Labor Parlamentaria
Participaciones
Disponemos de documentos desde el año 1965 a la fecha
Antecedentes
- Senado
- Sesión Ordinaria N° 42
- Celebrada el 12 de mayo de 1965
- Legislatura Extraordinaria periodo 1964 -1965
Índice
El señor
Honorable Senado:
Deseo referirme a los conflictos que afectan a los trabajadores salitreros dé las provincias de Tarapacá y Antofagasta.
En estos momentos, están en huelga los obreros de las oficinas salitreras Alemania y Chile, de propiedad de la Compañía Salitrera Iquique, donde tiene fuertes intereses el señor Jorge Ross, situadas en el departamento de Taltal, y de la oficina salitrera Victoria -que es administrada por la CORFO, desde la estruendosa liquidación de la COSATAN - de la provincia de Tarapacá.
Las condiciones de vida de los trabajadores de estas oficinas son pésimas. Visitar sus campamentos, derruidos, desprovistos de las comodidades mínimas, con sus casas de calamina, agujereadas, con sus escuelas insalubres, y ver a los hombres golpeando incansablemente con los combos los trozos de caliche, entre el polvo y bajo los rayos del sol inclemente, es una experiencia inolvidable. Allí se aprecia en toda su brutal desnudez la explotación capitalista; el desprecio de los patrones y empresarios por la vida y el bienestar de sus obreros. Para los patrones de estas oficinas, los trabajadores no tienen la categoría de seres humanos; son simplemente instrumentos para lograr mayores beneficios e incrementar sus riquezas.
La moral de los pampinos no ha decaído. Su lucha continúa a pesar de las privaciones, y se han visto rodeados de la solidaridad proletaria. Han sido capaces de caminar desde estas oficinas hasta la ciudad de Antofagasta, en una marcha de más de 247 kilómetros, a fin de mostrar al norte y denunciar a todo el país, la injusticia de que son víctimas, y a exigir de las autoridades que tomen las medidas necesarias para asegurarles una vida digna.
A todo esto, ¿qué hace el Gobierno? Nada.
Pero no es éste todo el problema. El tiene una raíz más profunda. Se trata de la crisis perpetua de nuestra industria salitrera,
Los obreros de la oficina Alemania, presentaron un pliego de peticiones el 31 de diciembre de 1964. Después de largas discusiones, se inició una huelga el 6 de marzo de este año. Ochocientos obreros laboran en las oficinas salitreras Alemania y Chile, quienes, como una manera de protestar por la lentitud e indolencia de las autoridades del trabajo, se vieron forzados, el 30 de abril o sea, casi 40 días después, a iniciar una marcha hacia la ciudad de Antofagasta. Salieron a las dos de la tarde de ese día. Debieron recorrer 247 kilómetros, mujeres, niños y hombres, bajo un sol abrasador, desafiando a la intemperie y al frío de la pampa. Así lograron llegar el 4 de este mes, a la ciudad de Antofagasta.
¿ Qué ocurre en esas oficinas ?
Los obreros contratados con posterioridad a la fecha del último pliego de peticiones tienen, en estos centros industriales, un salario diario de $ 2.188. A ello debemos agregar que los que trabajan a trato no tienen salario mínimo. El grueso de los obreros antiguos incorporados a la industria antes de la firma del convenio, reciben un salario mínimo de $ 2.240 al día.
Deseo preguntar a las autoridades de Gobierno qué puede hacer un padre de familia con semejante suma de dinero.
Durante la discusión del proyecto de reajuste, recién despachado por ambas ramas del Congreso, el Senador que habla, junto con el Honorable señor Salomón Corbalán, advertimos, tanto en las Comisiones unidas como en la Sala, que los salarios que se pagan a los obreros son escasos y que, en consecuencia, el aumento de 38,4% no solucionaba su problema económico, y que no ocurría lo mismo con aquellas personas que reciben altos sueldos. Sin embargo, nuestras opiniones no fueron escuchadas.
Ahora deseo insistí para que las autoridades del trabajo no sigan midiendo las necesidades de los obreros por sus bolsillos o por los emolumentos que ellos ganan.
Deseo citar algunos casos al respecto, como el de ciertos obreros que trabajan a contrata en las oficinas mencionadas. Por ejemplo, tenemos el de los ripiadores, término que, seguramente, será desconocido para muchos señores Senadores. Ripiador es el hombre que debe descargar los "cachuchos". Después de extraerse el caldo del salitre de los "cachuchos", una cuadrilla de obreros debe descargarlos, o sea, botar la escoria, ripios y demás residuos del salitre. Dicha cuadrilla está compuesta de seis hombres que deben movilizar diariamente seiscientas toneladas de ripio para obtener un salario diario de $ 2.240. En otras palabras, cada uno debe movilizar cien toneladas, a pala, con sus propios esfuerzos y sin ningún medio mecánico. Sin embargo, no ha sido posible que el señor Ross, propietario de estas oficinas, se haya dignado a reconocer el derecho a un salario mínimo, cuando estos trabajadores, por razones ajenas a su voluntad, no pueden sacar las seis "fondadas" necesarias para ganar la suma mencionada.
Esta gente trabaja en la humedad, en algunos casos; en otros, cuando las "fondadas" salen calientes, deben cuidarse de no tocar las cañerías por donde pasa el agua caliente, para no quemarse. Otro tanto ocurre con los "desripiadores", o sea, los trabajadores que deben recibir el ripio, pues tampoco tienen salario mínimo, como tampoco lo tienen los que trabajan en la pampa extrayendo caliche, en calidad de obreros particulares. Sólo ganan de acuerdo con sus rendimientos, de modo que si la pampa no los favorece, quedan sin salario
¿Qué beneficios tienen estos trabajadores? Reciben una asignación familiar de ocho mil pesos por carga y una compensación de pulpería -ojalá los señores Senadores tomaran nota del monto de esta asignación- ascendente a $ 177 por obrero y a $ 147 por carga familiar, todo ello por día trabajado.
Las casas donde viven son simplemente de zinc o, como se las llama en la pampa, de calamina, en las cuales, durante los días de sol, el calor se hace insoportable. Debido a ello, el obrero que trabaja de noche debe hacer su cama debajo del catre, dormir en la tierra para aislarse del calor. En invierno, los fríos son insoportables dentro de ellas; el agua se congela a tal punto, que en las mañanas deben encender fuego debajo de las llaves de las cañerías, a fin de poder extraer dicho elemento.
En seguida, existe el problema de la salubridad. Hay pozos negros en pleno campamento, y la empresa ni siquiera se ha dignado a llevar algunos camiones de tierra para aterrarlos. Durante el verano, los obreros deben comer con la mano derecha y espantar a las moscas con la izquierda, para evitar que caigan en la cuchara o en el plato.
Existe, además, el problema de que en una población con ochocientos obreros no hay un médico. Sólo va uno desde Antofagasta, dos veces por semana, de modo que los obreros que se enferman son atendidos por prácticos, que no son practicantes titulados. Las mujeres embarazadas no pueden ser atendidas allí, pues no hay matronas.
Sería largo enumerar las condiciones en que se encuentran estos trabajadores. El salario mínimo establecido últimamente no tiene ninguna importancia para la referida empresa, pues se ha negado terminantemente a dar cumplimiento a la disposición pertinente.
Después de 40 días de huelga y de una penosa marcha hasta la ciudad de Antofagasta, los dirigentes sindicales se entrevistaron con don Guillermo Videla, Jefe del Departamento de Conflictos del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, a quien se pidió que dictara un decreto de reanudación de faenas, que considerara ciertos aspectos. En primer lugar, que el nuevo convenio empezara a regir desde el 1°.- de enero, como es lógico, pues en esa fecha venció el anterior. La empresa insiste en que el convenio debe empezar a regir desde la fecha de su firma, razón por la cual está haciendo lo humanamente posible para prolongar el conflicto, y así escamotear a los obreros tres o cuatro meses de aumento.
¿Qué proponían los obreros? Un aumento de 45% sobre el salario mínimo industrial y sobre las regalías, que, como he dado a conocer, son bastante insignificantes. Sin embargo, después de una serie de trajines, la compañía ha rechazado tal ofrecimiento. ¿Y por qué lo hizo? ¿Acaso no tiene con qué financiar tales aumentos? Sí, señor Presidente, tiene cómo hacerlo. Estas oficinas, que en 1947 costaron 13 millones de pesos, en 1963 aumentaron su capital a 60 millones, y en el ejercicio del año recién pasado obtuvieron una utilidad de 400 millones de pesos.
El actual Gobierno ofreció una revolución en libertad al país, y muchos obreros creyeron necesario darle sus votos, porque iba a hacer justicia a los trabajadores, a la gente que vive en condiciones indignas del ser humano. Estimo llegado el momento de que sus integrantes se pongan una mano en el corazón y piensen que ellos también son padres de familia.
Esos trabajadores viven y laboran enclavados en el corazón de la pampa y no pueden salir a ninguna otra parte, pues sus medios económicos no se lo permiten. No les alcanzan ni siquiera para comer. Es imperioso que las autoridades del trabajo les den lo que realmente les corresponde. Si la ley de reajustes establece que deben recibir 3.400 pesos, es justo que ese mínimo les sea pagado. No es admisible mantener situaciones como esta.
Si es cierto que existe el infierno, creo que los obreros de las oficinas salitreras de Taltal viven en él. Allí no hay ninguna posibilidad de salvarse. Pese a todas las protestas y sacrificios de estos obreros, no ha habido quien les haga justicia. Creo que el señor Ross es más poderoso que mucha gente en Chile, pues cuando él dice que no se soluciona un conflicto, no hay arreglo posible.
Estimo que el Gobierno debe intervenir en este conflicto, ya que se trata de un grupo respetable de chilenos que tienen hijos y familia. Es indispensable pensaren ellos.
Deseo referirme a la situación de 350 obreros de la oficina "Flor de Chile", nombre que debiera cambiarse, pues constituye ofensa para el país denominar en esa forma a una empresa de este tipo. Allí, los salarios son de 1.890 pesos diarios. Ni los trabajadores del campo ganan esa suma. Si el salario se reajusta en 38,4% de conformidad con la ley general de reajustes, éste quedará en 2.615 pesos. Tienen una compensación de pulpería de 250 pesos por obrero y de 180 pesos por asignación familiar. ¿Es admisible una asignación familiar de ese monto y una compensación de pulpería de 180 pesos diarios? Todo lo que se diga sobre el particular es de contar y no creer. Sería necesario conocer de cerca cómo vive esa gente y qué sacrificios hace. Todo cuanto se diga es poco.
Me parece que ha llegado el momento de empezar a cumplir las promesas ofrecidas.
A continuación, me referiré al conflicto de la oficina "Victoria", ubicada en el departamento de Iquique. Los obreros que laboran en ella llevan 45 días en huelga. Estos trabajadores no tienen convenios de pulpería; allí hay precios libres. Lo único positivo es la asignación familiar, la cual asciende a 22.500 pesos. El viernes de la semana pasada, mujeres, hombres y niños recorrieron 80 kilómetros, a pie, para llegar a Iquique, donde están albergados en los locales de los sindicatos, recibiendo la ayuda solidaria de sus compañeros de labores. Son 1.430 obreros.
Hace pocos días hubo una reunión en la Corporación de Fomento de la Producción regional. En ella, el administrador señor Gonzalo del Valle dio clase a esas obreros, preguntó que para qué estaban en huelga, perdiendo el tiempo, cuando no se les podía conceder un aumento superior a 38,4%.
Creo que resulta doblemente injusto el aumento de 38,4%, al no considerar la situación de los trabajadores de los extremos norte y sur del país. En esas zonas los funcionarios públicos tienen una bonificación de 40%, pero estos obreros, que trabajan para la CORFO, no la tienen, en circunstancias de que en esas regiones el costo de la vida es superior en más de 40% con relación al centro del país.
Pero encuentro razón al señor del Valle cuando se extraña de las peticiones de aumento de salarios, pues su situación es distinta: gana 3.200 escudos mensuales y más de 5.000 dólares anuales como consejero de la COVENSA- En cambio, los obreros deben conformarse con un salario mínimo de alrededor de 2.720 pesos diarios.
Por otro lado, se hace mucho caudal y se dan muchos argumentos respecto de las granjerias y garantías que tienen estos trabajadores. Pero la realidad es otra. El campamento en que viven es insalubre; existe escasez de agua y absoluta falta de higiene. Según informes médicos, 90% de los niños sufre afecciones bronquiales, con tendencia a la tuberculosis. A esto debe agregarse la deficiencia en su alimentación. La escuela fiscal está en malas condiciones. Es mixta, con capacidad para 400 alumnos y sólo cuenta con dos servicios higiénicos que usan profesores y educandos.
No es posible que las autoridades de Gobierno se aferren a la idea de que no puede otorgarse un centavo más del 38,4%, por concepto de reajuste. Ellos deben pensar en los salarios misérrimos que tienen algunos trabajadores como los de la oficina "Flor de Chile": 1.980 pesos diarios; y con ese reajuste percibirían 2.630. Esto es inconcebible.
Para terminar, solicito oficiar al Ministro del Trabajo y Previsión Social para que se busque una solución inmediata a este conflicto. Y si hay intransigencia de parte de los patrones, como lo han demostrado hasta la fecha, que intervenga las industrias de manera que los trabajadores puedan volver a sus labores, pero no, por cierto, en las condiciones misérrimas en que han vivido, sino en otras compatibles con la dignidad del ser humano.
El tiempo que queda al Comité Comunista, lo cedo al Honorable señor González Madariaga.
El señor TORRES
De conformidad con el Reglamento, se enviará el oficio solicitado, en nombre de Su Señoría.
Pido agregar mi nombre a dicho oficio, señor Presidente.
El señor TORRES
Se agregará el nombré de Su Señoría.
Tiene la palabra el Honorable señor González Madariaga.