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Homenaje
HOMENAJE A LA HUASA Y AL HUASO CHILENOS

Autores

El señor SILBER (Vicepresidente).-

Tiene la palabra el diputado señor Jorge Sabag .

El señor SABAG (de pie).-

Señor Presidente, por su intermedio quiero saludar solemnemente a los señores Cristián Moreno Benavente , Cristián Leiva y a todos los dirigentes de la Federación del Rodeo Chileno que nos acompañan en este homenaje que rinde la Cámara de Diputados al huaso y a la huasa chilenos.

El huaso es la figura clásica de la tradición chilena y es parte de nuestra identidad, así como lo es el gaucho para Argentina, el llanero para Venezuela o el charro para México .

Esta imagen representada por el hombre a caballo provino del jinete andaluz, que se trasladó a América en los procesos de conquista y colonia.

En su “Historia de Santiago”, don Benjamín Vicuña Mackenna señala lo siguiente: “Otro tanto puede decirse de huaso o huasa, palabra quichua i araucana a la vez, que significa espalda, anca, i de aquí fué que a los hombres que los indios veian sobre la espalda o anca de los caballos, comenzaron a llamarlos huasos, por lo que la jenuina expresión tan popular no es propiamente hombre de campo, sino hombre de a caballo.”.

El origen de la palabra huaso tiene muchas teorías, historias, significados y discusiones. Se dice que el término en quechua significa “tosco”; otros dicen que es una palabra tanto quechua como mapuche, y que quiere decir “espalda” o “anca”, y que de aquí vendría la costumbre de los indígenas de llamar huaso a los hombres que veían sobre un caballo.

El huaso, con el paso del tiempo, se ha llegado a transformar en todo un personaje. Algunos consideran que a quien se le designa con ese apelativo es el hombre proveniente del campo, el que es atento y de buenos modales o conocedor del mundo campesino. Además, se le atribuye una característica en la que muchos concuerdan: la picardía.

Algunas de las primeras referencias que existen del huaso aparecieron alrededor del siglo XVIII, cuando los cronistas los mencionaban en sus escritos. Se referían a él como “el hombre o habitante del campo, que es mestizo y que destacaba por su habilidad para montar a caballo, manejar el lazo y vestir poncho, que era un trozo de tela cuadrada con un orificio al centro por donde pasaba la cabeza.”.

Hay quienes dicen que en la vestimenta del huaso podemos apreciar la unión de las culturas española y mapuche. En ese sentido, el traje del huaso incorpora una serie de accesorios que eran desconocidos para los nativos americanos. Es más, los mismos españoles incorporaron a sus atuendos un gran número de elementos propios de los árabes, quienes vivieron por más de ocho siglos en la península ibérica. La indumentaria huasa debe ser muy cómoda, ya que el huaso pasa gran parte del tiempo montando a caballo. Cada una de las piezas tiene una utilidad específica. En el rodeo, tanto el huaso como el caballo van vestidos con implementos típicos, que dependen en gran parte del gusto del jinete.

Existen diferentes tenidas: vestimenta de diario, vestimenta de faena y vestimenta de lujo, la cual es utilizada principalmente en rodeos y fiestas. Puede ser blanca o negra. Consta de un pantalón a rayas, zapatos de tacón, faja o cinturón, y sobre el conjunto un lujoso poncho o manta. Asimismo, se incorpora el sombrero, como el que tengo en mi mano, originario de la comuna de Ninhue, gran productora de chupallas. El que se usa es derivado de una mezcla entre el sombrero español y el bonete de Maule y Colchagua; es de paño o paja, y tiene alas rectas, copa redonda y aplastada, muy similar al sombrero cordobés. Forman parte de la indumentaria la faja, los zapatos o las botas, y la manta, que es una de las piezas más hermosas y la que caracteriza a cada huaso; consta de un tejido rectangular de lana o hilo, según sea la región en que se fabrique, y su abertura horizontal está coronada por un corbatín o rosa a cada extremo de la misma. Las más famosas y mundialmente conocidas son las producidas en Doñihue. Finalmente, cabe mencionar la montura, que es la silla usada por el huaso para montar su caballo.

Cuando estaban por cumplirse los primeros cien años de nuestra Independencia, la prensa buscaba las raíces de la identidad chilena. Entonces, la sociedad se interesó mucho más en nuestras tradiciones, costumbres y personajes típicos. Fue así que se tomó consciencia de que los huasos existían. Como resultado del esfuerzo por buscar las raíces chilenas, en el marco del primer centenario, nuestro país vivió un genuino interés por las tradiciones, lo que se cristalizó en un auge de la cueca y de la tonada en los años 30. La cueca se masificó junto con la radio, que por aquel entonces daba sus primeros pasos. Varios grupos musicales destacaron en el género e incluso incorporaron la palabra “huaso” a su nombre: “Los Huasos Quincheros” y “Los Cuatro Huasos”.

En el baile de la cueca el huaso se hace acompañar por la china o huasa, quien suele vestir pollera floreada, blusa blanca, el infaltable pañuelo que mueve al ritmo de la canción y una elegante falda con chaquetilla.

Trascendiendo su origen campesino, la palabra “huaso”, en América Latina, suele ser sinónimo de chileno, lo que subraya la importancia de este personaje en la historia de nuestro país.

Quiero destacar en esta hora a un gran jinete nacional, el señor Óscar Cristi Gallo , dos veces medallista olímpico, quien junto a su caballo Bambi batió un importante récord deportivo.

También quiero destacar a la primera mujer chilena, monteaguilina, la señora Michelle Recart , quien fue la primera mujer en llegar a un champion en Rancagua.

(Aplausos)

También quiero destacar a don Rodolfo Bustos Rodríguez , un sancarlino, quien junto a don Segundo Zúñiga, el “negro Zúñiga ” ganaron el champion de Maipú en 1960. Ambos conformaron la collera montados en los caballos Por si acaso y Broche .

Señor Presidente, termino mis palabras con unos versos:

Al campesino sin igual yo con mi sombrero de Ninhue y mi gente en este día especial rindo un homenaje al huaso sin par.

De norte a sur, de cordillera a mar que no quede ninguno sin saludar.

Trabajo la tierra siembro esperanzas.

Bajo este sol de septiembre quiero brindar cantando por Chile, por su historia también por su parlamento.

Por su parlamento, ay, sí que con la historia se ha forjado marcando rumbo a la patria diputadas y diputados.

También quiero brindar y que se escuche en los confines por la china, el campesino y el huaso. Viva mi Patria.

¡Viva Chile, mi Nación!

He dicho.

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