Labor Parlamentaria

Participaciones

  • Alto contraste

Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha

Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 40
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria año 1971
Índice

Cargando mapa del documento

cargando árbol del navegación del documento

Intervención
GOLPE MILITAR EN BOLIVIA.

Autores

El señor TEITELBOIM.-

Honorable Senado, América Latina se ha sentido sobrecogida por una gran tragedia que sucede a las puertas de nuestra patria. Me refiero al reiterado drama de Bolivia, donde se repite una vez más el cuartelazo militar, que viene a ser como un cáncer recurrente en el cuerpo, en la política del país vecino.

Nos preocupa profundamente la suerte de esa nación, por su pueblo mismo, en un concepto de solidaridad latinoamericana, y, también, por los intereses de Chile.

Bolivia siempre nos ha parecido el país de signo más patético en esta de por sí convulsionada América nuestra. Alguna vez, un autor la describió como un pueblo en la cruz, y la verdad es que su calvario aún no termina. El hecho de que el último golpe haya derrocado al Gobierno al precio de la sangre de más de cien muertos y de un número indeterminado pero altístimo de heridos, cobrados también en el bombardeo, con aviones, tanques y metralla, a la Universidad de San Andrés, de La Paz, está revelando que en esta América continúan grandes manchones de barbarie, y que en algunos países pueden producirse retornos a las cavernas, que se pensaban ya superados.

El cuerpo de la América precolombina.

Se ha dicho que, geográficamente, Bolivia, tan cercana a Chile, es el corazón da América, el promontorio del continente, según la definición del sabio alemán Alejandro Humbolt; es un país mixto, de tierras altas y bajas, cuyos primeros habitantes, según se estima, vivieron hace 30 mil años; un país donde uno puede advertir más claramente que en otros la fuerza indómita de la América precolombina, porque allí el poblador primitivo, el indio, no obstante todas las humillaciones y opresiones, sigue siendo la columna vertebral de un país no articulado en una unidad nacional, porque, en verdad, por lo menos hay dos Bolivias: la Bolivia india, mayoritaria, que ha resistido en silencio la conquista, el coloniaje, la república, y la Bolivia del mestizo y de la delgada costra blanca que puede gobernar en el Palacio Quemado, pero que no está dirigiendo el espíritu ni tiene el consenso de las grandes mayorías aborígenes y populares.

Donde vivir es, de por sí, una proeza.

En el curso de este año crucé en dos ocasiones esa vasta tierra de macizos imponentes. No anduvimos por las comarcas tropicales ni atravesamos las selvas densas que caracterizan el Chaco boliviano, su zona oriental, aquella que limita sobre todo con Brasil y Argentina.

Recorrí, sí las solitarias y áridas llanuras del Altiplano, de contraste tan vivido con la vegetación lujuriosa del otro lado de Bolivia.

Viajé de Arica a La Paz, y a pesar de trepar a uno de los países más altos del mundo que habita el ser humano y de entrar en esa capital hundida en el abismo profundo de una altísima montaña, tuvimos la sensación de que este país tan rico -el tercero en el mundo en la producción de estaño- continúa siendo siempre una de las naciones más pobres de América, porque la mayoría de su gente es mísera, porque el nivel del producto bruto por habitante es de ochenta y dos dólares anuales, el más reducido de Sudamérica.

Fuimos andando por ese Altiplano, ahí donde la cumbre de Los Andes es lo corriente y natural.

Un desafío del hombre a la naturaleza.

Nuestro país, con tanta cordillera, no tiene propiamente ciudades en plena montaña. Desde Santiago podemos divisar, en el invierno, los picos nevados y los faldeos cubiertos, pero, con todo, esta ciudad nuestra está a quinientos metros de altitud. La Paz es un desafío. En Bolivia, cerca del sesenta por ciento del total de la población se concentra en el Altiplano, en donde los hombres comparten la vida con la llama, la vicuña y la alpaca. La próxima fertilidad de Los Yungas y la más lejana del departamento de Cochabamba es como un jardín granado de ese país que al otro lado respira el caliginoso perfume de la selva.

En verdad, buena parte de la población vive en este flanco casi desértico.

En Bolivia surcamos por el lago navegable más alto del mundo, cuna de civilizaciones, el Titicaca, en parte propiedad de este país, y en parte, de Perú.

Tenemos un profundo sentido de admiración por ese país donde el pueblo realiza el milagro de vivir sobreviviendo, porque es, según nuestro entender y nuestros hábitos, muy difícil hacer una vida normal en medio de una atmósfera enrarecida.

Hemos tomado contacto con esa población de un subsuelo racial subyacente, donde los tres grupos primarios descendientes de españoles, indios y mestizos conviven en líneas paralelas que rara vez se juntan, aunque conversan todos los días en la transacción comercial de las calles paceñas.

Mundos paralelos.

El indio, quechua y aimará, demuestra su inteligencia, pero continúa siendo un mundo incomunicado para el blanco y el mestizo, que ha hecho de él un ser desconfiado, porque, al fin y al cabo, son varios siglos de engaños, abusos y atropellos.

Allí, en esa cuna tan prominente y cimera de civilización, el arte indígena de Tiahuanaco, que precisamente gira en torno de la región del Titicaca, da evidencia de una de las más avanzadas y ricas culturas preincásicas. En medio del escenario majestuoso, en medio de los cañones de Los Andes y del afán de un pueblo señaladamente heroico, hemos sentido el paso de la historia y la peripecia en el corazón de la ciudad dramática, en la plaza Murillo, teatro de tantas tragedias, de tantos sorpresivos cambios de gobierno.

Quiero decir que columbrábamos para el pueblo de Bolivia el barrunto de un amanecer. Desde 1952, desde aquella insurrección de mineros, obreros y estudiantes que terminó con el "mamertazo" de Urriolagoytía y abrió un nuevo período, lo cual permitió nacionalizar las minas de estaño, se pensó que Bolivia entraba de lleno en la línea moderna de su desarrollo.

Debemos decir que esta Bolivia, que limita sus confines con el Perú, Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, trató, a través del PresidenteJuan José Torres, de hacer algo más que un relevo de mandón en palacio; que un caudillo militar o civil fuera sucedido por otro, porque ahora se trataba de abrir brecha a un camino más profundo, donde la dignidad del país y sus necesidades de cambio social y económico pudieran avanzar por la senda de una revolución.

Conversación con Torres.

En el mes de febrero pasado conversé con el entonces Presidente Torres en el Palacio Quemado. Por cierto, hablamos de las relaciones de nuestro dos países. El las veía como vínculos potenciales de amistad, pero entendía que muchos factores se movían en su propio país para hacer de la discordia y tirantez internacional una especie de argumento político interior. Y ahora hemos visto que el trabajado sentimiento antichileno también se ha esgrimido por parte de los conjurados.

No creo yo que el golpe ocurrido en Bolivia sea una acción meramente doméstica. Sin duda, hay otras manos que intervienen.

El propio diario "El Mercurio", de Santiago de Chile, cuya orientación todos conocemos, en su comentario del lunes 23 de agosto decía que "si el nuevo régimen traslada al país bruscamente del bando militar izquierdista al de extrema derecha, la geografía política sudamericana cambia de golpe. El régimen militar brasileño lleva siete años en el poder y últimamente su influencia ha crecido gracias a los éxitos que ha logrado en el desarrollo económico.", lo que yo pongo en duda. En seguida, agrega el citado periódico: "Nadie podría aventurarse a anticipar hasta qué punto ha existido una inspiración brasileña en los acontecimientos de Bolivia, pero nadie tampoco puede dudar que ellos serán acogidos en Brasilia con satisfacción."

Las fronteras ideológicas y el Pacífico.

Sin duda, respecto de Bolivia, también ha intervenido la teoría de las fronteras ideológicas, el pensamiento "gorila" que pretende señorear en América Latina y abrirse paso a una zona de influencia también en el Pacífico, a través de los países que están en el centro del continente.

Por lo tanto, toda la gigantesca campaña confusionista creada para dar una imagen comunizada o comunista del Gobierno del Presidente Torres, es antojadiza, espuria, mentirosa e interesada. El Presidente Torres era un militar que daba importancia esencial a las Fuerzas Armadas, al Ejército boliviano, pensando, sí, que Bolivia ya había empleado todos los medios y recurrido a todos los experimentos políticos posibles: a la Derecha, al Centro, y que ahora no cabía sino un Gobierno que no debía aislarse de la clase obrera, de los trabajadores.

Sofismas engañosos.

Se ha llamado a escándalo en los diarios diciendo que el Presidente Torres dio luz verde a la creación de una Asamblea Popular, que se presentaba como órgano del poder obrero del país y que proclamaba que sus tareas estaban dirigidas hacia la instauración del socialismo. Agregan que, probablemente, si no hubieran derrocado a ese gobernante, habría establecido relaciones con Cuba e instalado también una Embajada en Pekín.

Todo esto se basa en un sofisma, porque, al fin y al cabo, la Asamblea Popular no se creó en Bolivia pidiendo permiso a Torres o con autorización de él: fue la expresión de las fuerzas vivas más puras y representativas del pueblo boliviano, que buscaban así una posibilidad de unión en torno de sus necesidades, para hacer que ese país, que a cada boliviano le duele como una frustración y una tragedia, pudiera salir de su desgracia y entrar en el camino de la reivindicación.

¡Poder obrero! ¿Y por qué no -entendido como poder unificado de todo el pueblo- en una nación donde las grandes castas estañíferas, los Aramayo, los Patiño y los Hochschild, no hicieron sino traficar, subastar a Bolivia con extranjeros; donde la burguesía carece de espina dorsal y no tiene ninguna independencia ante la intervención foránea?

¿Y por qué no relaciones con Cuba? ¿Acaso no es éste un país hermano nuestro? ¿Tal vez las relaciones no se hacen en un plano de igualdad, sin que supongan intervención del país con el cual se estableceNº

¿Y por qué no relaciones con la República Popular China? ¿Acaso no es el país demográficamente más vasto del mundo?

El abrazo de los viejos enemigos.

Se ha derrocado al Gobierno de Torres a través de una unión adúltera del Movimiento Nacionalista Revolucionario (M. N. R.)con la Falange Socialista Boliviana. Esta, así como el partido de Hitler se llamaba "Partido Nacional Socialista", pretende también denominarse "Socialista". Pero no es sino el viejo partido fascista boliviano.

Todos sabemos que entre el M. N. R. y la Falange Socialista existen muerdes de por medio. Hay muchos años de odio y de lucha sangrienta. Incluso, el M. N. R. fue acusado de haber dado muerte al líder, al "Führer" de la Falange Socialista Boliviana, Oscar Unzaga de la Vega.

Hoy día esos dos sectores se dan un abrazo difícil, cada uno de ellos con repugnancia. Y fue así como en la hora del supuesto alborozo, cuando los vapores de la sangre cubrían todavía la atmósfera de La Paz; cuando se estaba ametrallando la Universidad, y los sectores facciosos, desde los balcones del Palacio Quemado, celebraban esa victoria, sobre la muerte del pueblo y el despojo de sus derechos, tanto movimientistas como falangistas se dieron, en presencia del supuesto nuevo Presidente de Bolivia, a la tarea tan poco ejemplar de recriminarse mutuamente, de recordarse viejos crímenes ¡ Esta es la moral de los triunfadores!

Chile solidario.

Hoy día, a esta hora, en el teatro Caupolicán de Santiago, en una gran concentración convocada por la Unidad Popular, la Central Unica de Trabajadores, la Federación de Estudiantes y otros organismos representativos de diversos sectores de nuestra sociedad, amplios grupos de ciudadanos están expresando su opinión airada, realizando el análisis y la crítica de esa regresión de fuego y muerte que cae sobre Bolivia, sobre las calles de La Paz. Ese sonar de metralla por parte de los rebelados del Ejército y la Aviación que se ensañaron contra la Universidad Mayor de San Andrés tal vez confirme el pensamiento mortífero de Millán Astray de "¡Muera la inteligencia!", expresado a voz en cuello en la última hora de la vida del Rector magnífico de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno.

Guerras y golpes.

En San Andrés un grupo de estudiantes, dirigentes sindicales y obreros acantonados en dicho edificio, uno de los más altos de la ciudad, fueron masacrados. El saldo del combate alevoso y desigual arrojó una crecida cifra de muertos y heridos. No se vaciló en el ataque aéreo combinado con la infantería, premunida de "bazookas" y morteros, para desalojar a quienes oponían resistencia.

Esa es la victoria de un ejército -tan distinto del nuestro; y, por cierto, tampoco es todo el ejército boliviano, porque hubo regimientos que permanecieron leales-; de algunos jefes -porque no podemos culpar a las clases- que nunca ganaron una guerra, pero que están en permanente combate contra su pueblo, al que masacraron cobardemente aprovechando su armamento superior.

Así, la ofensiva contra la Universidad es un símbolo. Y los aviones "Mustang" de la base de El Alto destrozando el de-cimotercer piso de las aulas de la Universidad de San Andrés, rociándolo con metralla, es también una definición y un retrato de la catadura moral -mejor dicho, inmoral- de ese movimiento.

Los infantes que se lanzaron al asalto por la avenida Villazón disparando sus "Mausers" contra la Universidad y contra el pueblo, no se han cubierto de gloria. Claro está que el fuego apenas podía ser devuelto, porque el escaso parque que tenían los estudiantes se agotó muy rápidamente. Allí están los enormes boquetes abiertos en los edificios de La Paz. Allí resuenan todavía los ecos de las descargas de las ametralladoras de los cazas que hicieron fuego rasante contra los universitarios.

El "putsch" como negocio.

¡Así se tomaron el edificio! ¡Así asumieron el Poder! ¡ Así fueron muertos más de cien hombres, estudiantes y dirigentes sindicales! ¡Así derribaron al régimen del Presidente Torres! ¡Así, escoltados por efectivos del sector faccioso del Ejército, tomaron prisioneros a los militares del Regimiento Colorados, que formaban parte de la Guardia Presidencial y resistieron junto al pueblo el movimiento subversivo que desplomó al Gobierno de Torres!

Muertos a discreción. También se dispara contra los periodistas. Todo esto pretextando reencauzar al país por las vías constitucionales y lograr la despolitización en el seno de las Fuerzas Armadas. Todo ello es una falsedad vergonzosa, porque se trata sólo de politiqueros y de gente deshonesta que hace un negocio del asalto al Poder.

Por eso, parece que el balance provisional de las bajas producidas -según la Cruz Roja, más de cien muertos y más de quinientos heridos- es parco y no entrega la magnitud exacta de la hecatombe.

Después se habla de que murieron doce universitarios y otros treinta resultaron heridos, y de que están asaltando los locales sindicales y de los partidos políticos de Izquierda. Habría muerto el presidente de la Federación Universitaria Boliviana. Asesinaron al sacerdote católico Mauricio Lefevre, vinculado al Movimiento Obrero y Estudiantil Boliviano, ametrallado al intentar socorrer a una persona que se encontraba herida en las calles de La Paz.

La repartición de los trofeos.

Pero hay algo más.

A través de la radio de los conjurados en Tarija, se amenazó con ejecutar a cincuenta comunistas si Banzer no se dirigía por cadena radial a la nación el día del golpe, a las seis de la mañana. Se suponía que el llamado de Banzer estaría dirigido a las tropas golpistas, como las que comandaba el general Joaquín Zenteno Ana-ya, quien tiene el triste privilegio de haber comandado a los captores del Comandante Ernesto "Che" Guevara en 1967 y al cual se le acusa de ser uno de sus principales asesinos.

Luego viene la distribución de cargos, la "repartija" de prebendas. Se han distribuido las sinecuras, los trofeos sangrientos el partido de Paz Estenssoro, dirigente del M.N.R., de su ala derecha, y también el partido de Mario Gutiérrez, dirigente de la Falange Socialista Boliviana.

Estamos ante un vuelco en la política de Bolivia, que, insisto, se halla directamente conectado al interés de los "gorilas" brasileños.

Por eso, el diario "O Globo", de Río Janeiro, sostiene que para el Brasil, que tiene más de tres mil kilómetros de frontera con Bolivia, cualquier cambio de importancia en el país vecino, y tradicionalmente amigo, es un acontecimiento de gran trascendencia, y que en el momento actual una Bolivia casi "comunizada" ha venido ganando, desde que Allende asumió la Presidencia de Chile, una significación más grande que su propio potencial.

Los campeones de la tortura.

Esto de "una Bolivia casi comunizada" es lo mismo que se dijo respecto de Brasil bajo el Gobierno de Goulart: que estaba casi "comunizando". Pero nada había de eso. La de Goulart era una Administración burguesa, con alguna inclinación progresista muy vacilante y débil. Y para recuperar la "democracia", que reinaba de manera amplia en el Brasil durante el Gobierno de Goulart, se dio el golpe a fin de convertir a ese país en lo que es hoy: el paraíso mundialmente reconocido de la tortura, donde incluso se veja a chilenos que van a pasar sus vacaciones allí. Lo acaba de denunciar, en una historia verdaderamente dantesca y horrible, una

compatriota nuestra, estudiante, que fue arrestada, secuestrada y torturada por la policía brasileña. Inclusive, se intentó convertirla en espía para que informara acerca de las actividades de los brasileños desterrados en nuestro país.

El señor NOEMI (Presidente accidental).-

Ha terminado el tiempo del Comité Demócrata Cristiano. Su Señoría puede continuar en el del Comité Comunista.

El señor TEITELBOIM.-

Señor Presidente, ¿por qué esa alusión a Salvador Allende respecto del caso boliviano? ¿Por qué decir que Torres hablaba de un eje Lima-La Paz-Santiago -esto provocó la protesta del Perú-, en circunstancias de que ello es enteramente falso?

El referido periódico también dice que los adictos a Torres siempre atacaban al subimperialismo brasileño.

Antichilenismo y antibolivianismo.

Por eso, nosotros vemos que, dentro del cuadro político internacional, para nuestro país se suma una preocupación. El Gobierno del General Torres, manteniendo las viejas banderas bolivianas, que no son las nuestras, no ejercía el comercio profesional del antichilenismo. En cambio ahora, inmediatamente se plantea, en términos agresivos, la reivindicación marítima y se habla de la salida al Pacífico y de la devolución de un puerto para Bolivia, como un resorte doméstico, como cortina de humo para inmovilizar y confundir al pueblo boliviano.

Pero, a la vez, el flamante Presiden-te, señor Banzer, declara que en lo económico promoverá una política de incentivos para la inversión privada. Vale decir, dará luz verde al capitalismo, a los monopolios y también a las inversiones extranjeras: "Daremos todas las garantías a la iniciativa privada para que invierta capitales en nuestro país y se integre a los esfuerzos que realizaremos para extraer a Bolivia del subdesarrollo". Pero si, al fin y al cabo, los Gobiernos bolivianos no hicieron sino esto durante 150 años, y el resultado ha sido, precisamente, el sub-desarrollo, porque éste es hijo de la dependencia, sobre todo.

Washington sonríe.

Esa fue la primera declaración oficial que hizo el Gobierno en materia de inversiones. Pero, además, ha manifestado que la inversión privada del exterior quedó bloqueada en el momento en que se nacionalizó la compañía norteamericana Gulf Oil, en octubre de 1969, y que posteriormente el volumen de capitales yanquis en Bolivia, a raíz de las sucesivas nacionalizaciones, quedó reducido al más bajo nivel en América Latina. De más de 250 millones de dólares en 1968, no sobrepasa hoy los 50 millones. Es decir, se habla de nuevo de que el imperialismo norteamericano puede reconquistar sus posiciones, y el Gobierno actual parece dispuesto a dar toda clase de garantías. Por eso, Washington, que se ha dicho que ha mantenido un silencio diplomático sobre los acontecimientos que condujeron al golpe y a la instalación del Gobierno presidido por el coronel Hugo Banzer, no se recata para manifestar, por intermedio de algunos funcionarios calificados como competentes -lo expresan en privado-, que la nueva situación boliviana augura una etapa de más estrecha relación entre La Paz y Washington. Y el portavoz de la Secretaría de Estado, Robert Mac Closkey, en los momentos mismos en que se hacen declaraciones en cuanto a suspender créditos a Chile y a negar la posibilidad de comprar aviones Boeing para la Línea Aérea Nacional, habla de que están estudiando la cuestión del reconocimiento al nuevo Gobierno de La Paz; pero se sabe que esto es cuestión de mera fórmula y que, por lo tanto, el reconocimiento vendrá dentro de muy poco, incondicional y gozoso.

En los últimos años, Estados Unidos practica, según estas fuentes de Washington, el concepto de que un régimen militar que se cambia por otro no necesita de reconocimiento. Y de manera simple, lo que acontece para ellos es sólo un Cambio de liderato en las Fuerzas Armadas, en las cuales descansa. Lo dicen; pero saben que se trata de algo más.

Por nuestra parte, queremos decir que Bolivia ha sufrido un retroceso y que debemos guardar una atención cuidadosa respecto de los movimientos de ciertas fuerzas agresivas y provocadoras. El nuevo Canciller de Bolivia, el señor Mario Gutiérrez Gutiérrez, como he dicho, jefe nacional de la Falange Socialista Boliviana, a pesar de haberse especializado como como profesor de derecho internacional en la Universidad de Chile, no quiere a nuestro país. Su tesis para recibirse de abogado se tituló "Los derechos de Bolivia al mar". Cultiva este sentimiento antichileno como una especie de constante de su política.

Falange española y boliviana.

En un momento determinado, un corresponsal español de la agencia EFE, al analizar una de sus declaraciones en que dijo: "Tenemos, como base ideológica, dos principios claves. Una concepción nacionalista eminentemente bolivianista, y una línea de socialismo "cristiano" -que, como es natural, da para todo-, le comentó que "puestos a sintetizar, un falangista español habría contestado exactamente lo mismo". Y el Canciller de Bolivia, según el cable, sonrió ampliamente y le respondió: "Me alegro infinito de esa feliz coincidencia." Vale decir, allá en Bolivia se ha vuelto al fascismo.

No obstante, se trata de una victoria que está cosida con hilo delgado y frágil. Porque en estos momentos en La Paz se habla de que no hay coincidencia alguna a nivel de bases entre los falangistas y los movimientistas. Es claro que los señores Mario Gutiérrez y Víctor Paz Estenssoro pueden decir a todo el mundo que la alianza que ellos pactaron personalmente no será rota. Pero la verdad es que posiciones arraigadas, el pasado, las tradiciones, los recuerdos de viejas y terribles luchas, aparte el hecho de que se trata de un Gobierno enfilado entero contra el pueblo, impedirán galvanizar una base sólida, a menos que ésta sea el Ejército. Y dentro de las Fuerzas Armadas mismas, se sabe que existen diferencias irreparables.

No aceptamos chantajes.

Por esta razón, debemos decir que si se supeditan las relaciones con Chile a la satisfacción de peticiones que no podemos considerar sino en el marco de la más estricta serenidad y mutuo respeto, se equivocan en redondo. Jamás aceptaremos el chantaje o el condicionamiento político.

Por cierto, queremos mantener buenas relaciones con todos los países. Como lo acaba de decir una vez más el Presidente Allende en Quito, "no exportamos Unidad Popular". Y no partirá de nosotros intromisión ni provocación alguna, ni hechos inamistosos. Creemos que un avance, una recuperación política en Bolivia, que deseamos, no puede venir desde fuera, sino que debe ser desarrollada, establecida e impuesta por el mismo pueblo boliviano, y por nadie más.

Por eso, seguiremos siendo absolutamente respetuosos de las normas de no intervención y de autodeterminación. Y esperamos que Bolivia, su nuevo Gobierno, como también las otras naciones dé América Latina, comprendan perfectamente que cada país tiene derecho a decidir por sí mismo la solución de todos sus problemas.

Los fascistas de adentro.

Los fascistas chilenos han cantado también sus planes de victoria. Gente que ha tenido alguna vinculación con el asesinato del General Schneider ha manifestado su satisfacción. Un llamado "Frente Nacionalista Patria y Libertad" ha publicado un aviso en un diario de Santiago diciendo: "Saludamos la liberación nacionalista del pueblo boliviano, aplaudiendo el derrocamiento de ese Gobierno y esperando que Bolivia se mantenga fiel a sus concepciones y a su lenguaje nacionalista y democrático", -entre comillas- "y que encuentre su destino a través de la exaltación de los valores de la patria."

Pensamos que por ese lado se puede ir muy lejos, porque la exaltación del fascismo boliviano puede significar serio peligro para Chile. Me parece que es bueno que no se juegue con fuego. Ahora, si su odio contra el Gobierno de la Unidad Popular, presidido por Salvador Allende, es tan grande que incluso les parece bien atacar desde fuera a nuestra patria, pues que se diga claramente.

Un pueblo que no acepta.

Quiero terminar manifestando que el Partido Comunista de Chile, como lo ha hecho la Unidad Popular y lo están haciendo en estos precisos momentos sus representantes; como lo han hecho la Federación de Estudiantes de Chile, todos los universitarios de nuestra patria y también los trabajadores, solidariza con el pueblo de Bolivia. Según describe el cable, después de ser derrotado por los golpistas, que colmaron de luto y tragedia al país vecino, no esconde el gesto de repudio. Sobre todo en las calles de La Paz, cuando algún soldado, desde los tanques o desde los camiones pretendía saludar a la gente del pueblo, ésta no contestaba, mantenía la cabeza gacha, la mirada baja y se quedaba completamente muda, expresando así su resistencia, su desprecio, su ira. Por ahora, su impotencia; pero también su decisión de no aceptar al usurpador.

Ese pueblo tiene nuestra amistad y nuestra simpatía. En Bolivia, la gente que se alza con el poder sobre la base de la sangre no dura mucho. Eso lo dirán los bolivianos, el pueblo boliviano. Pero nosotros, como Partido Comunista, como hombres de la Unidad Popular, queremos expresar nuestra solidaridad fraterna hacia los obreros, hacia los estudiantes, hacia las fuerzas de Izquierda de Bolivia. Entendemos que en Chile un estremecimiento de horror ha conmovido también a ambos sectores no izquierdistas, que tampoco se alegran nada por lo acontecido en el país vecino. Al fin y al cabo, estamos al lado, y de alguna manera nos salpica la sangre derramada sobre el cuerpo de un pueblo con el cual queremos y debemos tener relaciones cordiales, porque eso nos lo indican nuestros orígenes y también la vecindad de un destino que en el porvenir tendrá que ser de clara afinidad.

Por esas razones, he querido decir nuestra palabra para que los compañeros y amigos del pueblo boliviano, sus trabajadores, sus intelectuales y estudiantes sepan que no están solos en América. En el mundo, y en este país, en Chile, ellos cuentan con gente, con un pueblo que ha seguido con viva angustia su tragedia; pero con una angustia donde también anida la esperanza, pues estamos seguros de que la libertad, la democracia, los derechos del pueblo, el respeto a los valores humanos, volverán a reinar sobre la faz inquieta de ese alto país empotrado en la geografía pétrea, dura de los Andes, que merece un destino, por cierto, más elevado que el que ahora le depara el golpe de un grupo castrense alzado.

Top