Labor Parlamentaria

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  • Alto contraste

Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha

Antecedentes
  • Senado
  • Sesión Ordinaria N° 39
  • Celebrada el
  • Legislatura Extraordinaria periodo 1964 -1965
Índice
  • Documento
    • ORDEN DEL DIA.
      • HOMENAJE A LA MEMORIA DE DON RUBEN AZOCAR .
        • Participacion
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    • ORDEN DEL DIA.
      • HOMENAJE A LA MEMORIA DE DON RUBEN AZOCAR .
        • Participacion

Homenaje
HOMENAJE A LA MEMORIA DE DON RUBEN AZOCAR .

Autores

El señor CONTRERAS LABARCA.-

Honorable Senado:

Luchador social, maestro y escritor, Rubén Azócar vivió una existencia fecunda que ha dejado honda huella en extensos sectores de la sociedad chilena y en sus organizaciones políticas y culturales de avanzada.

Lo conocimos en la segunda década del siglo, al dar sus primeros pasos en el amplio escenario en que se debatían las nuevas ideas de redención humana y transformaciones sociales, impulsadas por la victoria de la gran revolución socialista en la Rusia de los Zares.

Era la época en que la juventud estudiosa irrumpió al combate con valor y bizarría, derribando barreras que parecían infranqueables, poniéndose junto al proletariado y a los sectores populares, que ya pugnaban por la afirmación de su personalidad independiente bajo la certera dirección de Luis Emilio Recabarren.

Rubén Azócar siguió esta senda del movimiento revolucionario del pueblo para no separarse jamás de él.

Durante los días angustiosos en que los pueblos tuvieron necesidad de concentrar sus energías para evitar que la humanidad naufragara en el abismo del terror y la barbarie, y cuando la República Española sufrió el embate de la traición y la intervención extranjera, ocupó sin vacilar un puesto en las filas de las fuerzas antifascistas.

Preocupado de defender la cultura de las amenazas de la regresión y el oscurantismo y de agrupar a la intelectualidad para cumplir ese elevado objetivo que le concierne vitalmente, contribuyó a la organización y florecimiento de la Alianza de Intelectuales, y luego, a la fundación de la Sociedad de Escritores, cuya presidencia desempeñó brillantemente en los años de 1963 y 1964. Fue entonces cuando se convirtió en realidad la sentida aspiración de crear la "Casa del Escritor".

Su definida posición ideológica no podía dejar de depararle el odio y la persecución. Durante el Tiempo de la Infamia, hubo de pagar el tributo que los hombres libres se ven obligados a rendir a los tiranos, lo cual, sin embargo, no hizo mella en su firme y templado espíritu de combatiente.

Más tarde, al incorporarse a las filas del Partido Comunista, le correspondió participar en las arduas batallas de nuestro pueblo por la unidad de las fuerzas patrióticas para la liberación nacional de nuestro país y el bienestar de las masas trabajadoras.

Tuvo el honor y el privilegio de conocer la realidad de la revolución cubana y a su líder, Fidel Castro, y en su gira por Cuba vio con sus propios ojos la epopeya de un pueblo febrilmente dedicado a la construcción de la sociedad socialista.

¡Con cuánto placer, a su regreso a Chile, escuchábamos sus jubilosas palabras al narrarnos las enseñanzas y experiencias recogidas con cariño y emoción durante su permanencia en la Isla, cuya gesta ilumina el camino de los pueblos latinoamericanos!

En el curso de los últimos eventos cívicos que han conmovido al país, no podía dejar de aportar su contingente de entusiasmo y dinamismo, junto a los más altos exponentes de la cultura y la enseñanza que se congregaron alrededor del programa de la revolución emancipadora que levantó el movimiento popular.

Aun cuando las aplicaciones de cobalto debían haberle revelado el próximo e inevitable término de su existencia, prosiguió el ritmo de sus actividades habituales con la serenidad y prestancia que le conocíamos. Lo vimos cumplir día a día sus deberes de militante disciplinado con la modestia que lo enaltecía ante sus compañeros y amigos.

Con profunda emoción, debemos destacar uno de los perfiles más singulares de la recia personalidad de nuestro querido amigo: su extraordinaria y cálida bondad de hombre acogedor y comprensivo, que lo llevó a mantener siempre abiertas las puertas de su hogar para compartir las elevadas satisfacciones de la solidaridad fraternal y la amistad generosa.

Precisamente, estas condiciones excepcionales de camarada y amigo lo condujeron espontáneamente a tomar parte en la campaña senatorial de 1961, en la novena agrupación provincial, durante la cual hizo derroche de fervor, ingenio y espíritu de sacrificio, pues comprendía bien claramente que servía ante todo los intereses de nuestro partido y del movimiento popular.

Durante casi cuarenta años ejerció la cátedra de Literatura y Gramática.

Nada puede permitirnos apreciar mejor este aspecto de su múltiple actividad que el pensamiento y juicio de sus discípulos. Son ellos quienes nos dicen que Azócar no era un frío expositor de tales materias. El rasgo que caracterizaba su labor era su capacidad para descubrir, ante sus alumnos, los valores fascinantes de las grandes creaciones literarias del idioma, así fueran de la Península, del continente americano o, particularmente, de Chile.

La belleza y la profundidad de la poesía y de la prosa castellanas de todos los tiempos, expuestas por Rubén Azócar, encendían vivamente en sus discípulos la admiración y el amor por la literatura. De esta manera, los autores clásicos cobraban vida nueva en la enseñanza humanística y dejaban huella muy honda en ese mundo heterogéneo y amplio que forman sus ex discípulos, los cuales guardan veneración unánime hacia el maestro desaparecido.

La enseñanza de la gramática llegó a constituir en el profesor una auténtica pasión, que supo transmitir activamente a sus alumnos. La explicación de los elementos del idioma y de su mecanismo, que en algunas cátedras se exhibe seca o dogmática, se convertía, en sus clases, en una revelación atrayente que incitaba a sus alumnos a cuidar el uso correcto del idioma de Cervantes.

Como escritor, ha dejado tres volúmenes de poesía, una antología de poesía moderna de Chile, varios ensayos, numerosas conferencias y una novela.

De su creación poética, muchos versos habrán de sobrevivirle; de sus conferencias y ensayos, hay un vasto conocimiento entre nosotros y en el extranjero, particularmente en Argentina, Méjico, Panamá, Guatemala, Cuba, Perú y España. Su novela "Gente en la Isla", incorporó a nuestra literatura a la isla de Chiloé, con sus costumbres y leyendas singularísimas y la humanidad diferente que vive y trabaja en aquella hermosa parte de nuestro territorio. Antes de esta obra, sólo teníamos estudios de diversa índole acerca de aquella región, todos ellos de mucho interés para el conocimiento de la zona; pero esa novela dio a nuestra literatura una expresión de la vida de Chiloé con el realismo propio de las grandes creaciones narrativas, y su éxito quedó demostrado con el Premio Municipal de 1939 y las sucesivas ediciones que se han hecho de ella en nuestro país y en el extranjero.

Esta sola obra asegura a su autor un sitio prominente y definitivo en las letras nacionales.

Rubén Azócar, eminente hijo do nuestro pueblo, ha caído -puede decirse- casi en las trincheras mismas de la vanguardia, en plena actividad, fiel a los más nobles ideales del hombre y a la causa de la cultura y la verdad.

Hablo en representación del Frente de Acción Popular y, en especial, del Partido Comunista, cuyas banderas permanecen enlutadas por el deceso de su militante Rubén Azócar. Le rendimos homenaje sincero desde esta alta tribuna, invocando el nombre del pueblo y de la patria, a quienes tanto amó hasta el último aliento de su luminosa existencia, y expresamos nuestra condolencia más sentida a su afligida familia.

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