Diputado Ramírez comentó su proyecto para evaluar ambientalmente a plantas desalinizadoras

El diputado Matías Ramírez Pascal reflexionó sobre las externalidades ambientales del proceso de desalinización a la luz del proyecto de ley que presentó para que todos los proyectos sean evaluados. Esta entrevista es la continuación de una nota publicada sobre el anuncio de Queensland, Australia, de construir nuevas plantas de aquí a 2035. Las opiniones del legislador, en las siguientes líneas.

Idea del proyecto

”Me toca representar a una región donde se han puesto los ojos en el mar, no solamente para fines de consumo humano, sino también para el desarrollo minero. Producto de este interés nos dimos cuenta de que el criterio del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) en los últimos años ha sido bastante dispar respecto a la procedencia de iniciar procesos de evaluación ambiental en el caso de la desalación.

Entonces, hemos visto que cuando se trata de proyectos macro, es decir, proyectos mineros, se incluyen dentro del proyecto propiamente dicho. Pero cuando se trata únicamente de desalación, ahí efectivamente han existido criterios por parte del SEA que han determinado que no necesariamente pasan por estudio de impacto ambiental, pese a que evidentemente generan una afectación a las comunidades colindantes.

En ese sentido, al conversar con otros parlamentarios también de distintas regiones pero con características similares, presentamos este proyecto que creemos que hace justicia en el punto de vista de permitir que las comunidades organizadas puedan participar de manera clara en un proceso de evaluación ambiental, pero además también existan estudios o líneas base para avanzar en este tipo de proyectos”.

Casos en la Región de Tarapacá

”Un caso que finalmente no avanzó, pero que ahí nos dio la alerta, fue el establecimiento de una planta desalinizadora en Pisagua. Cuando el titular del proyecto hizo los primeros acercamientos a la comunidad les planteó que no tenían la obligación de presentar el proyecto a través de un estudio de impacto ambiental, y fueron los mismos vecinos quienes nos alertaron.

Esta es una situación recurrente. Incluso hemos tenido relatos de pescadores artesanales, en este caso del sector sur de Iquique, que nos han comentado que después el agua llega incluso con biomasa marina y se han podido detectar vida en los estanques, algo que se supone que no debería ocurrir.

Esto también nos ha puesto en alerta sobre el impacto que se genera al momento de la succión, pero también considerando lo que sucede cuando se vuelve a depositar la salmuera, ya que a nivel internacional varios estudios han indicado que ha causado un impacto importante en el mar”.

Consideraciones en torno a los llamados sobre la toxicidad de la salmuera

”El primer paso es darse cuenta de que las desaladoras no son una solución mágica. Entendemos que hay un problema hídrico en nuestro país en temas de agricultura, consumo humano y minería. Hace unos días, en la comunidad de Chango, en Antofagasta, nos decían que están viendo más de 400 proyectos de desaladoras en la región y el impacto que eso puede tener es tremendo, porque la salmuera acidifica el agua y eso provoca la muerte de toda la biomasa.

Esto pone en riesgo incluso el consumo humano de peces y mariscos en esa zona debido a la falta de oxígeno y otros elementos. Entonces, es un asunto que también afecta la sostenibilidad alimentaria de las regiones, y creo que ese también debe ser un punto de vista a considerar.

Sin embargo, esta iniciativa no debe ser solo el punto de partida que nos permita decir que si bien las plantas de desalinización pueden ser una solución, deben además ser evaluadas correctamente y someterse a procesos permanentes, sin dejarlo a criterio exclusivo de la autoridad del Servicio de Evaluación Ambiental”.

Importancia de la fiscalización

”Creo que siempre existe esta disputa entre el desarrollo industrial y, en este caso, la protección de los recursos naturales en nuestro país. En un momento se pensaba que la única forma de obtener energía era a través de centrales a carbón, sin comprender o sin considerar que esto generaba un impacto mayor que el beneficio. Lo mismo podría suceder con las desaladoras.

Por eso, considero que nadie rechaza los procesos industriales, pero es importante reconocer que estos impactan a las comunidades, en especial a todas las personas que viven en ellas. Es fundamental incorporar el debate científico en los proyectos de ley. Como parte de la Comisión de Ciencias, hemos abordado la falta de análisis científico en ciertos temas para la toma de decisiones.

En lo que respecta al medio ambiente, debemos dejar de verlo únicamente desde una perspectiva económica y avanzar hacia la incorporación de elementos científicos que no buscan criminalizar la industria, sino establecer un marco de protección que garantice que se están haciendo las cosas correctamente y tranquilice a todos”.

Por equipo Asia Pacífico: asiapacifico@bcn.cl