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Homenaje
HOMENAJE EN MEMORIA DE DON JULIO PHILIPPI IZQUIERDO

Autores

El señor ROMERO (Presidente).-

Honorables Senadores, señoras y señores:

Como Presidente del Senado , deseo rendir hoy un emotivo y respetuoso homenaje al muy destacado hombre público y extraordinario ser humano que fuera en vida don Julio Philippi Izquierdo, a quien el país debe un hondo y permanente testimonio de afecto y gratitud.

Hombre de múltiples conocimientos e inquietudes, cual moderno renacentista, el sólido humanista, intelectual y jurista don Julio Philippi cubrió importantes decenios de nuestra vida pública ejerciendo connotados y diversos cargos, en los que descolló por su acendrado espíritu de servicio, su sabiduría y su gran dimensión espiritual.

Ser humano a carta cabal, partícipe de la belleza del pensamiento, heredó el espíritu científico y su amor por la naturaleza de sus antecesores don Rodulfo Armando Philippi, don Vicente Izquierdo y don Salvador Izquierdo. Profundamente religioso y creyente, agradecía en todo momento a Dios por los innumerables dones de la Creación que sus ojos siempre abiertos y su receptiva alma contemplaban y comprendían.

Se educa en el Liceo Alemán de Santiago y en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile, titulándose de abogado. Desde temprana edad se interesa en consolidar una formación integral en donde toda manifestación del intelecto humano le atraía. Abrazó con singular dedicación la docencia y la ayuda al prójimo en compañía de quien fuera su amigo y cuñado, don Jaime Eyzaguirre , otro de los maestros verdaderos a quienes tuve el enorme honor de conocer y apreciar en mis estudios universitarios.

Don Julio Philippi inicia su figuración pública como una suerte de " ministro universal" del ex Presidente don Jorge Alessandri Rodríguez . Bajo su Administración, asumió los Ministerios de Tierras y Colonización y de Justicia, dictándose bajo la primera de estas Carteras la "Ley de Indios" y la legislación sobre otorgamiento de títulos para sanear la situación de la tenencia de tierras de miles de campesinos.

Por su escritorio de Justicia se aprueban proyectos de la mayor trascendencia jurídica, a la luz de las grandes decisiones y más allá de toda contingencia de la pequeña política.

Recuerdo como si fuera hoy cuando, a comienzos de la década de los 60, recupera para el Estado la Quinta Normal de Agricultura, donde se realizaron por decenas de años las célebres Exposiciones de Animales. Nos decía, con esa sencillez tan propia de su carácter: "Ya es hora de que encuentren un lugar más amplio para el desarrollo ferial. Les ayudaré a conseguir los créditos necesarios para ello". Así nace la Feria Internacional de Santiago y se cumple una histórica etapa de la Sociedad Nacional de Agricultura en la enseñanza y divulgación agrícolas que se habían iniciado en aquellos terrenos a partir de 1840, durante el Gobierno de don Manuel Bulnes.

En 1960 estuvo al mando del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción -al que volvería por sus méritos años después-, debiendo enfrentar las consecuencias del devastador terremoto que asoló a diez provincias del país, ocasión en la que, conmovido, expresa su sentimiento social prestando eficaz y oportuna ayuda a sus compatriotas en desgracia.

Ministro de Relaciones Exteriores bajo la Administración de Alessandri, se destaca en la puesta en práctica del Tratado General de Arbitrajes para resolver los problemas limítrofes en la región de Palena, resucitando un tratado durmiente desde 1902.

En el campo de las relaciones exteriores, don Julio Philippi asesora a distintos Gobiernos respecto del diferendo en el canal Beagle, hasta llegar al Laudo de Su Majestad Británica en 1977. Siete años más tarde, en 1984, se firma el Tratado de Paz y Amistad con Argentina, constituyéndose don Julio Philippi en el eje central de la línea jurídica de defensa de la posición chilena. En este brillante y largo proceso, que él describía como un juego de ajedrez desarrollado en diversos tableros simultáneamente, fue el más consumado jugador, brindando a la nación en estas tareas el éxito por todos conocido y admirado.

Debe recordarse, asimismo, su destacada participación en las negociaciones con Perú y con Bolivia referidas al tema de la mediterraneidad y a la solicitud de este último país para una salida soberana al mar, como también el criterio enarbolado ante diversas instancias internacionales o hemisféricas.

Es por ello que el historiador don Gonzalo Vial Correa ha dicho de él: "Ha sido el más eminente y universal de nuestros expertos en límites. Todos los Gobiernos, de todos los colores, han aprovechado sus servicios gratuitos en esta área. Pero, ¿quién lo sabe?".

Su versación jurídica y académica le condujo a ser, durante muchos años, abogado de la Corte Suprema; integrante del Tribunal Constitucional; profesor de Derecho Civil y Filosofía del Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile; miembro del Consejo Superior de la misma universidad, y en el ejercicio privado de su profesión, brillante abogado, y luego, destacado árbitro arbitrador, logrando, con su proverbial sentido de la justicia, múltiples arreglos en los juicios arbitrales que se sometían a su alto dictamen.

En 1978, la Universidad Católica de Chile le concede el título de Doctor Scientiae et Honoris Causa por su conocimiento y pasión por el Derecho, la Filosofía, la Teología y otras expresiones del saber.

Sus variados intereses le llevaron a ser miembro activo de la Sociedad Científica de Chile y de la Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales; presidente de la Liga Social , y participante de los Círculos de Estudios sobre la Doctrina Social y Círculos de Evangelización.

Su enorme inquietud le lleva de un campo a otro de la cultura. Pocos saben -nos lo recordaba hace algunos días el Reverendo Padre don Bernardo Stanischka - que don Julio Philippi fue la eminencia gris en la designación de Chile como sede de la Astronomía Europea en el hemisferio sur, al posibilitar y allanar el camino de la instalación de los grandes observatorios europeos en el norte del país.

Su gran dimensión espiritual y su rigor dialéctico le aproximaron a temas trascendentes, como el del mundo encarado bajo los conceptos del caos o del orden, el de las fuerzas del bien y del mal, redescubriendo al ángel de la guarda y al demonio, y plasmando sus ideas sobre la vida y la muerte en su obra publicada en 1995, denominada "Ángeles y Demonios". Así recordaba que "si uno se deja llevar al terreno en que el demonio es más fuerte, que es el de las pasiones desbordadas en el mundo, la acción diabólica resulta devastadora". Y agregaba: "El demonio se hace inofensivo y se aleja, en cambio, si uno se acerca a la vida sobrenatural y procura vivir en la gracia de Dios".

Católico ejemplar, volcó con singular devoción sus principios y valores a toda su expresión humana, cualesquiera que fuesen el cargo o labor que desempeñara.

Amante orgulloso y devoto de la familia, de sus hijos, de sus nietos y bisnietos, compartió con su esposa señora Luz Irarrázabal todas sus inquietudes, gustos, vivencias y emociones, enmarcados en los valores de la sobriedad, de la humildad y del amor. En nombre de su familia, su nieto Ian Philippi despedía en la misa fúnebre a su abuelo como un amigo de verdad. ¡Qué mejor despedida para quien tuvo la bendición de poder celebrar junto a su distinguida esposa el festejo de sus bodas de oro; y es a su señora y a toda su familia a quienes saludamos con gran afecto y admiración por este ser humano indudablemente superior!

Me permito, al concluir, recordar las palabras de Albert Schweitzer , que pueden aplicarse del todo a don Julio: "Un hombre es ético solamente cuando la vida, como tal, le es sagrada, tanto la de las plantas y animales como la de sus hermanos, y cuando se entrega piadosamente a toda existencia que necesite de ayuda. La ética de la reverencia por la vida comprende, por tanto, dentro de sí misma, todo lo que pueda ser descrito como amor, devoción y comprensión, ya sea en el sufrimiento, en el goce y en el esfuerzo.".

He dicho.

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