Cargando...
  • Alto contraste

Asia Pacífico | Observatorio Parlamentario

Las iniciativas de Filipinas y Vietnam para afrontar la vulnerabilidad climática

23 julio 2024

Ambos países han sido destacados por el Foro de Vulnerabilidad Climática por implementar marcos legislativos y políticas efectivas para mitigar los efectos del cambio climático, destacando iniciativas como la Ley de reforestación en Filipinas y la gestión comunitaria de riesgos de desastres en Vietnam, mientras se enfrentan a desafíos ambientales significativos y la necesidad de promover un desarrollo sostenible.

Imagen de la nota

Nuestro planeta se ve cada vez más afectado por el cambio climático y quienes más sienten sus consecuencias son los países menos desarrollados. El “Informe de Mapeo sobre leyes y políticas de cambio climático en países del foro de vulnerabilidad climática” ofrece una perspectiva valiosa al reunir las iniciativas legislativas y políticas públicas de 48 países. En la siguiente nota, se destacan las iniciativas de Filipinas y Vietnam, pero también un análisis desde la perspectiva de Chile. Más detalles, a continuación.

Iniciativas destacables para superar la vulnerabilidad climática: el caso de FIlipinas

El reporte sobre los países con vulnerabilidad climática es un documento que reúne por primera vez las leyes y políticas sobre cambio climático de 48 de los 55 miembros actuales del Foro de Países Vulnerables al Clima (CVF). Tal como se señala en su introducción, su propósito es facilitar el aprendizaje entre pares, identificar brechas y promover las mejores prácticas en el ámbito legislativo.

En el contenido de este informe se incorpora información sobre los países vulnerables y las iniciativas que están desarrollando para apoyar el desarrollo de actividades gubernamentales, políticas y el proceso legislativo de los países en temas de cambio climático, de manera tal que los países cuenten con una orientación clara para implementar más eficazmente sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) y metas climáticas.

Uno de los países del Asia que son resaltados en este informe es Filipinas, cuyo marco legal sobre el clima se compone de 12 leyes y 21 políticas. Se destaca la aprobación en 2009 de la Ley de Cambio Climático y la consecuente creación de la Comisión de Cambio Climático, encargada de centralizar e impulsar las políticas de adaptación y mitigación al cambio climático, con base en evidencia científica. Una muestra de las políticas formuladas es la moratoria a nuevas plantas energéticas a carbón para alcanzar la carbono neutralidad para 2016.

Entre las leyes, se destaca la Ley de Empleos verdes de 2016 y la Ley de Reducción y Gestión de Desastres de 2010, que se orienta a fomentar capacidad de desastres, tanto a nivel nacional y local. Pero también se destaca entre las políticas el Programa Nacional de Reforestación, que fue creado en 2011 en respuesta a la creciente pérdida de bosques. Entre sus objetivos iniciales estuvo la plantación de más de mil millones de árboles en terrenos públicos. En 2015 se sumó la posibilidad de reforestar tierras degradadas, improductivas e inundadas.

Según cifras entregadas por el propio programa, para 2016 se crearon más de tres millones y en 2021 superó las metas de 2020 en un 176 por ciento. Más aún, entre 2011 y enero de 2022, se crearon más de 5,6 millones de puestos de trabajo, tanto en tierras altas como en zonas rurales.

De esta manera, las iniciativas legislativas y programas implementados por Filipinas, no solo buscan abordar el cambio climático, sino que también promueven el desarrollo sostenible y la creación de empleo, como se evidencia en el Programa Nacional de Reforestación. Tal como se señala en el informe, el intercambio de mejores prácticas son esenciales para fortalecer la capacidad de adaptación y mitigación en los países vulnerables, permitiendo así avanzar hacia un futuro más resiliente frente a los desafíos climáticos.

Vietnam y los desafíos a enfrentar en el océano

Otro de los países en el Asia que presenta vulnerabilidades frente al cambio climático es Vietnam, que en sus márgenes costeros se producen altos niveles de contaminación. Son alrededor de 3 mil 200 kilómetros que concentran el 70 por ciento de la población, según el informe. Debido a la densidad demográfica en estos lugares por la actividad productiva, a medida que la economía crece, el impacto en el ambiente y en las comunidades podría ser peor. Frente a ello, cuenta con una Ley sobre Recursos Marinos e Insulares y Medio Ambiente desde 2015.

Quizás te interese leer: “Los esfuerzos de Vietnam para revertir los altos niveles de contaminación en sus océanos.

A esto se suma que los desastres naturales han sido extremos, dejando numerosas bajas y daños materiales en el país. Desde 2016 que las inundaciones, las fuertes lluvias y el clima extremadamente frío en zonas inusuales, provocaron 37 muertes y 108 heridos, con pérdidas estimadas en más de 750 millones de dólares.

En este contexto, Vietnam cuenta con un marco nacional de cambio climático que incluye cinco leyes, 29 políticas y 41 objetivos, según el Climate Action Tracker (CAT). Aunque recibe una calificación crítica por carecer de políticas para una transición baja en carbono, si se han observado avances positivos en políticas de energía renovable, como la Política Nacional de Energía 2019-2030, aunque no compensan el crecimiento de las energías fósiles que aún se manifiesta en el país asiático.

A esto se agrega que Vietnam tiene el potencial de convertirse en uno de los líderes regionales en energía solar, gracias a su política para establecer mecanismos de fomento al desarrollo de proyectos solares, incluyendo financiamiento e incentivos. Asimismo, la Estrategia de Crecimiento Verde de Vietnam, aprobada en 2017, aborda temas clave como el crecimiento bajo en carbono y la sostenibilidad en la producción, pero también los estilos de vida de las personas. Entre sus metas está la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en al menos un 1 por ciento anual para 2030.

Entre las políticas destacadas está la “Conciencia Comunitaria y Gestión Basada en la Comunidad de Riesgos de Desastres Naturales. Se trata de una decisión adoptada por el Primer Ministro para mejorar la capacidad de gestión de las comunidades frente a los desastres y los riesgos de desastres. Entre los objetivos de este plan está el perfeccionamiento de los mecanismos y políticas para la gestión comunitaria, desde el nivel central hasta las autoridades locales; fortalecer la capacidad de los funcionarios de la administración local en la prevención, combate y mitigación de desastres naturales.

Pero también desarrollar planes de prevención de desastres e implementar sistemas de información y comunicación en todas las aldeas y comunas con alta vulnerabilidad; así como formar equipos especializados en mitigación de desastres naturales y un contingente de voluntarios para ayudar a la población. Por último, difundir conocimientos sobre prevención de inundaciones y tormentas e integrar el conocimiento sobre prevención y mitigación de desastres naturales en los currículos de las escuelas generales.

De esta forma, Vietnam enfrenta serias vulnerabilidades ante el cambio climático, con un marco normativo que aborda los desafíos a través de leyes y políticas específicas. Sin embargo, surge la pregunta de cómo se manifiestan estos desafíos en la realidad chilena. Nuestro país, con su extensa costa y zonas afectadas por los desastres naturales, también debe enfrentar problemas de contaminación y una necesidad de gestionar efectivamente los riesgos. ¿Qué lecciones puede aprender Chile en la implementación de políticas y en la promoción de la reforestación para fortalecer su propia resiliencia frente al cambio climático?

Una reflexión desde la realidad chilena

Una opinión sobre los avances en nuestro país tuvo Sandra Ríos Núñez, doctora en Recursos Naturales y Sostenibilidad, investigadora en el Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER) de la Universidad de Los Lagos. Desde su perspectiva, en los últimos años Chile ha logrado importantes avances en materia de cambio climático y descarbonización. “Se ve reflejado en una creciente apropiación de políticas públicas relacionadas con este tema. Este cambio se debe, en gran parte, al aumento de la conciencia tanto en el sector empresarial como en la ciudadanía, impulsado por la experiencia directa de los efectos del cambio climático en la vida cotidiana. Las actividades productivas se están viendo afectadas, especialmente aquellas ligadas a los recursos naturales, lo que impacta las tasas de rentabilidad. Así, ha quedado claro que la mitigación y adaptación al cambio climático son imperativos para lograr sostenibilidad económica; ya no se trata de elegir si adaptarse o no, sino de hacerlo para asegurar un futuro viable”, señaló.

En la misma línea, destacó el hecho de que son las empresas las que están tomando mayor conciencia sobre la reducción de su huella de carbono, especialmente en sectores como la agricultura, la minería y la acuicultura. “Iniciativas como las capacitaciones promovidas por Corfo y el Ministerio de Medio Ambiente están ayudando a profesionales del área ambiental a cuantificar y certificar las huellas de carbono de las empresas. Este análisis les permite entender que reducir la huella no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también puede traducirse en eficiencia económica al disminuir costos operativos. Por ejemplo, optar por insumos más cercanos a los lugares de producción o mejorar el transporte de los trabajadores hacia las fábricas”, agregó.

Sin embargo, destacó que hay áreas que aún necesitan desarrollo, como el mercado de bonos de carbono. “Actualmente, en nuestro país existe un desconocimiento significativo sobre este tema, que se relaciona más con el sector energético, dejando brechas en formación y capacitación. Este aspecto será crucial para fomentar un mayor número de empresas en diversos sectores que impulsen la descarbonización. Así, las empresas enfrentan dos incentivos para descarbonizar su matriz económica: por un lado, la posibilidad de reducir costos; y por otro, la oportunidad de emitir bonos de carbono y mejorar sus tasas de rentabilidad. Sin embargo, esto sigue siendo un aspecto poco desarrollado en el país”, sostuvo.

En relación a impulsar políticas de reforestación -tal como lo está impulsando Filipinas según el reporte- señaló que es fundamental la recuperación de los ecosistemas. “Corregiría el uso del término "reforestación", ya que este no implica necesariamente una restauración de los ecosistemas, sino que se refiere a la sustitución de una especie arbórea por otra, como resultado de haber eliminado algo. Esto no significa que se esté llevando a cabo una restauración ecológica real. Actualmente, muchos ecosistemas en Chile están dañados, y existe una responsabilidad importante en el diseño de políticas públicas orientadas a la restauración de estos ecosistemas. Por ejemplo, no contamos con una ley marco que regule la restauración ecológica”, aclaró.

En consecuencia, destacó que hay diversos instrumentos de política pública que operan de manera aislada y no se comunican entre si, lo que provoca que la dimensión ambiental esté desconectada de la vida económica. “Mientras no se generen políticas públicas integradas que consideren lo ambiental dentro del marco de las políticas productivas, no podremos lograr un impacto significativo. Esto me recuerda mi experiencia trabajando en Europa, específicamente en el Reino Unido y España, donde el Ministerio de Agricultura implementa medidas y políticas agroambientales. Así, en su propia matriz de producción, existían condicionantes y regulaciones ambientales que facilitaban el apoyo a prácticas más sostenibles. Sin esa articulación, continuaremos viendo la biodiversidad solo desde una perspectiva conservacionista, cuando en realidad se trata de integrar ambos mundos”, comentó.

Por último, en relación a la conciencia de las personas sobre los efectos del cambio climático, se refirió a la educación ambiental. “Es importante que no sea simplemente general, sino que esté contextualizada en cada territorio. Chile cuenta con una diversidad de ecosistemas y enfrenta distintos problemas socioambientales, por lo que la educación ambiental debe enfocarse en las particularidades de cada región. Muchas veces, niños, jóvenes y adultos experimentan los impactos del cambio climático en su vida cotidiana sin ser plenamente conscientes de ello. Por lo tanto, es necesario generar un despertar de conciencia a través de una educación ambiental que actúe como catalizador, abordando los problemas específicos que enfrentan las comunidades. Por ejemplo, aquí en Puerto Varas hemos experimentado numerosas heladas y un clima muy frío en estos meses. La educación ambiental debe ser significativa y relevante, ayudándonos a interiorizar y apropiarnos de los cambios que nos trae el cambio climático. De hecho, considero que estos cambios representan una oportunidad para adaptarnos y mejorar nuestras prácticas”, sentenció.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl


Comentarios

NOTA: como parte de su misión de promover el debate informado, respetuoso, tolerante e inclusivo, que permita vincular la labor de nuestro Congreso Nacional con la ciudadanía, la BCN se reserva el derecho de omitir comentarios y opiniones que pudieren afectar el respeto a la dignidad de las personas o instituciones, en pos de una sana convivencia democrática.

Videos AP

Selección de videos sobre Asia Pacífico