Labor Parlamentaria

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  • Alto contraste

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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N°22
  • Celebrada el
  • Legislatura número 364
Índice
  • Documento
    • V. ORDEN DEL DÍA
      • ERECCIÓN DE MONUMENTO EN HOMENAJE A EXTRABAJADORES DE EMPRESAS TEXTILES DE TOMÉ (PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETÍN N° 10283‐24)
        • Participacion
  • Documento
    • V. ORDEN DEL DÍA
      • ERECCIÓN DE MONUMENTO EN HOMENAJE A EXTRABAJADORES DE EMPRESAS TEXTILES DE TOMÉ (PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETÍN N° 10283‐24)
        • Participacion

Intervención
ERECCIÓN DE MONUMENTO EN HOMENAJE A EXTRABAJADORES DE EMPRESAS TEXTILES DE TOMÉ (PRIMER TRÁMITE CONSTITUCIONAL. BOLETÍN N° 10283‐24)

Autores

El señor ORTIZ (Presidente accidental).-

Muy bien, señor diputado. En discusión el proyecto.

Tiene la palabra la diputada señora Clemira Pacheco .

La señora PACHECO (doña Clemira).-

Señor Presidente, por su intermedio saludo a los extrabajadores textiles presentes en las tribunas, quienes vienen acompañados por el alcalde subrogante, señor Luis Fernández , y por los concejales señores Óscar Canto , Jonathan Hidalgo y Eduardo Aguilera , exalcalde de la comuna. Muchas gracias por estar con nosotros.

Mediante el proyecto de ley en discusión se pretende dejar en la memoria colectiva del país, especialmente en la de la comuna de Tomé, el esfuerzo que miles de familias hicieron durante décadas para impulsar el desarrollo de la industria textil, así como resaltar el legado histórico y el aporte de los trabajadores textiles en el que fue un importante y trascendente sector productivo. Hablamos del tejido social y de los antecedentes históricos que tiene la industria textil en el país, sobre todo en la comuna de Tomé.

La primera industria textil de Tomé data de 1865. Se trata de la Fábrica de Paños Bellavista, del empresario Guillermo Gibson Délano Ferguson . De esta forma, Tomé deja atrás su sello como puerto triguero y se convierte en el primer puerto textil de Chile, para dar inicio a una actividad industrial que marcaría su desarrollo y su identidad.

Bellavista pasa a ser una de las primeras textiles del país y con un gran peso en la economía local y regional. A fines del siglo XIX, la fábrica contaba con 340 empleados. Debo destacar que 120 eran mujeres y 27, niños, reflejo de la época en que comienza la cuestión social.

El éxito de Bellavista motivó en 1913 el surgimiento de otras empresas, como la Sociedad Comercial Kraft y Compañía, que posteriormente se convertiría en la Sociedad Nacional Paños de Tomé, conocida también como Oveja Tomé, que en sus comienzos tuvo más de trescientos operarios e hizo un importante aporte a la construcción de viviendas para su personal.

Años después surge la Fábrica de Paños y Tejidos El Morro, que partió con 42 obreros, y que se especializaba en tejidos de punto.

Otra empresa textil que se instaló en Tomé fue la Fábrica Italoamericana de Paños, la recordada FIAP, que surgió en 1932, que alcanzó un gran desarrollo y que fue una importante fuente de mano de obra para la comuna, todo lo cual terminó con su cierre en 1979, durante la dictadura.

En 1970, Bellavista tenía más de 1.000 obreros y poco más de 250 empleados. Cuando quebró, en 2007, contaba con 750 trabajadores en su planta.

Conocí a sus dirigentes, con quienes luchamos para buscar distintas alternativas para favorecer a esos trabajadores, lo que ocurrió durante el primer gobierno de la Presidenta Bachelet .

Con esta brevísima pincelada de la actividad textil en la comuna de Tomé, queda claro el impacto y la importancia que ella ha tenido para su desarrollo, en especial con el aporte que sus trabajadores, hombres y mujeres, han hecho al engrandecimiento y prestigio nacional e internacional que han tenido los paños, telas, tejidos e hilados de las distintas fábricas del rubro.

Pero también existe toda una historia de organización sindical de sus trabajadores, que es digna de destacar y valorar. Hablamos de la historia del movimiento obrero, propio del surgimiento de la fábrica, desde Luis Emilio Recabarren hasta el compañero Salvador Allende, quienes promovieron y lucharon por los derechos de los obreros.

Es importante resaltar también que durante el gobierno de la Unidad Popular, que presidió Salvador Allende, Bellavista Tomé fue la primera industria en ser estatizada e incorporada al área social de la economía, lo que ocurrió el 30 de noviembre de 1970, es decir, a tres semanas de haber asumido la presidencia dicho mandatario.

Al momento de ser expropiada, las condiciones de la fábrica eran deplorables, hasta el punto de encontrarse abandonada por su dueña, la familia Yarur . De ahí que su intervención, fundada en el incumplimiento de las obligaciones de la empresa, su desabastecimiento, así como la situación de sus trabajadores, que se encontraban a la deriva, sin que nadie que les pagara el sueldo, fue considerada como razonable y esperable.

Otras industrias y fábricas son intervenidas en 1971, entre ellas, la planta textil FIAP, también de Tomé, industria donde nació la gran experiencia de los cordones industriales costeros de la Región del Biobío, creada junto con los obreros de la loza y los de las minas de carbón. Ese cordón industrial dio vida también a organismos de autoorganización obrera, que ante el paro patronal de octubre de 1972, dieron solución al problema de desabastecimiento y de distribución. Fue una experiencia única de solidaridad obrera, en la que los trabajadores también se permitieron crear nuevas herramientas y modos de funcionar.

Esta vivencia es desconocida por muchos, por lo que se hace necesario destacarla y plasmarla en la historia a través de relatos o testimonios, para fortalecer los sindicatos, las juntas vecinales, las universidades, los colegios y otras instancias.

Las industrias textiles tomecinas fueron más que humo y telares; fueron una forma de vida que aún sobrevive, no solo en lo que queda de la antigua Bellavista , sino también en fábricas más recientes, como Crossville.

Aún quedan paños, frazadas, mantas y chalones que abrigan y dan calor a los recuerdos, que se mantienen en la historia, en el tejido social, en la memoria colectiva y que es importante no olvidar, ya que son nuestras raíces y forman parte de nuestra identidad que bien ameritan un homenaje en la persona de quienes dieron vida a esas fábricas, es decir, a sus obreros, hombres y mujeres, como los que se encuentran en las tribunas, que cimentaron las bases de una historia y que debemos mantener en nuestra memoria colectiva.

Como dije hace un par de meses, cuando se hablaba de erigir un monumento para la zona del carbón, la cultura textil y sus luchas están en el ADN del pueblo de Tomé y al norte del río Biobío.

He dicho.

-Aplausos.

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