China y Estados Unidos (Indo-Pacífico II): ¿desde la estrategia vertical a la horizontal?

El viaje del presidente Joe Biden a Corea del Sur y Japón en mayo 2022, vuelve a poner en la agenda de seguridad internacional y global al Indo-Pacífico. A este respecto, ya en 2020 había escrito, para el Observatorio Parlamentario Asia Pacífico, el análisis “China-Estados Unidos y el Indo-¿Pacífico?: hacia una confrontación (in)evitable”, donde la idea central fue que “China y Estados Unidos estaban en una proximidad-antagónica de alta tensión militar por el dominio de esta zona”. Y en 2021, luego de concretarse la articulación entre Reino Unido, Estados Unidos y Australia, desarrollé el análisis titulado “AUKUS: ¿ajustando el rol de Australia (solo) en el Indo-Pacífico?”, donde el argumento central fue que este acuerdo, “tenía como una de las más importantes implicancias, un ajuste en la arquitectura de seguridad del Indo-Pacífico”.

Desde esta perspectiva, lo que sucede y sucederá en el Indo-Pacífico sigue en proceso de incrementar los temas de la agenda internacional de seguridad y la posible confrontación entre los dos grandes actores que pretenden tener aquí un dominio político, económico y militar: China y Estados Unidos. Lo interesante a este respecto, ha sido que el viaje del presidente de los Estados Unidos ha permitido ajustar la interacción de los norteamericanos con la región. Efectivamente, sobre la doctrina de un “Indo-Pacífico Libre y Abierto”, se está pasando desde una estrategia de seguridad vertical a una horizontal. Es decir, se está instaurando una fórmula en lo que lo bilateral está dando paso la conformación de grupos transversales para la seguridad: QUAD, AUKUS y ahora, el Indo-Pacific Economic Framework (IPEF). Este último, tiene cuatro objetivos centrales a implementar entre sus integrantes (Australia, Brunei, India, Indonesia, Japón, República de Corea, Malaysia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia, y Vietnam): Economía Conectada, Economía Resiliente, Economía Limpia y Economía Justa.

Así, en general estos acuerdos tienen como objetivo detener lo que occidente entiende como el proceso de resignificación de China. A este respecto, resulta significativo, leer las declaraciones realizadas por el secretario de Estado, Antony J. Blinken, días después del viaje de Bidel a Corea y Japón, en las que su análisis, titulado “Enfoque de la Administración con respecto a la República Popular China”, sostiene que: “China es el único país que tiene tanto la intención de redefinir el orden internacional como el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo. La visión de Pekín nos alejaría de los valores universales que han sostenido gran parte del progreso conseguido por el mundo en los últimos 75 años”.

Sin embargo, el relato de esta tensión tiene su contraparte en la visión china. Por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, como resultado de la propuesta IPEF norteamericana, sostuvo que era importante establecer los “tres debería” y los “tres no debería” de los Estados Unidos en el Indo-Pacífico. Primero, EE. UU., “debería promover el libre comercio y no debería establecer un proteccionismo disfrazado”. Segundo, EE. UU., “debería promover la recuperación económica mundial y no debería desestabilizar la cadena industrial”. Tercero, EE. UU., “debería promover la apertura y cooperación y no debería crear una confrontación geopolítica”. El mismo, Wang Yi, postula que la estrategia de Washington apunta a “borrar el nombre de Asia-Pacífico e instalar el de Indo-Pacifico (reposicionando a India); limitar la cooperación regional del Asia-Pacífico, crear varios tipos de pequeñas camarillas bajo el lema de libertad y apertura; imponiendo EE. UU., de este modo, su estrategia en la cuestión de Taiwán y el Mar de China Meridional”.

En esencia, para fraseando a Song Wie en su texto de 2018, lo que se observa es un proceso que está empujando a sus actores a pensar la zona no desde el concepto de la Región el Indo-Pacífico, sino que desde un Sistema Indo-Pacífico. El problema es que su armonización está supeditada a la interacción y retroacción de los engranajes de los participantes que se enfrentan a la tensión entre China y Estados Unidos. Es por esto, como sostiene Song, que “el tipo de estructura política regional que se adopte y el tipo de sistema del Indo-Pacífico que se establezca depende de la evolución de las relaciones entre las principales potencias de esta región”. Según reflexiona el ministro Wang Yi, en este sentido, hoy lo que Estados Unidos “estaría propiciando es el choque entre ambos”, donde terceros países que participan indistintamente iniciativas propiciadas por China y Estados Unidos, como la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), ASEAN y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), estarán presionadas por los intereses de cada uno de estos.

*Rodrigo Álvarez Valdés es doctor en Estudios Latinoamericanos (USACH), profesor de la Escuela de Periodismo Universidad Mayor, Master of Arts International Political Economy (Tsukuba University, Japan). Ha cursado el U.S. Institutes (SUSI) on National Security Policymaking (Delaware University) / IVLP - U.S. Department of State Bureau of Educational and Cultural Affairs. Además, es investigador asociado del Programa Centro de Estudios Coreanos de la USACH.

“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento del Observatorio Asia Pacífico BCN”.