Juan de Dios Morandé Vicuña

Reseñas biográficas parlamentarias



Nació en Santiago, Chile, el año 1873; sus padres fueron Juan de Dios Morandé Portales y Dolores Vicuña Mackenna.

Se casó con Ana Larraín Lecaros, y no tuvieron hijos.

Estudió en el Colegio San Ignacio que sustentaban los padres de la Compañía de Jesús.

Desde joven se preocupó y dedicó a las tareas agrícolas, que le dieron una situación holgada e independiente.

Aunque las campañas políticas, dividen a los hombres, no hubo en Santiago quien no reconociera la tenacidad de este político conservador.
Se preocupó mucho de su partido y el bienestar de la clase proletaria.

Ingresó por primera vez al Congreso, electo diputado por "Santiago", período 1909-1912, pero quedó excluído de la Cámara, porque aprobaron los poderes de Zenón Torrealba, el 1o. de julio de 1909. Fue diputado reemplazante en la Comisión Permanente de Beneficencia y Culto.

Reelecto diputado por "Santiago", período 1912-1915; integró la Comisión Permanente de Guerra y Marina.
En la Cámara se preocupó de todos los asuntos de interés al país en general y el progreso de las clases trabajadoras en especial.

En 1906, en el apogeo de la lucha presidencial, entre los candidatos don Pedro Montt y don Fernando Lazcano, el gobierno del presidente Riesco, de acuerdo con los partidos en lucha, lo designó intendente de la provincia de Chiloé, en garantía de prescindencia electoral y de buen Gobierno.

Uno de los ministros de la época, solicitó con la mayor reserva, del señor Morandé, su intervención encubierta en favor de uno de los candidatos. El Sr. Morandé, indignado con las insinuaciones de que era objeto, increpó al ministro, que su partido "le había enseñado siempre a respetar las leyes y a combatir a los mandatarios interventores"; rompió en su presencia el nombramiento para la citada intendencia.

El mismo año, antes de abandonar el poder el presidente Riesco y su ministro de Industria y Obras Públicas, don Abraham Ovalle, conociendo las cualidades de caracter y energía del Sr. Morandé, le pidieron que aceptara el puesto de interventor del gobierno, ante los Ferrocarriles del Estado y las Compañías Carboníferas del país, las cuales no cumplían sus contratos con el Fisco, en la provisión de combustible, pues, debiendo entregar a un precio bajo según contrato, lo hacían mal y tarde y a cuatro veces superior a los precios estipulados, lo que motivaba las continuas paralizaciones de los trenes, por las múltiples dificultades que esos procedimientos originaban. El Sr. Morandé aceptó el cargo, intervino en todas las estaciones para que se acarreasen a Santiago los productos de la agricultura detenidos en la vía a solicitud de los mismos dueños, para mantener el alza de los precios de venta; obligó a las Compañías Carboníferas al cumplimiento de sus contratos, y usó toda su energía y aún hasta la fuerza pública, para hacerse respetar. Denunció los robos en ferrocarriles y los defectos de dirección, indicando al gobierno dónde se hallaban esas deficiencias, todo lo que fue aprobado por el ministro. Se produjo una huelga ese año, que paralizó por completo los trenes, a excepción de los que corrían en las 3ra. y 4a. zonas, donde el Sr. Morandé, valiéndose de facultades dictatoriales, por decirlo así, obligó al personal a no interrumpir los servicios.
Renunció al cargo, dejando las carboneras de los ferrocarriles repletas de combustibles y sindicados los delincuentes y usufructuadores. La renuncia se concretó al término del gobierno del presidente Riesco.

También fue un hombre de empresas privadas; hizo prodigios en su "Población Morandé", en las afueras de Santiago, donde construyó un ferrocarril eléctrico desde la capital. De esa propiedad hizo un vergel y tuvo el más hermoso parque de Santiago, con grandes plantaciones de árboles frutales y donde llevó todos los adelantos de la civilización, luz eléctrica, agua potable, entre otros.

Construyó, de su propio peculio, edificios para la policía; un hermoso templo de tres naves, construcción de fierro, con convento anexo, que obsequió al Arzobispado de Santiago; construyó también, dos edificios para escuelas, con todas las comodidades necesarias y una vez terminados obsequió uno al Gobierno y el otro al Arzobispado.

Construyó el "Hotel Villa Trouville", imitando el estilo de la construcción de Trouville, ciudad que conoció en un viaje a Francia, enamorándose de su estilo arquitectónico y de la tranquilidad para vacacionar. Está ubicado en un balneario tradicional del país, en el corazón del litoral central, en Las Cruces, y a escasos 110 kilómetros de Santiago. Posteriormente lo vendió.

Entre otras actividades fue electo regidor y alcalde de Barrancas, sector que posteriormente se llamó Pudahuel.

Falleció el 7 de enero de 1957.

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