Labor Parlamentaria

Participaciones

  • Alto contraste

Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha

Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N° 32
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria número 335
Índice

Cargando mapa del documento

cargando árbol del navegación del documento

Intervención
ERECCIÓN DE MONUMENTOS EN MEMORIA DE TRIPULANTES DE LA GOLETA “ANCUD”. Primer trámite constitucional.

Autores

El señor ASCENCIO.-

Señor Presidente , por especial encargo de la Comisión de Educación, Cultura, Deportes y Recreación -a cuyos integrantes agradezco esta designación-, me corresponde informar sobre el proyecto de ley que autoriza erigir dos monumentos, uno en Ancud y otro en Punta Arenas, en memoria de los tripulantes de la goleta “Ancud”.

Con su aprobación pretendemos que la Cámara de Diputados contribuya a dar el lugar que merecen en nuestra historia a los protagonistas de una gran travesía, llamada “travesía inmortal”, aquella en la cual, a bordo de una nave de 15,84 metros de largo, 3,80 metros de ancho y 2,78 metros de alto, cubrieron los cerca de 2 mil kilómetros que separan a la ciudad de Ancud, en la provincia de Chiloé, de la zona de Punta Arenas, en la Región de Magallanes, anexando para Chile -y para siempre- ese vasto y rico territorio.

Quienes hayan tenido oportunidad de visitar el Museo Regional de Ancud y ver allí la réplica exacta de esta embarcación, estarán en mejores condiciones de dar su dimensión exacta a la hazaña que este proyecto propone homenajear.

La magnitud de esta travesía me llevó a presentar la moción parlamentaria, en la cual me acompañaron los Diputados señores Zarko Luksic , Andrés Palma y Víctor Reyes , iniciativa a la que se sumó, por supuesto, mi colega de distrito, el Diputado señor Claudio Alvarado , y el Diputado por Magallanes , señor Pedro Muñoz .

En la génesis del proyecto se encuentran los esfuerzos de un sacerdote de Chiloé, el presbítero Abel Macías Gómez , quien ha aprovechado diversas tribunas para motivarnos a no dejar que el olvido caiga sobre la proeza que hay tras la anexión del territorio de Magallanes a la República de Chile.

Bien sabemos que esta idea estuvo en los pensamientos de los gestores de la Independencia, partiendo por el propio Bernardo O´Higgins Riquelme ; pero, tuvo que pasar mucho tiempo hasta que, en 1842, el entonces Presidente de la República , don Manuel Bulnes , firmara, un 1º de abril, el decreto que encargaba a don Domingo Espiñeira, recién asumido intendente de Chiloé, organizar una expedición hasta Magallanes para hacer efectiva la soberanía de Chile sobre este territorio, que, con sus 132 mil kilómetros cuadrados, sin considerar el territorio chileno antártico, es la más extensa de las trece regiones del país y ocupa cerca de un 18 por ciento de la superficie nacional.

Bien hizo el General Bulnes en elegir a la gente de Chiloé para cumplir con este anhelo. Las características de marineros aventajados y su capacidad para superar la rigurosidad climática, hacían que los naturales de Chiloé fueran los más apropiados para llevar a cabo tamaña empresa.

La gesta la inician con la construcción de una nave que cumpliera con las características que les permitiera llegar a destino.

Con manos y maderas chilotas, cerca del muelle de Ancud, con la rapidez que el caso requería y dentro de las posibilidades de siglo y medio atrás, se iniciaron los trabajos que, relativamente pronto, fueron terminados y que dieron origen a la goleta “Ancud”, cuyas dimensiones ya he mencionado.

Nominada la tripulación en base a los marineros de la capitanía de Puerto y Gobernación Marítima de Ancud, se subió a bordo, por lo menos, lo indispensable para el viaje y los primeros meses de permanencia en tierra, cuando colonizaran Magallanes .

El 22 de mayo de 1843 se inicia el viaje, que enfrenta a dos mujeres y diecinueve hombres, que formaban la tripulación de la “Ancud”, a mares de navegación especialmente compleja, que los hicieron emplear más de cien días en recorrer la distancia que los separaba de Magallanes.

Durante este lapso, no estuvieron ajenos a dificultades propias de tamaña osadía que, incluso, les obligaron a comisionar a parte de la tripulación para que, en bote, se dirigieran a Dalcahue y de allí, a caballo, a Ancud, para obtener los materiales y herramientas que les permitieran efectuar las reparaciones que la goleta requería para proseguir su viaje.

Recién el 21 de septiembre, la tripulación de la goleta “Ancud” pisó tierra magallánica, en el sector de Punta Santa Ana, cerca del hoy Fuerte Bulnes.

En esa fecha, nuestro emblema patrio flameó por primera vez, impulsado por los conocidos vientos magallánicos. Quienes ya habían realizado la hazaña, entonaron con vigor el himno nacional, para después levantar el acta de toma de posesión de Magallanes para Chile, que rubricaron con salvas, las cuales fueron contestadas a bordo por la goleta “Ancud”.

La rapidez con que se llevó a cabo esta misión permitió a la tripulación, encabezada por Juan Williams -más conocido por Juan Guillermo -, adelantarse por 24 horas a la corbeta francesa “Phaeton”, que traía similares intenciones.

Terminada esta etapa de anexión, correspondió también a los hijos de Chiloé colonizar Magallanes. Sus empeños alcanzaron para levantar el Fuerte Bulnes, para fundar Punta Arenas, para poblar la región y para explotar las riquezas que fueron encontrando en Magallanes, en Tierra del Fuego y en la Patagonia, incluidas partes de esas latitudes que pertenecen a la hermana República Argentina.

La migración chilota hacia Magallanes parece ser la respuesta de un pueblo al legado de los primeros viajeros, aquellos de la goleta “Ancud”, y su compromiso por traspasar al resto del país las tantas y tan variadas riquezas que hay en ese territorio.

Con este proyecto queremos rendir el justo homenaje que merece la memoria de los tripulantes de esta goleta: señores Juan Williams , capitán; Bernardo Philippi , naturalista; Manuel González Hidalgo , teniente de artillería; Carlos Miller , práctico en canales; Jorge Mabon , piloto 2º de la Armada; Eusebio Pizarro , sargento artillero; Cipriano Aros , Valentín Vidal , Pascual Riquelme y Lorenzo Soto Aguilar , soldados artilleros de la Guarnición de Ancud; José Yáñez , Lorenzo Aros , Ricardo Didimus , José Santana , Remigio González , Gerónimo Ruiz , José Retomil y Manuel Alvarado , marineros de la capitanía de Puerto de Ancud, y Horacio Luis Williams , hijo del capitán de la goleta, y señoras Venancia Elgueta de Aros e Ignacia Leiva de Vidal, vecinas de Ancud.

Señor Presidente , el Nº 5) del artículo 60 de la Constitución Política de la República establece que son materias de ley: “Las que regulen honores públicos a los grandes servidores;”. En consecuencia, proponemos a la honorable Sala de la Cámara de Diputados aprobar este proyecto, que permite erigir dos monumentos en memoria de quienes, con su valor, tomaron posesión de Magallanes y así hicieron efectiva la soberanía de Chile en ese territorio.

La Comisión de Educación, Cultura, Deportes y Recreación aprobó por unanimidad la idea de legislar, en consideración a los muchos méritos que tienen los tripulantes de esta goleta para ser homenajeados en la forma en que lo contempla el proyecto.

También en forma unánime, la Comisión acordó modificar el mismo, a fin de incluir en esta propuesta la autorización para levantar otro monumento similar en Punta Arenas.

En los siete artículos que considera el proyecto, en primer lugar, se autoriza erigir un monumento en Ancud y otro en Punta Arenas, en homenaje a estos tripulantes; luego, se establece que las obras se financiarán mediante erogaciones populares, obtenidas por medio de colectas públicas, donaciones y otros aportes privados; en seguida, se crea un fondo en la ciudad de Ancud y otro en Punta Arenas para recibir las erogaciones y los demás aportes; los artículos 4º y 5º crean una comisión especial en cada ciudad, constituida por miembros ad honorem, encargada de ejecutar los objetivos del proyecto, cuyas funciones están contempladas en el artículo 6º; finalmente, se establece que, si resultan excedentes al concluir la construcción de los monumentos, éstos se destinarán al fin que determine cada una de las dos comisiones especiales.

Para los efectos de lo establecido en los números 2º, 4º, 5º y 7º del artículo 287 del Reglamento de la Corporación, la Comisión deja constancia de lo siguiente:

Primero, que el proyecto no contiene disposiciones propias de ley con rango orgánico constitucional o de quórum calificado.

Segundo, que ninguna de sus disposiciones es de la competencia de la Comisión de Hacienda.

Tercero, que fue aprobado en general por unanimidad.

Cuarto, que no hubo artículos o indicaciones rechazados.

Al concluir este informe, quiero compartir con ustedes una sincera reflexión: la hazaña de los tripulantes de la goleta Ancud es una de las de mayor arrojo que hay en nuestra historia patria. Lo que estos 21 homenajeados realizaron merece ser más conocido y reconocido de lo que es en la actualidad. Es una hazaña sobre la cual ha caído un inexplicable velo de indiferencia, que hoy podemos comenzar a correr definitivamente. Esta victoria, marcada por la sencillez de quienes la realizaron, por la combinación precisa de espíritu de servicio y arrojo, y por su capacidad de superar obstáculos naturales y carencia de recursos, es una síntesis perfecta de la historia de nuestro país.

Rindamos, entonces, a sus protagonistas nuestro mejor homenaje. En consecuencia, acojamos la recomendación unánime de la Comisión de Educación y aprobemos este proyecto que he informado.

He dicho.

Top