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Antecedentes
  • Cámara de Diputados
  • Sesión Ordinaria N° 32
  • Celebrada el
  • Legislatura Ordinaria número 324
Índice
  • Documento
    • V. HOMENAJES
      • HOMENAJE A LA REPUBLICA DE HUNGRIA EN SU ANIVERSARIO PATRIO.
        • Participacion
  • Documento
    • V. HOMENAJES
      • HOMENAJE A LA REPUBLICA DE HUNGRIA EN SU ANIVERSARIO PATRIO.
        • Participacion

Homenaje
HOMENAJE A LA REPUBLICA DE HUNGRIA EN SU ANIVERSARIO PATRIO.

Autores

El señor HORVATH (de pie).-

Señor Presidente, Honorables señores Diputados:

El 20 de agosto se celebra el día del Rey Esteban el Santo, fundador del Estado húngaro.

La Cámara de Diputados de Chile, a través de su grupo binacional chileno-húngaro, ha querido adherirse a esta celebración y rendir especial homenaje al pueblo húngaro en esta ocasión.

Aparentemente, Hungría aparece como un país lejano; digo aparentemente, puesto que ante un ojo avizor y una mente atenta, las similitudes y los lazos son muchos y variados.

De Hungría, situada en el corazón de Europa, se puede decir que es un país pequeño, con apenas 93.000 kilómetros cuadrados similar a nuestra Región de Aisén. Tiene, sin embargo, una población de 11 millones de habitantes, y nos iguala con los que están en el extranjero.

Pero no es en las cifras donde están las semejanzas, sino en la cultura y en el alma de las naciones.

Sorprende al chileno, después de recorrer el mundo, particularmente el viejo continente, encontrarse en Hungría como en su casa. Un pueblo afable, alegre, ingenioso, que sabe disfrutar de la comida, de la bebida, de la cultura y de las relaciones humanas, sobre todo porque ha luchado dignamente por su libertad.

Al igual que el chileno, que se acrisoló en su enfrentamiento con el pueblo mapuche, el húngaro surge, entre otros, con el temible pueblo de los hunos, que en su época asoló a Europa.

El llano, territorio correspondiente al amplio valle del río Danubio, que recorre el país de norte a sur, fue ocupado sucesivamente por los pueblos, getas, celtas, romanos, vándalos, hunos, búlgaros y ávaros. En el siglo IX, los magiares o húngaros, presionados a atravesar los montes Cárpatos, se instalan en la llanura de Panonia, que equivale a lo que hoy es Hungría. Este pueblo singular tiene sólo parentesco con los estonios y finlandeses.

El cristianismo se extendió con motivo de la conversión del rey Esteban I, quien consolidó el reino húngaro y convirtió a este país en el baluarte de Occidente, manteniendo la fe católica y deteniendo las invasiones provenientes del Este, como es el caso de los tártaros y turcos otomanos.

La formación del imperio austrohúngaro en 1867, en una fórmula de compromiso que respetó las identidades de las dos naciones, dio al mundo un nuevo centro de gravedad y desarrollo que sólo se disolvió después de la Primera Gran Guerra.

En marzo de 1919, el gobierno socialdemócrata fue sustituido por una república soviética, dirigida por el comunista Bela Kun, en que se atacó fuertemente a la iglesia y se fusilaron a numerosos adversarios políticos. Esto produjo la contrarrevolución en que el almirante Miguel Horthy espulsó a los comunistas del país.

Sin embargo, por medio del Tratado de Trianon se redujo fuertemente el territorio, de 325.411 a 93 mil kilómetros cuadrados, y la población, de 21 millones a 7 millones 600 mil habitantes.

Más tarde, Hungría se alió con Alemania y pudo recuperar algunos territorios. Por las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y la ceguera de los países de Occidente, se produjo la ocupación soviética.

Pese a que en elecciones libres gana el partido de los pequeños propietarios rurales, los comunistas, en pocos años, ilegalmente se hicieron del poder.

No obstante, el espíritu libertario llevó a sublevarse en armas a Hungría, en contra de la Unión Soviética, el 23 de octubre de 1956. El pueblo luchó varias semanas en contra de los soviéticos, pese a la aplastante diferencia, logrando instaurar un gobierno a cargo de Imre Nagy. Occidente prefirió negociar otros intereses y dejó sucumbir a Hungría por otros 34 oscuros años.

De todas maneras, el nuevo gobierno tuvo que acceder a una mayor liberalización y permitir una simiente de propiedad y actividad privada, lo que hoy da el liderazgo a este país en Europa Central. Líder y conciencia del pueblo húngaro, que no estuvo con la ocupación nacionalsocialista ni con la ocupación soviética, fue el conocido Cardenal Joseph Mindszenty.

Antes que el Muro de Berlín, en Alemania, el 2 de marzo de 1989 cayó la infamante Cortina de Hierro en Hungría, y antes que en ningún país ocupado, se tuvo que retirar el Ejército Rojo.

Hoy preside la República de Hungría el líder señor Apad Gonez, a quien tuvimos la oportunidad de recibir solemnemente el 5 de diciembre del año pasado. Por desgracia, carecimos de traducción simultánea de su discurso y los parlamentarios y la opinión pública no apreciamos en plenitud su mensaje.

Son muchas las posibilidades que existen entre nuestros pueblos. En lo económico, Hungría es la puerta de entrada, por su desarrollo relativo, en Europa Central y los países de la ex Unión Soviética. Del mismo modo lo es Chile por su desarrollo relativo en Sudamérica. El intercambio actual de 10 millones de dólares deberá crecer notablemente en los próximos años, en transferencia tecnológica, industria y comercio.

Hungría, por otra parte, ha efectuado notables contribuciones a la cultura mundial. Quien no recuerda a Szent-Gyorgi por su descubrimiento de la Vitamina C, que le valió el Premio Nobel; o a Bolyai por la geometría no euclidiana, o a Liszt, Bártok y Kodaly como compositores.

Son muchos los lazos por estrechar. Miles de chilenos viven en Hungría, y otros tantos húngaros en Chile, y se adaptan y enraízan profundamente.

Será nuestra tarea, como grupo binacional, que este puente acerque a nuestros países en un mundo que se globaliza cada día más.

El alma del pueblo chileno, en su Cámara de representantes, saluda y entrega su homenaje con emoción al pueblo húngaro, representado desde la tribuna por el señor Embajador, don Gyula Németh; el Consejero Político señor Sándor Galambos, el Consejero Comercial señor András Szilágyi, el Cónsul Honorario de Hungría en Valparaíso, don Eduardo Kovacs, y el Presidente de la Cámara de ComercioChileno-Húngaro, don Miklós Lederer.

He dicho.

Aplausos.

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