Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Especial N° 30
- Celebrada el 27 de diciembre de 1968
- Legislatura Extraordinaria periodo 1968 -1969
Índice
Cargando mapa del documento
El señor
Me veo obligado a decir unas cuantas palabras con relación a lo expresado por el Honorable señor CHADWICK.
El señor
Excúseme, señor Senador.
Solicito el acuerdo de la Sala para empalmar esta sesión con las siguientes.
Acordado.
El señor
El Honorable señor Chadwick se queja de que yo, a! contestar una declaración pública que formuló la Unión Socialista Popular partido a que pertenece Su Señoría., habría lanzado una diatriba contra esa colectividad ...
El señor
Y también en mi contra.
El señor
...y contra el Honorable señor CHADWICK.
Declaro, primeramente, que no he lanzado ninguna diatriba. Lo que expresé en la declaración nadie puede estimarlo como diatriba: es la legítima defensa ante la afirmación del Honorable señor Chadwick de que su censura tendría pleno fundamento. Sin embargo, el señor Senador no advierte que lo manifestado por la Unión Socialista Popular en su declaración pública, sí que podría ser considerado como una diatriba en mi contra, y tal vez más grave, porque soy un Senador de Oposición que en ningún momento ha estado al servicio del Gobierno o de la Democracia Cristiana, como se sostiene en ese documento.
A mi juicio, todos los señores Senadores tienen plena conciencia de que quien habla ha observado en forma permanente los principios que ha defendido durante toda su vida, y no se trata de una actitud de ahora: siempre he mantenido, desde muy joven, una posición semejante, al lado de la Izquierda. Si en alguna oportunidad la resolución que la Mesa adopte, ateniéndose a preceptos reglamentarios o a motivos de procedencia, pueda favorecer al Ejecutivo, ello no significa que esté al servicio del Gobierno. Por lo contrario, revela que la Mesa tiene un criterio determinado, en especial, ante cuestiones constitucionales y reglamentarias, y que lo aplica imparcialmente, favorezca a tal actitud o a uno u otro bando. Me parece que sólo en esa forma la persona que dirige los debates se hace acreedora del respeto de todos los señores Senadores.
Se dijo en la declaración de la Unión Socialista Popular que cuando se discutió el proyecto de ley que proponía el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, la Mesa habría consultado a la Sala. Tienen mala memoria el Honorable señor Chadwick y su partido. Yo estaba presidiendo la sesión del Senado cuando se presentó ese proyecto, iniciado por los Honorables señores Ampuero y Chadwick. El Honorable señor Pablo me solicitó declararlo inconstitucional, no obstante que sólo se estaba dando cuenta de tal iniciativa y de que la Mesa lo había tramitado a la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia. Contesté al Honorable señor Pablo que no podría proceder en la forma solicitada y que el proyecto debía ser tramitado a ese organismo de estudio, en el cual incluso podría considerarse su inconstitucionalidad. Esto motivó una censura del Senador mencionado, la cual fue votada con posterioridad y rechazada en la Sala, aun con el voto en contra de los Senadores Ampuero y Chadwick. De manera que la censura se produjo, precisamente, por el hecho de que la Mesa no declaró de inmediato la inconstitucionalidad de la iniciativa en referencia, como lo pretendía el Honorable señor Pablo. Entonces la Mesa no estaba al servicio de la Democracia Cristiana ni del Gobierno, sino, según la entiende la Unión Socialista Popular, al servicio de ése último partido. Pero, a juicio del que habla, no servía ni a una ni a otra colectividad política, sino que estaba cumpliendo con su deber.
Después se planteó el problema de inconstitucionalidad en la Comisión de Relaciones Exteriores. El informe que llegó a este hemiciclo no se pronunciaba sobre el fondo de la materia. Sólo decía que el proyecto era inconstitucional, y eso fue lo que se votó en la Sala. De manera que no fue la Mesa quien hizo morir el proyecto, sino la Corporación misma.
Luego se recuerda, en la declaración de la Unión Socialista Popular, el asunto de los profesores, ocurrido el año pasado. El caso era similar al que sucedió días atrás, cuando se me pidió declarar inconstitucional el artículo 64 del proyecto de ley de Presupuestos para 1969.
Quiero decir a los Honorables colegas, y en especial al Honorable señor Chadwick, que si bien es cierto que Su Señoría ha recordado un informe de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de 1960, el mismo señor Senador se, ha encargado de dejar en claro que el informe en referencia no fue aprobado en definitiva. Y hay otros documentos de la misma Comisión por desgracia, no los tengo a mano donde se dice que el Presidente del Senado o quien haga sus veces no puede declarar inconstitucional un proyecto que ya ha sido aprobado por la otra Cámara, por supuesto, con la mayoría de votos necesaria.
Tal como lo dije en mi declaración pública, ello significa, lisa y llanamente, la existencia de un régimen de preeminencia reñido con todo sistema democrático y que, además, constituye una fuente permanente de conflictos entre ambas ramas del Congreso.
Es efectivo que el Partido Radical, por boca del Honorable señor Miranda, en la sesión del miércoles 18 del presente, opinó contra la constitucionalidad del artículo 64 del proyecto de Presupuestos; pero no pidió que el Presidente del Senado lo declarara inconstitucional, no obstante sostener la tesis mencionada. Tal como lo dije al resolver el problema, esa era una razón para que el Senado votara contrariamente ese artículo y lo rechazara; pero de ninguna manera autorizaba al Presidente de la Corporación para calificarlo de inconstitucional por sí "y ante sí. Distinto es cuando el proyecto tiene origen en el Senado: entonces sí que la Mesa puede hacer uso amplio de su facultad para declarar constitucional o inconstitucional un artículo o una indicación.
El Honorable señor Chadwick me invita a renunciar a mi cargo. No desconozco que no cuento con la confianza del señor Senador ni con la del Honorable señor Ampuero; pero no se puede negar que ellos no son los únicos que eligieron a la actual Mesa. He dicho siempre que estoy dispuesto a renunciar siempre que la mayoría de los Comités que me eligieron declare que debemos abandonar nuestros cargos. No necesitamos por lo menos, yo lo creo así, y pienso que el Honorable señor Allende sostendrá lo mismo que se nos esté censurando para renunciar a la Presidencia y la Vicepresidencia: basta que las fuerzas que nos eligieron nos digan que ya no contamos con su confianza. Sin embargo, eso no ha ocurrido. Los demás partidos nos han reiterado su confianza y han insistido en que nos mantengamos en el cargo. Pero nadie tiene interés en quedarse, mucho menos el Senador que habla.
Solicito insertar en mi discurso la contestación que hice a la declaración de la Unión Socialista Popular.
El señor
Solicito e] acuerdo de la Sala para proceder en la forma solicitada. Acordado.
El documento cuya inserción se acuerda es el siguiente:
"Con oportunidad de una de las ya habituales proposiciones de censura a la Mesa del H. Senado formulada por el Senador Tomás Chadwick y que, una vez más, ha debido retirar por la carencia absoluta de fundamentos y de apoyo, la Unión Socialista Popular ha emitido una declaración pública destinada a justificar la actitud de su personero.
"Explicando esta censura, la Unión Socialista Popular sostiene que el Vicepresidente del Senado, que dirigía el debate, habría permitido que se violara el Nº 2 del artículo 44 de la Constitución Política, al negarse a declarar como inconstitucional el artículo 64 del proyecto de Presupuestos para el próximo año, que concede una autorización al Presidente de la República para contratar empréstitos con cargo a los Presupuestos futuros de la Nación. Quienquiera que hubiera presidido la sesión en ese instante, no habría podido proceder de otra manera. En efecto, informes reiterados de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado han establecido que la Sala no puede, y mucho menos el Presidente, declarar la inconstitucionalidad de una disposición ya aprobada por la otra rama del Parlamento, y que la inconstitucionalidad que se imputa a una disposición sólo ha de servir de fundamento para, su rechazo. Si se aplicara el criterio que determinó la censura, ahora retirada, la tramitación de las leyes carecería de la más mínima estabilidad y constituiría fuente de permanentes conflictos entre las dos ramas del Congreso. De aceptarse los puntos de vista del Senador Chadwick, se llegaría al absurdo de que la voluntad de quien preside prevalecería sobre el sentir mayoritario, ya expresado por la otra rama del Congreso. Constituiría un régimen de preeminencia personal reñido con la normalidad democrática. De ahí que el planteamiento del señor Chadwick haya corrido la suerte que mereció.
"La Unión Socialista Popular formula, además, otras aseveraciones respecto de los procedimientos de la Mesa y sobre el sentido que éstos tendrían. En el terreno de las imputaciones gratuitas no existen límites objetivos y, por lo mismo, resulta inoficioso analizar tal tipo de juicios. Sólo procede establecer que tampoco reconoce restricciones el descrédito ante la opinión nacional en que caen quienes sin mayor seriedad, promueven reiteradas censuras que, por la fuerza de su propia carencia de base, han de ser luego retiradas, sin que la Corporación llegue a considerarlas, como sería lo normal.
. "Las demás observaciones contenidas en la declaración de la U. S. P. en su oportunidad recibieron la condigna respuesta. Y, por lo mismo, volver sobre materias que se encuentran al margen de la actualidad constituye, sin duda alguna, un síntoma de flagrante carencia de imaginación.
"La Mesa del Senado no necesita justificar a cada rato que está al servicio de una verdadera política popular, porque ya sobre eso existe consenso de la opinión pública y en las clases trabajadoras. Por el contrario, quienes sí necesitan justificarse son los que, con sus actitudes, procuran entregar la dirección del Senado a los sectores políticos ajenos a los partidos populares.
"Santiago, 24 de diciembre de 1968.
"Luis Fernando LUENGO. "