Labor Parlamentaria
Participaciones
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Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 74
- Celebrada el 06 de mayo de 1970
- Legislatura Extraordinaria periodo 1969 -1970
Índice
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Intervención
ANALISIS DE RECIENTES SUCESOS EN LONGAVI. REPLICA A OBSERVACIONES DEL SENADOR IBAÑEZ.
Autores
El señor
Señores Senadores, el Honorable señor Teitelboim ha solicitado hacer uso del derecho establecido en el artículo 97 del Reglamento, para vindicarse ante expresiones vertidas en la mañana de hoy.
Tiene la palabra el señor Senador hasta por diez minutos.
El señor
Señor Presidente, en la sesión de ayer el Honorable señor Pedro Ibáñez reclamó en forma airada porque no se le concedía tiempo para responder a los otros oradores que intervinieron a propósito de los sucesos de Longaví.
Tengo aquí la versión textual de la sesión a que me refiero. El señor Senador dice: "Se nos quiere impedir que hablemos, señor Presidente. De lo que se trata es de injuriar, calumniar y después impedir que respondamos". Luego agrega: "Esto es propio de totalitarios".
Nunca se había pedido la palabra con tanta fuerza y en forma inmediata.
El Honorable señor Altamirano dice: "Nosotros damos nuestro acuerdo para que hable inmediatamente el Honorable señor Ibáñez". Yo expresé lo mismo, pero no lo recogió la versión. Tal vez hablé en voz muy baja. El Honorable señor Hamilton manifestó: "Hay acuerdo para prorrogar por veinte minutos la sesión, a fin de escuchar al Honorable señor Ibáñez". Y el Honorable señor Irureta: "Hay acuerdo unánime, señor Presidente".
Todo él mundo estuvo de acuerdo en acceder al ruego vehemente, apasionado, del Honorable señor Ibáñez, que exigía usar de la palabra en forma inmediata. Entonces, el señor Senador dice que no va a hablar; que lo hará por él y por el Partido Nacional el Honorable señor GARCIA.
Según la misma versión, el Senador que habla interviene y dice: "El Honorable señor Ibáñez ha pedido la palabra cien veces para demostrar que no quieren dejarlo hablar, pero cuando lo dejan no lo hace". El Honorable señor Hamilton dice: "Esta prórroga no debe utilizarse, ya que el acuerdo era para escuchar al Honorable señor Ibáñez". E insiste: "Pidió tiempo para contestar, porque había sido emplazado, y ahora no lo hace".
Muy bien. No, lo hizo porque tenía que ir a conseguirse el discurso. Y llegó con este discurso que el diario "La Segunda"...
El señor
¡Su Señoría se aprovecha de que no está el Honorable señor Ibáñez para decir eso!
El señor
Un momentito, a propósito de ausencias y caballerosidad...
El señor
El Honorable señor Teitelboim no estuvo presente en la sesión de esta mañana.
El señor
Entonces, un diario que lo adora, que lo describe como un héroe formidable, maravilloso, dando una imagen totalmente falsa a la opinión pública, dice: "El senador nacional Pedro Ibáñez desafió al senador comunista Volodia Teitelboim a que "si es hombre vaya a su patria, la Unión Soviética, a defender la vida humana. Ibáñez respondió esta mañana a todos los ataques...". "El senador nacional leyó un extenso documento que algunos calificaron como una lectura a "180 kilómetros por hora".
Tenía que "fabricarse" el documento donde dice lo que sostiene el diario mencionado.
El Senador señor Pedro Ibáñez ha nacido en el mismo territorio en que he nacido yo, pero en clases sociales muy distintas, y hemos tenido ante la vida una actitud del todo diferente. Yo no hago de mi patria un negocio. Recibido de abogado, tuve iguales posibilidades que cualquier profesional en este país de entregarme a atesorar dinero. Pero por concepto de la vida, por creer que la existencia se vive una sola vez y es menester hacerlo con dignidad y decoro, escogí el camino de renunciar a los bienes de este mundo para entregarme a una causa más alta. He hecho de la política una actitud que el otro día este señor pretendió enrostrarme diciendo: "Lo acuso porque vive de un sueldo para hacer política".
Sí, señores. No cobro yo la dieta parlamentaria, como no la cobra ninguno de los parlamentarios comunistas. Vivimos en una situación modesta, con una fracción de ella. Y yo emplazo al señor Ibáñez a que disponga sólo de los medios pecuniarios de que dispongo yo, a que viva con igual sencillez y a que renuncie al abuso de los créditos del Estado y del crédito privado, que suma. . .
El señor
No tiene crédito del Estado.
El señor
¡Ah, no tiene crédito del Estado!
Yo probaré al Honorable señor Ibáñez, con cifras establecidas, todos los abusos que hace del crédito público. Esto lo considero una indecencia, porque el Senador, el Diputado, el político debe establecer incompatibilidad entre el negocio y la política. Por eso, nuestras concepciones son enteramente diferentes y seguirán siéndolo siempre; pues estimo que daña gravemente el prestigio del Senado el hecho de aprovechar la condición de político para defender intereses de clase y los propios.
Si hoy en la mañana ha justificado en el fondo al señor Carmine y ha amenazado que continuará la violencia en el campo, imputando su responsabilidad al Gobierno, es porque él también es un gran terrateniente; porque también tiene su historia de Longaví, que se llamó Longotoma.
Este caballero aprovechó en la mañana mi ausencia para expresar lo que dijo. ¡Lo estimo una cobardía!
Los dos visitamos a la Unión Soviética y, por los azares de estos viajes, nos correspondió ocupar permanentemente el mismo automóvil en que la delegación parlamentaria chilena recorrió ese país en 1965. Lo vi lanzar muchas exclamaciones de admiración respecto de aquella nación. Y esa admiración, bastante curiosa y extraña, mal fundada, se expresa en algunas publicaciones hechas a su regreso. Una de ellas apareció en la revista "Ercilla".
Pude conocer mejor su personalidad en esa convivencia obligada de aquella gira. Es una persona sin ninguna cultura, pero que trata de aparentar. Es decir, es un duro absoluto, porque pretende defender el sacrosanto derecho multimillonario a seguir especulando en este país. ¡Y se ha aprovechado de mi ausencia! En días pasados, a pesar de que yo tenía una obligación importante, en vez de irme, me quedé para escucharlo. Pero él ha roto toda norma de hidalguía y respeto, inclusive para con esta Corporación.
Deseo destacar que tenemos la misma nacionalidad. Pero estoy en profundo desacuerdo con quienes hacen el negocio de Chile y para los cuales nuestro país es una profesión. Para el pueblo -y lo comparto-, Chile es una patria, un sentimiento y una dignidad.
Concluyo esperando que algunos diarios también den cabida a algunas de mis expresiones relativas a las graves imputaciones y calumnias del SenadorPedro Ibáñez.