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Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Especial N° 26
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1968 -1969
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Intervención
EL PROBLEMA DEL ALCOHOLISMO EN CHILE.

Autores

El señor TEITELBOIM.-

Es en la formación de un ambiente adecuado para quienes se recuperan del alcoholismo donde los clubes de abstemios pueden cumplir y cumplen actualmente, con las limitaciones derivadas de su pobreza de medios, una labor complementaria de la acción médica. Ellos tratan de crear el ambiente sano del que carece la mayoría de los recuperados: una sede social donde exista una biblioteca, elementos de esparcimiento como juegos diversos, salas de estar, talleres donde desarrollar trabajos manuales, artesanales y artísticos; donde se ofrezcan posibilidades de distracción y compañía sana, de desarrollo de inquietudes culturales, de acrecentamiento de la educación y los conocimientos, mediante programas permanentes de charlas, foros, exhibición de películas, etcétera.

Y como es lógico, este tipo de organización debe ser ayudada y estimulada en todo el país. Aunque posterior (al tratamiento, el trabajo de estos organismos constituye una verdadera función paramédica realizada por personas que han vivido el problema del alcoholismo y que, por ello, dedican conscientemente, con generosidad y sin remuneración alguna, nobles esfuerzos.

Estas personas recuperadas del alcoholismo han adquirido, por lo general, conocimientos básicos sobre el problema, por lo que pueden ayudar efectivamente a la labor de educación social en la materia. Debemos recordar que este proceso educativo es fundamental y que debe modificarse incluso el criterio de muchos maestros. A este propósito, son ilustrativos los resultados de un muestreo que analiza el doctor Luis Custodio Muñoz en su trabajo "Información y actitudes del personal docente en materia de alcohol y alcoholismo". Sólo un porcentaje muy bajo de los profesores encuestados, un 13,6%, señala la presión social como condicionante del hábito patológico de ingestión de alcohol. Y 43% de ellos acepta las propiedades positivas que asignan al alcohol los prejuicios tradicionales, encontrándose de esta manera sin preparación para desarrollar una labor educativa destinada a destruir esos prejuicios con argumentos científicos, y lo que es peor encontrándose inclusive algunos de ellos escasos predispuestos en potencia a desarrollar conductas de ingestión excesiva, dado que el medio social las promueve a cada paso, y también a que el Magisterio vive en situación de penuria económica, de estrechez y exigüidad casi proverbial, que en nuestro medio fue hasta ejemplificada por Ortiz en "Cartas de la Aldea", obra escrita a principios de siglo.

Ni puritanismo ni prohibicionismo.

Dedicar durante dos sesiones el turno de nuestro Comité al problema del alcoholismo, asunto aparentemente insólito en las deliberaciones del Congreso, se explica por una seria preocupación del Partido Comunista. Al revisar las actas de las sesiones, hemos podido comprobar que el tema, como materia exclusiva y especializada, no se ha tratado desde hace muchos años. Si bien puede ser tema poco elegante y hasta chocante, incluso con ciertos ribetes de impopularidad, tenemos una inquietud que obliga a nuestro partido a decir una palabra sobre un problema que está afectando demasiado a sectores del pueblo chileno. El partido de los trabajadores no puede observar una actitud pasiva frente a un flagelo que azota nuestro país con caracteres realmente catastróficos a más de un millón de chilenos y cuyas consecuencias se descargan en especial sobre gente modesta, obreros y campesinos, que hacen pasar amargas tribulaciones a seres inocentes como son las mujeres y los hijos. Los comunistas, al igual que todo el movimiento de Izquierda, necesitan un pueblo resuelto, lúcido y consciente, con plena responsabilidad. Por eso, nuestra colectividad toma este problema, como antes lo hicieron un Recabarren y un Lafferte con claridad y firmeza, dentro de su ubicación y contexto social. No pretendemos decir con ello que éste sea el problema fundamentalísimo de la sociedad ni el tema esencial de la revolución: ésta pretende el cambio del estatuto social, de sus cimientos, lo cual, sin duda, influirá y contribuirá a erradicar las tensiones sociales y morales que inducen a muchos hombres a lanzarse al precipicio, al abismo del alcohol. Repito: no tenemos la posición de abstemios, ademanes prohibicionistas ni actitudes cuáqueras ni de un puritanismo absurdo o pueril. El hombre es un ser pleno, en condiciones de disfrutar la vida en todas sus manifestaciones. No queremos que este mal destructivo lo domine y aniquile precisamente en su esencia humana, elemental, para hundirlo en un estado de falta de control a causa de una enfermedad que resulta perfectamente curable.

Repito: no venimos aquí en calidad de Ejército de Salvación ni de predicadores de púlpito; no se trata de que nadie beba nada ni de que se haga una gran cruz de maldición a la botella. Naturalmente, las personas pueden beber en forma de que no los lleve a perder la conciencia y la salud, que no las conduzca a esclavitud física y síquica del alcohol, que caracteriza la enfermedad. Debemos hacer un esfuerzo colectivo inmenso para superar esta realidad, que pesa como una losa trágica sobre nuestros pueblo, nuestra economía y nuestras posibilidades de desarrollo y sobre la lucidez social. Hay que tomar medidas concretas en diversos planos a base de los abundantes materiales que han preparado los especialistas, aunque ellos tienen muchas veces la impresión de que golpean a una puerta de una casa donde no hay nadie, que están predicando en el desierto: no encuentran eco.

Estamos dispuestos a colaborar en las modificaciones legales que recojan tales medidas. Deseamos hacer nuestro aporte, con la autoridad que tienen los comunistas, para decir la verdad a los trabajadores, para pedir a cada militante, a cada amigo, a cada madre y esposa, una posición activa y consciente. Procedemos de esta manera, por la revolución, por la clase obrera, por el pueblo chileno, por toda la nación. A nuestro juicio, una conducta que realmente eche abajo las vendas de los ojos y que termine con los temas tabúes, como el del alcoholismo, redundará en beneficio de nuestro pueblo y de Chile.

Solicito que se incluyan en la versión los cuadros estadísticos de los trabajos a que he hecho referencia en el curso de mi intervención.

El señor LUENGO (Vicepresidente).-

Oportunamente solicitaré el acuerdo respectivo.

Los documentos cuya inserción se acuerda posteriormente son del tenor siguiente:

c)Datos de la Dirección de Estadística sobre numero de Delitos Alcohólicos

 

 

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