Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 3
- Celebrada el 06 de octubre de 1993
- Legislatura Extraordinaria número 327
Índice
El señor DIAZ.-
En primer lugar, agradezco la deferencia de mis Honorables colegas por permitir que este homenaje se rinda a primera hora, en consideración a que se hallan en las tribunas autoridades de la Región, especialmente comunales, y el Congreso Estudiantil de Rancagua.
Señor Presidente, algunas ciudades han alcanzado fama por haber sido capitales de poderosos imperios, por sus grandes riquezas o por ser cunas de religiones universales, de civilizaciones modélicas o de culturas milenarias. Otras, por sobre geografías y siglos, han ganado fama universal por sus hechos heroicos.
Nos conmueven el martirio del pueblo judío en Masada y Jerusalén, la inmolación de los griegos en las Termópilas, la resistencia de los españoles en Toledo y Zamora, y la de los rusos en Estalingrado. Y nos conmueven, por sobre todo y por ser tan nuestras, Iquique y Rancagua.
A esta ciudad con nombre y apellido, "Rancagua heroica", rindo homenaje en justa fecha y excelsa tribuna: a 250 años de su fundación y en el Senado de la República. Tan alto honor me lo otorga el haber sido su Alcalde por dos períodos y el ser Senador por la Región de la cual ella es capital.
Al título de heroica añade el de histórica. Así lo afirma, entre otros, don Francisco Antonio Encina , al decir: "El último y sangriento capítulo de la historia de la Patria Vieja demostraba la existencia de un germen capaz de mover grandes fuerzas morales que más tarde habrían de pesar en los destinos de la revolución". Y añade: "La dramática retirada de Rancagua había acabado con el último vínculo que unía en lo político a Chile y España". Esa España imperial que nos envió a Diego de Almagro, primero, y más tarde a Pedro de Valdivia, conquistador que a poco fue conquistado por esta tierra, a la cual elogió en inspiradas cartas a Carlos V.
Tenía razón para ello.
No es coincidencia que el más antiguo vestigio de vida humana en territorio chileno, "el hombre de Cuchipuy", se haya descubierto en el valle del Cachapoal, donde era templado el clima, abundante la caza y la pesca, y protector de inclemencias el bosque.
A este valle de promisión llegaron los pehuenches, los incas y los promaucaes o "bailarines libres". Quizás el apelativo de estos últimos responda a hombres que vivían en una libertad sin fronteras, en la fiesta prolongada de una naturaleza pródiga.
Así vio esa tierra el gobernador don José Antonio Manso de Velasco cuando asentó sus reales a orillas del Cachapoal, en el caserío indígena llamado Rancagua (tierra de carrizos), propiedad del cacique cristianizado don Tomás Guaglén de las Estrellas.
El valle era y es hermoso.
Lo dice don Eusebio Lillo en los inmortales versos de nuestro himno nacional:
"Puro, Chile, es tu cielo azulado"... de un azul tan diáfano y luminoso que, al mirarlo fijamente, se arruga el entrecejo.
"Y tu campo de flores bordado"... es copia edénica, con flores prometedoras de frutos permitidos.
"Majestuosa es tu blanca montaña"... de majestuosidad blanca y externa, con riqueza roja y escondida.
El gobernador, en sus incesantes viajes, va sembrando pueblos por órdenes de su Rey (cédula real de 1695, ratificada por Carlos II en 1735), lo que hace con íntimo gozo y asombrosa eficacia.
Estas fundaciones deben cumplir algunos objetivos, entre los cuales está el de exigir que los pueblos "estuvieran a distancias proporcionadas unos de otros a fin de sostenerse en mutuo socorro".
La nueva villa responde a esta condición, pues está a 24 leguas de la capital del Reino, Santiago , y a 16 de San Fernando de Tinguiririca, que, a su vez, se sitúa a similar distancia de San José de la Buena Vista de Curicó, en el camino real hacia Concepción. Responde también a las necesidades de los asentamientos humanos.
Elegido el lugar, coincidente con el deseo del gobernador, se funda el pueblo el 5 de octubre de 1743. En solemne ceremonia y en nombre del Rey, el gobernador planta el estandarte de la Compañía de Jesús en el centro de la futura plaza. Esta tendrá forma de cruz, y la villa se llamará "Santa Cruz de Triana". El anuncio es recibido con "muchos aplausos de los circunstantes". No hay precedentes ni repeticiones de esta singular plaza en cruz.
Al conmemorarse los 250 años de la fundación, rendimos homenaje a la ciudad y a su fundador. El amó la naciente villa como a hija predilecta. La permanente preocupación de consolidarla y engrandecerla se manifiesta en informes oficiales, cartas y frecuentes visitas.
El Gobernador de Chile , Virrey del Perú y Conde de Superunda don José Antonio Manso de Velasco:
"Es uno de los grandes hombres
de la historia de Rancagua
que merecen el bronce
de la paz y las batallas
Oriundo es el gentil Conde
de la Madre Patria España"...
Chile y las ciudades por él fundadas lo recuerdan en monumentos, plazas, avenidas, y en páginas de la historia patria, en tardía reparación a las injusticias sufridas de parte de una monarquía a la cual sirvió con fidelidad ejemplar.
La villa crece en su ausencia y más allá de su triste muerte.
Los vientos pacíficos que mueven las aspas de los molinos coloniales, las giraldas y las veletas volubles, inflan también los velámenes de los navíos que traen, desde lejanas partes, noticias atrasadas, fragmentarias y ajenas. Revolución en Francia, caen las monarquías, libertad, terror, fraternidad, Robespierre, igualdad, guillotina, República, Cónsul Bonaparte , Imperio, Napoleón I.
Las noticias que atraviesan los océanos ya no son tan ajenas.
El Corso revolucionario trepa por el árbol de la libertad, para alcanzar la corona imperial, y más tarde trepa los Pirineos, para alcanzar la de España y coronar allí a su hermano José .
Las noticias son siempre lejanas, pero ya no son ajenas. Los súbditos de Carlos IV y luego de Fernando VII, prisionero de Napoleón, ven en el trono de España a un extraño al cual no han jurado fidelidad.
Los vientos otrora pacíficos son ahora amenazantes, de libertad, aventadores de realezas y gobernaciones, y las nuevas son ya demasiado cercanas y propias. Tanto, que el vecino dueño de la hacienda de Rancagua (antes perteneciente a la Compañía de Jesús, a los expulsados jesuitas), don Mateo de Toro y Zambrano, es elegido Presidente de la Junta de Gobierno , el 18 de septiembre de 1810. Tanto, que conspicuos rancagüinos participan de ese cabildo abierto y las milicias de la villa son convocadas a resguardar el acto.
Una semana mas tarde, el cabildo local adhiere a la Junta de Gobierno.
Los acontecimientos se suceden con velocidad vertiginosa para la época: Junta elegida y depuesta, irrupción de José Miguel Carrera como un rayo guerrero, triunfos, derrotas, avances, retrocesos, disputas de caudillos. Los realistas se acercan a la Capital.
El General Mariano Osorio , al frente de tropas aguerridas y numerosas, vadea el río Cachapoal y sitia Rancagua , que defiende el General Bernardo O'Higgins.
Los chilenos conocen la epopeya del 1° y 2 de octubre de 1814 y el heroísmo de militares y civiles en defensa de la ciudad que era en ese momento patria y libertad recién ganada.
En el sitio de Rancagua se escribe, a punta de bayoneta y de espada, la historia de Chile: fin de la efímera Patria Vieja y comienzo de la Reconquista.
Septiembre es el mes de la Patria. Octubre es el mes de Rancagua.
Un 5 de octubre de 1743 nace la villa como promesa de paz y de felicidad personal y colectiva bajo buenos auspicios. Una cruz y un estandarte marcan el centro de la futura plaza.
5 de octubre de 1814: Rancagua , mártir ceniciento, entierra sus dos mil muertos, en silenciosas procesiones de cruces, lamentos, responsos, expiatorios y réquiem.
Ese día tuvo su fin Santa Cruz de Triana y nació Rancagua . Una bandera negra, hecha jirones, flamea en la torre de la Merced.
Ese mismo día, Santiago , radiante y alborozado, recibe al General Mariano Osorio y a sus tropas realistas triunfadoras, con vítores, banderas, himnos marciales, Te Deum de acción de gracias, condecoraciones y saraos. Un arco de triunfo engalana la Alameda de las Delicias.
En idéntica fecha, la cordillera de los Andes, inmutable a los azares de la guerra, era el camino del éxodo de una multitud de patriotas que al hambre, al cansancio y al frío sumaban la angustia de un futuro incierto, la pérdida de la libertad, el alejamiento de la patria y de afectos.
No se concibe la batalla sin recordar al Libertador , al defensor de Rancagua y Padre de la Patria:
"Bernardo O'Higgins que al choque
de su empuje y de su espada
el cerco mortífero rompe
en épica atropellada,
en potro de estirpe noble
atraviesa la montaña
¡Vivo el recuerdo de El Roble!
¡Más lacerante es Rancagua!
Vidas paralelas, en los últimos años, las de dos hombres tan decisivos en el desarrollo e independencia de Chile.
El fundador muere en el destierro, despojado de sus cargos militares.
El Libertador muere en el destierro (Perú), habiéndosele restituido el rango de Capitán General sólo siete días antes de su inminente deceso.
El ostracismo duró 19 años.
Rememorar, en esta solemne ocasión y Alta Cámara, hechos, nombres que han destacado en ciencias, artes, letras, en la política, en la empresa, en el periodismo o el deporte, la docencia o el apostolado de la ciudad, es escribir un libro de muchas páginas.
Lo han hecho otros, con erudición y vocación profundas. Ello también se hará en el futuro.
Cada 1° y 2 de octubre la ciudad se engalana, en una fiesta multitudinaria que culmina con el desfile cívico-militar en homenaje a los héroes de Rancagua, presidido por el Primer Mandatario y con la concurrencia de las Escuelas Matrices de Carabineros y de las Fuerzas Armadas.
La multitud se dirige al escenario recorriendo calles que evocan a aquellos que cayeron en la lucha y a quienes sobrevivieron para volver a luchar en Chacabuco y en Maipú. Llega por el oriente desde Freire, Alcázar, Vial o Abanderado Ibieta; se desplaza desde el norte por Cuevas, O'Carrol, Millán, Astorga, Bueras y Campos; se acerca por el sur a lo largo de Carrera, Maruri y Molina. Y, en gestos de reconciliación sin parangón, viene desde Mariano Osorio y, también, desde Los Talaveras.
Han transcurrido 250 años de la fundación y hoy Rancagua es la orgullosa capital regional, construida sobre roca y no sobre arena, que desafía el advenimiento del tercer milenio de la era cristiana asentada en la firmeza de su tierra pródiga, así como en el amor y la laboriosidad de sus hijos.
Algunos de ellos están aquí esta tarde.
Se encuentran presentes las autoridades que presidieron los recientes actos del 2 de octubre, aquellos que desfilaron y los jóvenes que participaron en el reciente Parlamento Estudiantil.
Rancagua , capital de Región, crecerá al unísono con sus 32 comunas hermanas; crecimiento fraterno y solidario, vinculado en la prosperidad y la adversidad.
La Creación nos hizo montaña mineralizada, mar alimenticio, ríos que despiertan, a golpes de agua, los trigos dormidos. La inteligencia y la técnica represaron los caudales y crearon lagos que generan fuerza y luz, y otros que transforman en vergeles la tierra árida.
En horas de exaltación cívica, quienes soñamos la ciudad a escala humana tenemos visiones de futuro que se confunden con antiguas palabras, que un día fueron proféticas: "La Villa será una de las buenas poblaciones por sus apetecidas cualidades".
Sí, señor Gobernador y Fundador, don José Antonio Manso de Velasco: "Rancagua, como el ave fénix, renació de sus cenizas porque su heroísmo la inmortalizó".
Sí. Renació y ha alcanzado un alto vuelo. Y ostenta el título de "Muy Noble y Leal" que usted le confirió, señor General Libertador don Bernardo O'Higgins Riquelme.
He dicho.