeros años de la sequía y cuya atención correspondía al Gobierno anterior, ni siquiera reaccionó éste nombrando o constituyendo alguna comisión de sequía. Su ayuda a los afectados se limitó en 1988 a otorgar un total de 41 millones de pesos en créditos como sustentación social, para 1986 personas. En 1989 otorgó 270 millones de pesos en favor de 16.900 personas, y en 1990, 438 millones para 23 mil personas.
Por lo tanto, toca al Gobierno del Presidente Aylwin, definir con claridad y firmeza una política de riego que sea eficaz, ágil y flexible y que se enmarque dentro de un programa a mediano y largo plazo; con estabilidad propia, es decir: independiente de vaivenes políticos y económicos.
No cabe duda que el Estado es el primer interesado en el desarrollo del país; como consecuencia debe ser el patrocinador y ejecutor de las obras mayores de riego, sin perjuicio de la participación del sector privado, que no tiene problemas en solventar en parte el costo de las obras.
Aprovechando la presencia de los señores Ministros de Agricultura y de Obras Públicas, les expreso mi personal convicción acerca de la urgente necesidad de recuperar el tiempo perdido e iniciar obras de riego de real envergadura, como son las del canal Laja-Diguillín, Pencahue, El Toro, Convento Viejo, Puntilla de Viento, Tronco, Linares y agotar los estudios de otros importantes embalses como Punilla en San Fabián, Puclaro en la IV
Región, Victoria, Traiguén, Nilahue, Valle del Putaendo, etcétera.
Además, debe modificarse prontamente el Código de Aguas, pues en la actualidad ha provocado más dificultades que beneficios.
Al mismo tiempo, es necesario restablecer como primera prioridad que las aguas deben beneficiar a la agricultura y con posterioridad a las empresas hidroeléctricas. Deben estudiarse la caducidad por ley de las numerosas concesiones o merced de aguas otorgadas a las empresas eléctricas y de las que no han hecho uso, a pesar de haber transcurrido más de 7, 10 ó 15 años desde su otorgamiento.
¡El agua es vida y nuestro país fue bendecido por la mano de Dios, proporcionándonos numerosos lagos, lagunas y ríos que atraviesan gran parte de nuestros suelos. Empleemos nuestra inteligencia para retener esa inmensa riqueza 'que vemos pasar rauda rumbo al mar, para usarla en producir alimentos, para desarrollar nuestro país elevando al nivel de vida de los sectores rurales y evitar así que sigan emigrando hacia las grandes ciudades con los enormes problemas que ello trae como consecuencia.
Tengo plena confianza en las acciones que el Supremo Gobierno ha tomado para enfrentar esta emergencia, como asimismo para elaborar una seria política de riego de corto y largo plazo que signifique no tan sólo transformar la agricultura de nuestro país, convirtiéndola en otra dinámica fuente exportadora, generadora de mano de obra, estabilidad, habitacional en los sectores rurales y sin duda una mayor prosperidad para todos los chilenos.
He dicho.