Desde 1876, el edificio del Congreso Nacional se empinaba majestuoso e imponente en el centro de Santiago. Era, sin lugar a dudas, una de las construcciones más importantes realizadas hasta ese entonces. El edificio del Congreso cobijaba también a la Dirección General de Obras Publicas y al Museo Nacional de Pinturas (hasta 1887), que posteriormente pasó a ser el Museo de Bellas Artes. Desde 1883 en el segundo piso del edificio funcionaba además, la Biblioteca del Congreso Nacional.
El 18 de mayo de 1895 estalló un voraz incendio que destruyó gran parte del edificio de la calle Compañía. El siniestro había comenzado en las oficinas de la planta alta del Senado, en el sector de calle Morandé. Las pérdidas tangibles como patrimoniales fueron cuantiosas, ya que prácticamente todo el mobiliario del Senado y su alhajamiento quedó reducido a cenizas; al igual que la Biblioteca y los archivos del Congreso: el del Senado fue consumido en su totalidad.
En cuanto a los objetos de valor patrimonial resultaron dañados la mesa que usó O’Higgins en su abdicación, el archivo de la Dirección General de Obras Públicas, donde se guardaban los planos de las obras públicas realizadas desde la independencia, además de los proyectos a ejecutarse, más las estatuas de mármol de Sócrates y David”[1]. Alcanzaron a ser salvados de las llamas los archivos de la Cámara de Diputados, los muebles y estanterías y algunas de las lámparas de bronce, además del gran reloj del Senado.
Ante este trágico hecho, las Cámaras debieron buscar nuevos locales en donde seguir funcionando. El Senado y la Cámara de Diputados comenzaron a sesionar en el Salón de Honor de Universidad de Chile. Con el correr de las semanas, la Cámara de Diputados permaneció en la Universidad de Chile, mientras que el Senado se trasladó al edificio donde funcionaba la Sociedad de Fomento Fabril, la Sociedad Nacional de Minería y el Consejo de la Quinta Normal de Agricultura. Este edificio estaba ubicado en la calle Moneda, Número 23. Posteriormente, las oficinas de la Sofofa, se trasladaron a calle Ahumada número 102, de manera de posibilitar el funcionamiento del Senado en su anterior edificio. El 5 de julio de 1895 fue promulgada por el Presidente Jorge Montt, la ley que “destinaba la cantidad de veinte mil pesos a cubrir los gastos de instalación provisoria de la Cámara de Diputados"[2].
Por su parte, el 2 de septiembre del mismo año, la Cámara de Senadores también obtenía recursos para atender los gastos que implicaba su instalación, el Congreso Nacional y el Presidente aprobaron la cantidad de cinco mil pesos para los gastos de transformación del edificio mismo; y de dos mil pesos para costear los gastos de traslación de los organismos que funcionaban allí, más el costo de arriendo de un nuevo edificio.
El traslado a la sede del Congreso Nacional se produjo seis años después, en 1901.